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InicioEN LA OPINION DE:Corrupción en México

Corrupción en México

corrupcion-mexico2Ahora que hay días para todo, este 9 de diciembre le toca el día al combate a la corrupción, así lo proclamó la ONU en 2003 y se celebra desde 2005. El INEGI reporta los índices de percepción de la corrupción, y contrasta este número con el de los que han sido víctimas de extorsión directamente por parte de algún servidor público. Por supuesto que el primer lugar lo tienen los policías con el 89.7%, pero le siguen muy de cerca los partidos políticos con el 84.4% y el Ministerio Público que no se quiere quedar atrás con el 78.4%... Esa es la percepción, pero víctimas de la corrupción somos todos, porque el costo de la corrupción aumenta los precios de los servicios que nos presta el Estado, disminuye la eficiencia de las autoridades y con ello aumenta el costo de los productos que consumimos día a día.

Pero seamos honestos, la corrupción no es un patrimonio exclusivo de los servidores públicos y los políticos. La corrupción la alimentamos todos. La alimentamos cuando señalamos al “tonto” que no se enriqueció en el puesto público; cuando damos una “propina” al cadenero para que nos adelante en la fila para entrar al antro, la alimentamos al “aceitar” los engranes del sistema (público o privado) para ganar una licitación o hacer una venta; cuando le damos una mordida al policía para no pagar las consecuencias de nuestra infracción a la ley de tránsito, y cuando nos llevamos de la oficina, pública o privada, las hojas, las plumas, las engrapadoras o el pegamento. También somos parte de la corrupción cuando falseamos nuestras declaraciones fiscales, cuando mentimos en los datos personales al tramitar un documento oficial o cuando solicitamos el descuento de estudiante, maestro o jubilado, a sabiendas de que no tenemos derecho al mismo.

La corrupción es el gran cáncer de nuestro país, afecta lo mismo a la empresa y al gobierno, que a la familia, la escuela y el individuo. Es muy triste comprobar con qué facilidad caemos los mexicanos en prácticas de corrupción y cómo admiramos al que se ha enriquecido, sin importar el método por el que lo haya hecho.

Nuestros políticos son los principales responsables de la corrupción, porque además le han adosado la impunidad, para ellos y para el público en general. En México nadie purga una pena por casos de corrupción (en el mejor de los casos es el pretexto para una venganza política). Pero nuestros políticos no van a hacer desaparecer la corrupción, aún cuando les exijamos que lo hagan y llegara a hacernos caso.

La corrupción en México solo desaparecerá cuando los padres de familia enseñemos a nuestros hijos a conducirse con honestidad, a regresar y pagar lo que se robaron en la tienda, a hacerse responsables por la falta que cometieron en la escuela o el daño que le hicieron al vecino en su persona o en sus bienes. Cuando los mexicanos nos exijamos de manera personal una vida de honestidad y respeto, entonces la corrupción será historia del pasado.