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InicioEN LA OPINION DE:El matrimonio y Hollywood

El matrimonio y Hollywood

alianzas-12543La visión romántica que sobre el matrimonio llega a presentar Hollywood como una idea de la culminación de la felicidad, además de distorsionar la verdadera razón de éste, genera una idea errónea en la sociedad sobre los fines que esta institución fundamental del Estado tiene para que el mismo logre sus objetivos.

Una vez aceptada esta falsa premisa hollywoodesca, resulta que el matrimonio es un derecho humano, y hasta en la constitución encuentran su defensa, y como ésta misma establece que no puede existir discriminación por motivos de preferencias sexuales, pues entonces el matrimonio entre personas del mismo sexo tiene su protección en nuestra Carta Magna, lo que sin duda es un razonamiento con más agujeros que un queso gruyere.

En primer lugar, el matrimonio civil no es un derecho humano, ya que no por el simple hecho de pertenecer a la raza humana se puede contraer matrimonio, se requieren una serie de condiciones que los habiliten para ello; el matrimonio es una condición jurídica que busca promover y proteger la familia para la conservación de la especie, la transmisión de los valores y tradiciones de una cultura y la incorporación en la vida social del Estado.

En segundo lugar, el matrimonio civil no es, como sostiene Hollywood, la unión por el amor, sino un contrato jurídico que establece responsabilidades para los contrayentes, de manera ideal para toda la vida, o al menos con los hijos que la pareja engendre hasta que éstos alcancen la mayoría de edad. El Estado y el Gobierno, nada tienen que hacer en la vida sentimental de las personas, no así en la reglamentación de la convivencia de los individuos.

Si el matrimonio es un acto jurídico para proteger a la familia, especialmente de los hijos, nada tiene que ver con las sociedades que parejas homosexuales deseen establecer debido a su amor mutuo, tema que, como se establece arriba, no es del interés de la sociedad.

Por ello, atinadamente, la Diócesis de Culiacán ha sugerido, que a estas uniones se les dé la calificación de sociedad de convivencia al no tener la característica fundamental de transmisión de la vida que si tiene un matrimonio heterosexual. Esta no es una discriminación social, sino una condición biológica que ha establecido la naturaleza y la cual no se puede cambiar por decreto legal.