El Secretario de Salud Ernesto Echeverría, anunció según informa Café Negro Portal, que a mediados de marzo se llevará a cabo el prometido foro sobre los hospitales que en meses pasados anunció el gobernador Mario López Valdez.

A más de seis meses de haber solicitado información sobre el tema, ratificada dicha solicitud por el sistema Infomex en días recientes, ni el Congreso, ni el ejecutivo han proporcionado los datos necesarios para conocer los motivos, montos, características y alcances de la inversión, la deuda y las responsabilidades que asumirá el Estado con este proyecto, dando lugar a más dudas y sospechas sobre el particular.

Fiel a su conducta, la información dada a conocer sobre el foro deja muchas dudas, tal pareciera que se pretende abrir a través de los medios de comunicación para impedir la participación real de la sociedad, teniendo interlocutores a modo, que les permitan manipular el mensaje que se quiere difundir.

El problema con la construcción de los hospitales no es la obra en sí misma, la cual, por supuesto, es necesaria y positiva para la sociedad. No, el problema en cuestión es el esquema de Contrato de Colaboración Público-Privada, la cual en realidad terminará siendo un negociazo para particulares con altos costos para el gobierno y la sociedad, que es a fin de cuentas la que pone los recursos para el pago de la deuda gubernamental.

En un esquema sano de Aportación Público Privada, los empresarios pondrían la obra y administración de los hospitales, y el gobierno pagaría el costo de la prestación social de salud de cada ciudadano atendido, de esta manera, el particular asegura la venta de su “producto” y el gobierno presta el servicio por el que tiene compromiso, siendo bueno para la ciudadanía que se evita adquirir bienes inmuebles y bueno para el gobierno que estimularía la economía y el desarrollo local. Pero en el esquema abusivo que se quiere imponer, el gobierno pondrá una parte de la inversión, avalará con sus recursos el crédito para la construcción de la obra y después pagará por un servicio de “administración” excesivamente caro a unos mercaderes que nada arriesgaron. Esto, en mi pueblo, se llama robo.