Cuando le preguntaron al alcalde de Ahome si le parecía justo comprar una camioneta de 2.1 millones de pesos, Arturo Duarte García contesto que no sabía si era justo, pero “al menos esta le va a dar la oportunidad de no volverse a quedar de infantería por culpa de una descompostura” (http://sinaloanoticias.mx/?p=12895) mostrando su enorme insensibilidad e ignorancia sobre su trabajo.
La política, independientemente del puesto que se hable, trata de la justicia, si el señor no lo sabe, no lo entiende o no lo acepta, da igual, lo que importa es que no la tiene presente al gobernar, es un asunto que no le importa, después lloran porque dicen que son juzgados con dureza por la ciudadanía, pero, ¿si no entiende lo más elemental de su trabajo, cómo podrá hacerlo?
Todas las decisiones que toma un político, sean de administración, de leyes o de políticas públicas tienen que tener presente, ante todo, la justicia. Si Arturo Duarte García no sabe si la compra de su camioneta blindada, Suburban 2015 con un valor de más de $ 2 millones, es justa, significa que poco le importó ésta al tomar la decisión. Pero desde ya podemos suponer las razones de la injusticia: el desempleo de los trabajadores del Ingenio y los cañeros que lo proveían, las necesidades de alumbrado público, de asfalto, de drenaje, de señalización, las condiciones de algunas escuelas del municipio… y la lista puede seguir. Dos millones de pesos sirven para cubrir algunas de esas necesidades, les podemos preguntar por ejemplo a los cañeros si ese dinero les alcanzará para sobrevivir la próxima temporada, o si se puede pagar el proyecto ejecutivo de algunas obras, o si una escuela puede adquirir una subestación eléctrica y aires acondicionados… todas ellas cuestiones de justicia. Y no se trata de que el alcalde de Ahome ande a pie, pero un vehículo muy decoroso para sus necesidades puede ser adquirido por menos de 300 mil pesos, de cualquier forma, la camioneta blindada solo le servirá mientras esté dentro de ella, pero como cualquier alcalde, las giras por las colonias y sindicaturas lo mantienen expuesto la mayor parte del tiempo.
Pero, claro, no se trata del servicio que le proporciona, sino del status que logra con la camioneta: otros alcaldes que usan camionetas similares son Ana Botello de León y Ramiro Hernández García en Guadalajara, ambos, por el puesto que ocupan, naturales contendientes para las gubernaturas de sus estados, ¿será eso lo que busca Duarte?, porque ciertamente el municipio de Ahome no está a la altura de los ingresos de los municipios antes mencionados, pero quizá si las ambiciones de su titular.