El próximo domingo, segunda vuelta electoral en Brasil.- Tras una complicada campaña en la que ha venido remontando, Dilma Rousseff se presenta a la segunda vuelta electoral el próximo domingo en empate técnico con Aécio Neves, el candidato del Partido Social Demócrata Brasileño. Nada más en la última semana, Dilma ha tenido que enfrentar la crisis por desviación de recursos y corrupción en Petrobras y los señalamientos por ocultar los malos resultados en educación y economía, los cuales anunció que se darían una vez pasado el proceso electoral.
El Partido del Trabajo que abandera Rousseff lleva 12 años en el poder, dos períodos de Lula Da Silva y uno de la propia Dilma Rousseff, en este período ha tenido que enfrentar fuertes acusaciones por corrupción, y si bien en los primeros años Brasil se convirtió en un fenómeno de crecimiento económico, a últimas fechas los resultados en esta materia son negativos.
Tras la Copa Mundial celebrada el pasado verano, los jóvenes de las favelas han salido a manifestarse en contra del gobierno, exigiendo más y mejores oportunidades para su desarrollo, lo cual de momento está cancelado ante la crisis económica que enfrenta el país carioca. El próximo domingo se podría ver el final de 12 años de dominio petísta, pero seguirá siendo un gobierno, independientemente de quien gane, de izquierda moderada el que dirija sus destinos.
Crisis en el gobierno socialista de Hollande en Francia.- Quizá esta ha sido una de las semanas más complicadas para el presidente francés François Hollande y el gobierno del Partido Socialista de ese país. Según el diario conservador Le Figaro, setenta y cuatro por ciento de electores se muestran descontentos por su acción y ochenta y seis por ciento de franceses no quieren que sea candidato a un segundo mandato. Por otra parte, Martine Aubry, alcaldesa de Lille, se ha mostrado más que crítica sobre la línea económica del gobierno, sugiriendo una política alternativa al social-liberalismo de Hollande. El que Aubry salte a la palestra es más bien una buena noticia, considera Laurent Joffrin en el editorial de Libération. Hasta ahora había sido solo la estatua del comendador perdida en las brumas del norte de Francia. Ahora se ha convertido en jefa de la oposición interior de la izquierda, levantando el estandarte social-demócrata, vilipendiado desde hace tiempo en el Partido Socialista. Las proposiciones de la alcaldesa de Lille merecen un examen serio. Estas se apoyan en una doble constatación evidente: desde hace dos años la política del gobierno no produce resultados tangibles y la austeridad presupuestaria y monetaria impuesta por Bruselas a todo el continente han acabado con el crecimiento y aumentado el desempleo masivo que mina Europa.
Como si fuera poco, el ex ministro Benoit Hamon se enfrasca en una lucha con el Primer Ministro Manuel Valls, la crisis en el Partido Socialista ya no es latente, es abierta.