"Promoviendo la Participación Ciudadana"

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InicioEN LA OPINION DE:#YaSeQueNoAplauden

#YaSeQueNoAplauden

periodismoDurante la campaña electoral de 2012, el entonces candidato del PRI dijo “el gobierno debe establecer una relación con los medios de comunicación acorde con una cultura democrática. Como Presidente de la República impulsaré una reforma constitucional para crear una instancia ciudadana y autónoma que supervise que la contratación de publicidad de todos los niveles de gobierno en medios de comunicación se lleve a cabo bajo los principios de utilidad pública, transparencia, respeto a la libertad periodística y fomento del acceso ciudadano a la información. Solo un país bien informado garantiza una cultura democrática”

Pero lejos de promover dicha reforma, el Presidente se molesta porque los periodistas no aplauden al final de una rueda de prensa, y es que el presidente, como muchos servidores públicos de todos los niveles de gobierno, está acostumbrado al aplauso fácil. El problema no es el exabrupto, sino lo que este encierra. El presidente está demasiado interesado en proyectar una buena imagen, no en hacer un buen trabajo, por tanto utiliza el poder que la investidura presidencial le da para tratar de manipular y coaccionar a los medios de comunicación, lo que en muchos casos consigue, favoreciendo y fortaleciendo un sistema en el que el periodismo se desvirtúa y deja de cumplir con su misión fundamental: difundir la verdad de los hechos.

Pero parece no darse cuenta de que con esta actitud también provoca una reacción en sentido opuesto, frente a los medios zalameros del poder, la prensa oficialista o prensa vendida, como prefiera usted llamarla, surge la prensa de oposición, que ciertamente busca los fallos del gobierno, pero al ser un sector que además está ofendido, pierde objetividad y magnifica o exagera los errores, faltas y violaciones a la ley, creando una historia no oficial que difiere de tal manera de la historia oficialista que pareciera que están hablando de países diferentes… cuando la población lee las noticias, cada uno según su gusto o identidad de mercado (que a fin de cuentas definen los periódicos o noticieros en tanto empresas) se generan visiones radicalmente distintas entre los ciudadanos y el diálogo en la sociedad se vuelve imposible, porque no se habla desde la realidad, sino desde la interpretación de la realidad según ideologías o intereses políticos o económicos.

Hoy pareciera que la sociedad no sabe qué es lo que quiere en cuanto al destino de la nación y los caminos para conseguirlo, pero uno de los factores podría encontrarse aquí, en la visión tan distinta que generan los mismos medios.

Si el presidente desea retomar la guía política del país, haría bien en disminuir la presión poniendo reglas claras en cuanto a la distribución de los recursos públicos destinados a la publicidad y comunicación del gobierno y respetando éstas para dar certeza a una industria que, para bien o para mal, mantiene el contacto cotidiano con el público espectador. Los medios por su parte, con estas reglas claras, deberían hacer pública su línea política, declarando abiertamente con qué partidos o ideologías se identifican, de manera que el lector pueda formarse un criterio en base a ello, y empezar a encontrar las vías de diálogo con sus vecinos.