La Auditoría Superior del Estado ha señalado la falta de recursos que desde inicios de 2014 tiene el Gobierno del Estado de Sinaloa, una carencia que supera los tres mil millones de pesos para cubrir sus deudas de corto plazo, es decir, el pago a sus proveedores de insumos cotidianos: papelería, limpieza, combustibles, energía, agua, renta, viáticos, etcétera.
Es decir, las empresas sinaloenses que proveen al gobierno de Mario López Valdez, tienen que esperar entre tres y seis meses para que sean cubiertos sus costos. Esto desencadena una falta de circulante de los mismos tres mil millones de pesos en la economía de la entidad, suficiente para hacer sentir a los ciudadanos que no hay dinero, que la economía se mueve lento.
Como si fuera poco, el pasado 30 de enero el gobierno federal señaló que se recortara el presupuesto federal en más de 100 mil millones de pesos, otro duro golpe para la economía de las personas, señalan que es un recorte preventivo, pero de igual manera es dinero que dejará de circular en la economía nacional. A pesar de estas enormes carencias de recursos, los sueldos de los funcionarios no disminuyen, sus eventos no se vuelven más austeros, sus vehículos no serán más modestos; el recorte afecta a los ciudadanos, a las empresas, a la economía del país, pero no hay razón para que los “servidores” públicos sufran, su trabajo es tan indispensable y lo hacen tan bien que de ninguna manera se puede pensar en recortar sus ingresos.
Tal vez por eso es que la gasolina, que pagamos como si el barril de petróleo siguiera a 100 dólares y que en otras regiones del mundo ha bajado su precio por debajo de los 7 pesos por litro, aquí la tenemos que pagar casi a 15 pesos, de manera que le estaremos generando al gobierno un ingreso de más de 60 mil millones de pesos (después de pagar los costos del combustible, claro). Por esa misma razón, no pueden disminuir los impuestos, si su eficiente uso de los recursos requiere que los mexicanos, empobrecidos, sigamos pagando un servicio que no sirve para nada y empleados que no nos funcionan.
La escasez de recursos tampoco es razón para dejar de construir obras a sobre precio y llevarse su tajada que diligentemente depositarán en bancos extranjeros, ni siquiera es razón para dejar de endeudar a la sociedad con millones y millones de pesos para realizar esas obras y repartir beneficios entre sus amistades a las que les deben recursos gastados (quién sabe qué tan legalmente) en campañas políticas. Es más, el recorte presupuestal tampoco es una razón para disminuir el financiamiento a los partidos políticos para que este año nos vendan nuevas caras que, ahora si, resolverán nuestros problemas.
No, los recortes presupuestales son para Pemex, al fin que nos seguirá vendiendo gasolina cara; el recorte es para la CFE, que ya no tendrá recursos para subsidios; el recorte es para no contratar más maestros o médicos, que son los que despilfarran los recursos.
Esas son las soluciones que proponen los que hace poco más de dos años decían que ellos si sabían como hacerlo, ¿Sería mejor que no supieran? ¿usted qué opina?