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InicioEN LA OPINION DE:Las inaceptables diferencias en el ingreso, son nuestro principal problema estructural

Las inaceptables diferencias en el ingreso, son nuestro principal problema estructural

desigualdad-3Bdernardo Ardavín Migoni (Trama Política)

Aun cuando los datos a los que nos referiremos son de 2008, desgraciadamente no hemos tenido un cambio sustantivo desde entonces. Esperamos que las reformas estructurales tan importantes, que se han aprobado recientemente, en efecto induzcan un cambio como el que necesitamos, porque la desigualdad en el ingreso y el nivel de pobreza en México, continúan siendo los más altos de la OCDE:

El ingreso medio del 10% de la población más pobre es inferior a mil dólares, lo cual resulta menor al de cualquier otro país de la Organización. Además, la diferencia entre el ingreso de la clase media y el sector más rico, es mayor que la de cualquier otro país de la OCDE. Ref. Growing Unequal, OECD, 2008.

Afortunadamente, México ha mantenido la inflación bajo control desde los noventas, construyendo un marco macro económico estable, y un crecimiento notable de nuestra producción destinada a los mercados mundiales, a partir del TELECAN pero, el 57% de los trabajadores, según la OCDE, tiene un trabajo informal.

Otro fenómeno que nos dificulta tener un crecimiento con una distribución más equitativa del ingreso, es el gran número de monopolios y oligopolios, privados y públicos, evidentes, por ejemplo, en los sectores energético y de telecomunicaciones. Ref. Estudios Económicos de la OCDE, México, enero de 2015.

Hay una cierta inquietud en el sector empresarial, en el bancario y en otros del ámbito económico, por la posibilidad de que el gobierno abandone la disciplina fiscal. Las autoridades han negado, rotundamente, esa posibilidad, y han explicado que México está preparado para enfrentar las dificultades externas con un holgado nivel de reservas internacionales, que se complementa con la línea de crédito flexible del Fondo Monetario Internacional que, sumados, rondan los 265 mil millones de dólares, un monto histórico.

Ciertamente, nuestro crecimiento económico es demasiado bajo, pero el problema estructural más grave son las abismales diferencias en el ingreso de las personas. Los salarios han tenido una pérdida brutal desde los años setenta hasta la fecha. La pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo de 1987 a 2014, es de 78.66%, mientras el incremento de la productividad de la mano de obra en la industria manufacturera, entre 1993 y 2008, es de 83.50%. Ref. Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, agosto de 2014.

Todos recordamos la polémica que se dio apenas el año anterior, provocada por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México que propuso imponer un salto en el nivel del salario mínimo, con todas las consecuencias que eso podría traer, sobre todo por la dificultad de absorber un incremento demasiado fuerte ---se habló de un 20%---, de un solo golpe. Desde luego, la sugerencia no prosperó.

Sin embargo, debemos convencernos de que el país no puede tener un crecimiento sostenido si los salarios se mantienen en un nivel tan bajo como el actual. Ya en otras ocasiones hemos comentado que el primer acuerdo que se necesitaría en el seno del sector productivo ---trabajadores y empleadores---, sería no volver a admitir, bajo ninguna circunstancia, que al terminar el año los salarios se deterioraran por causa de la inflación.