Bernardo Ardavín Migoni (yoinfluyo.com)
El riesgo de que no tengamos elecciones en algunos distritos o municipios, va aumentando. Si se cancelaran las elecciones, estaríamos ante un retroceso preocupante de la transición que pretendemos hacia una mejor democracia. Algunos comentaristas se han atrevido a especular en el sentido de que la “izquierda” extremista, en otras palabras MORENA, de Andrés Manuel López Obrador, sería la beneficiaria, pero realmente no hay datos duros y confiables que pudieran sostener esa versión.
Resulta más lógico pensar en que los beneficiarios de una eventual cancelación, o cuando menos un bloqueo importante al proceso electoral, que impidiera que se llevaran a cabo los comicios en un marco de legalidad, paz y libertad, serían todos aquellos que favorecen un ambiente de desorden e ingobernabilidad, y éste, a su vez, a quien beneficiaría sería al crimen organizado, al narcotráfico y, eventualmente también a los grupos que sobreviven de los movimientos guerrilleros que el país ha padecido durante los últimos cuarenta años. Esto es independiente de la simpatía que demuestran algunos de esos grupos por MORENA.
La democracia no es una panacea
Ya hemos comentado que la democracia no garantiza la solución de todos los problemas del país. La confusión, en ese sentido, propicia el desencanto de aquellos que depositan ilusiones desmedidas e injustificadas en ella.
La única solución viable para nuestros problemas es la vigencia de la democracia, la transparencia, los contrapesos, la rendición de cuentas y, en todos los casos, el respeto irrestricto a la ley para garantizar la vigencia del Estado de derecho, sin el cual no puede haber democracia, pero tampoco justicia, ni desarrollo, ni paz.
Debemos insistir en que México, actualmente, no tiene otro camino civilizado para elegir a sus autoridades, para dirimir sus diferencias ideológicas y las tensiones generadas por los gigantescos grupos de interés, que detentan diferentes fórmulas de poder, y que han sido llamados, con frecuencia, poderes fácticos.
¿Qué debemos hacer?
La sociedad organizada debiera exigir a los partidos, a las autoridades y a los políticos que respeten las bases de un régimen democrático auténtico. No es algo imposible. Un ejemplo alentador es la reunión del Sindicato Patronal de la Coparmex que invitó, el pasado jueves 26 de marzo, a los tres presidentes de los partidos mayoritarios en el Congreso, es decir el PRI, el PAN y el PRD, para que en un foro abierto, de manera ordenada y respetuosa, comparecieran ante ciudadanos para explicar sus respectivas posiciones en relación con la situación política actual del país y sobre las elecciones intermedias que se celebrarán en junio próximo. La Convención de la Canacintra replicó el ejercicio, ese mismo día, poco más tarde.
En el foro de Coparmex lo único que resultó positivo, en medio de muchos silencios que soslayaron los problemas políticos, los de la corrupción impune y los de la violencia, fue el compromiso público de los líderes de El PAN ---Gustavo Madero---, y del PRD ---Carlos Navarrete--- para revisar la desastrosa reforma fiscal. Algo es algo.
