Nueva ola de protestas en Venezuela.- Una semana terriblemente difícil para el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien parece no darse cuenta del tamaño de la crisis que enfrenta en su país, no por el tema económico, el cual sigue evadiendo con las declaraciones de que Venezuela es víctima del imperialismo neoliberal de Estados Unidos, sino por las protestas que opositores y viejos aliados escenifican en el país caribeño.
La situación se agravó el martes con la muerte de un jovencito de 14 años de edad a manos de un policía, el encarcelamiento del opositor alcalde de Caracas y la afirmación del saliente presidente uruguayo José Mujica que considera que se prepara un golpe de estado ¡desde la izquierda! Venezolana, es decir, los propios militares chavistas.
Y es que el antiguo chofer de autobús ha demostrado una gravísima incapacidad para gobernar, esgrimiendo pretextos para cada dificultad que se presenta, pero sin aportar soluciones, y sin el carisma de su predecesor, hoy ni el propio PSUV considera que Maduro deba continuar al frente del gobierno del país.
No sería sorprendente que la presión que acaba de iniciar Ledezma desde la cárcel solicitando la renuncia de Maduro y respaldada fuera de Ramo Verde (prisión en que permanece el alcalde caraqueño junto con Leopoldo López y Daniel Ceballos) María Corina Machado y la Mesa de Unidad Democrática, sea respaldada dentro de poco por grupos del mismo chavismo, exasperados con la pésima gestión de Don Nicolás.
Vientos de guerra en el este de Europa.- El pasado 12 de febrero se firmó un cese al fuego en Minsk por parte del gobierno de Petro Poroshenko y Vladimir Putin, teniendo como testigos a Hollande y Merkel, pero el acuerdo no ha sido respetado, prácticamente no hay día en que no haya enfrentamientos y disparos en la región en conflicto. Esta semana, además de los anuncios de mayores sanciones económicas para Rusia, el Primer Ministro Británico ha decidido enviar “asesores” militares a Ucrania y Estados Unidos y la OTAN han acusado a los rusos de mentirosos, un calificativo muy duro en términos diplomáticos, por la actuación de la potencia del este en el territorio ucraniano. La tensión no disminuye, las armas están preparadas, cualquier chispa puede escalar este enfrentamiento, oremos por que ello no ocurra y evitemos una conflagración generalizada.