El SNTE rechaza categóricamente que sus agremiados sean despedidos a consecuencia de la evaluación educativa de los maestros, y tiene razón. Los conceptos modernos de capacitación, incluso en la iniciativa privada, la alientan como mecanismo para superar la incompetencia, ya que, a menos que sea un desagrado por el trabajo que se realiza, la incapacidad de hacer algo esta íntimamente ligada con la falta de preparación y conocimiento; pero esto no es insuperable. En teoría, cualquier incompetencia laboral se puede transformar mediante procesos de capacitación adecuados, con lo que el desempeño del trabajador se verá afectado de manera positiva traduciéndose en un mejor desempeño y compromiso con la institución. Es importante señalar que la capacitación debe hacerse en cuatro aspectos: conocimientos, destrezas o habilidades, actitudes y conducta o comportamiento. Para ello, se necesita seguir un proceso mediante el cual: se haga el diagnóstico de necesidades de capacitación, se elabore, ejecute y evalúe el programa de capacitación. Normalmente cuando un programa no da buenos resultados, es porque se tiene un mal diagnóstico de las necesidades. Lo que si debe exigirse al SNTE es que no evadan la responsabilidad de capacitarse cuando así lo indique la evaluación de los maestros.