Los últimos años, las heladas han atacado las siembras de maíz y otras variedades, principalmente en el norte del Estado. Sinaloa está acostumbrado a realizar su siembra del ciclo otoño-invierno en los meses de septiembre a noviembre y la cosecha en los meses de febrero a mayo, sin embargo esta situación ya se repitió varios años, lo que significa que el clima ya no es tan benigno como solía serlo. Desafortunadamente esto significa que al menos las especies agrícolas más sensibles a las bajas temperaturas, no podrán ser sembradas para este ciclo. Sin duda es un duro golpe para la economía de la región y del país en general, acostumbradas a la cosecha más grande del año, con la consecuente disminución de los precios. Pero es importante que se tome conciencia de esta situación, ya que no es posible que se pretenda seguir sembrando y exigiendo al gobierno que cubra las pérdidas cada vez que se presenta una helada; si el clima está cambiando, tendrán que cambiar también las costumbres agrícolas, ya que la pura fuerza de voluntad y el deseo de contribuir a una necesidad específica, no son suficientes para que la cosecha se logre. La realidad tiene que modificar las costumbres, ya que la costumbre no logrará cambiar la realidad por mucho que se esfuerce.