Rodrigo Iván Cortes
Tras once días de hacer “mutis” después de los terribles hechos de los estudiantes de Ayotzinapa, en Iguala; tuvieron que pasar once días para que el Presidente de la República se refiriera al caso, tuvieron que pasar 33 días para que se pudiera reunir con las familias de los desaparecidos y de las víctimas.
Bastante después se agarra a los que se presume los autores intelectuales, que están más clavados que nada: los Abarca.
Esto le reventó, le estalló a un Gobierno Federal, cuyos dos grupos políticos que hacen esta alianza priista gobernante, estaban ya embelesados en un estatus hasta de soberbia, en donde el “Grupo Hidalgo” y el “Estado de México”, representados por Videgaray y Osorio Chong.
Estaban más bien envueltos en una serie de puntapiés internos, porque estaban absolutamente absortos por el tamaño del botín que representa México y Gobierno Federal; compitiendo para ver quién compraba el título de mejor secretario de finanzas del mundo, tras una reforma hacendaria deleznable, o arremangándose para salir en la foto en Bucarelli con unos estudiantes del IPN, para salir en primeras planas.
Y que les estalla la realidad...
Una realidad que no cambia por cambiar el discurso, una realidad que no cambia por el texto de unas reformas en donde varias de ellas tenían un retraso de muchos años, precisamente por culpa del partido gobernante que no las quiso aprobar antes, un discurso que hablaba del “mexican moment”, del “saving Mexico”.
Pero que la verdad no era así. Nos estalló la realidad, se acabó el discurso y descubrimos que el emperador andaba desnudo.