José Antonio Ortega Sánchez (yoinfluyo.com)
El gobierno federal no ha intervenido en Tamaulipas y en Guerrero como lo hizo en Michoacán. Y no es que la intervención en Michoacán haya sido muy buena, pero es cuando menos mejor a la de “dejar hacer-dejar pasar” a los grupos criminales en Tamaulipas y en Guerrero.
Pero ahora, además de la necesaria y urgente intervención en Tamaulipas y en Guerrero, el gobierno del Presidente Peña tiene la oportunidad de realizar una operación de tipo preventivo en Jalisco. Y no es que las cosas estén bien en este estado, pero todavía no llegan al grado a que llegaron Michoacán, Tamaulipas y Guerrero ¿Para qué esperar a que las cosas se descompongan más?
Entre 2008 y 2014, más de 4 mil personas han sido asesinadas por los grupos criminales en Jalisco. La matanza es resultado de las disputas por el control de un estado que, hoy por hoy, es el principal productor y exportador de metanfetaminas hacia Estados Unidos, Europa y Asia.
Tras la muerte de Ignacio Coronel en 2010 las pugnas se intensificaron y hoy en apariencia quien controla el narcotráfico en el estado es el Cártel de Jalisco “Nueva Generación” (CJNG). Esta organización –que pregona limitarse al narcotráfico– roba combustible de PEMEX y ha incursionado en el robo de transporte de carga, vehículos, mineral de hierro, madera; además, ha iniciado el cobro de derecho de piso en algunos puntos del estado.
El CJNG es muy beligerante, no sólo porque se ha expandido más allá de Jalisco, sino porque además agrede a agentes del Estado. Ha desquiciado Guadalajara repetidamente con bloqueos. A los 9 días de iniciado el gobierno de Aristóteles Sandoval le mató a su Secretario de Turismo y muy probablemente asesinó a un presidente municipal y a un diputado federal. Ha ejecutado a 4 soldados, 5 agentes de la Gendarmería Nacional y 15 integrantes de la Fuerza Única Jalisco.
Lo más sencillo es que el gobierno detenga o mate a Nemesio Oceguera, líder del CJNG, mientras que la estructura criminal se mantiene (una poda más). Pero de lo que se trata es precisamente de desmantelar esa estructura (así como a la red de protección) y sobre todo a su aparato de violencia y creciente abuso contra personas inocentes.
El gobierno del Presidente Peña ¿optará por la solución de fondo o por simular?