Los recientes hechos acaecidos en Iguala, Guerrero con la desaparición y muerte de normalistas de Ayotzinapa es una llamada de atención para las autoridades y la sociedad. Es lamentable el acto de represión realizado por la policía municipal, en la que el gobierno del estado no puede desentenderse, ya que existe el acuerdo de mando único, por lo que debe afrontar sus responsabilidades, pero aún más grave, la participación de la delincuencia organizada en el mismo acto de represión y al parecer como responsables materiales del homicidio de los estudiantes.

¿A qué se debe esta acción del cártel Guerreros Unidos?, ¿un acuerdo con el Presidente Municipal?, ¿una manera de demostrar quien manda en la región?, ¿poner orden por su cuenta contra los inconformes?. No encaja en la lógica del crimen organizado este tipo de acciones, ya que no existe un beneficio por lo realizado, a menos que se cobre al erario público por este hecho.

La delincuencia suele buscar congraciarse con la sociedad a través de protegerla o brindarles beneficios como obra pública, de manera que les sirva de protección contra la propia autoridad cuando ésta emprende acciones de persecución en su contra, encontrando refugio en las zonas alejadas de las urbanizaciones pero contando con el silencio por miedo y/o agradecimiento; sin embargo este hecho solo puede despertar la indignación y ciertamente no le genera un beneficio económico, ¿qué está pasando?

Hay una intención de generar ingobernabilidad, mayor distanciamiento con la autoridad o incluso encender la mecha de una revolución armada en contra de las autoridades civiles, en este sentido, los cárteles pueden estar interesados en generar el conflicto para ganar en la venta y distribución de armas, colocarse en una mejor posición en su relación con el poder público y pasar desapercibidos en sus confrontaciones con otras células criminales; de otra manera no se puede explicar esta acción.

Pero si es así, ¿con quienes se está aliando?, el gobierno federal pareciera ser el único que queda fuera de la sospecha, sin embargo los que más pierden son el alcalde y el gobernador, ¿fueron sus adversarios políticos los que promovieron esta acción?

Son muchas las preguntas, y las respuestas no están disponibles ni son evidentes, el tiempo irá dando algunas claves para resolver el enigma, pero desgraciadamente podría ser demasiado tarde para poder hacer algo.