(LOPEZDORIGA.COM) El papa inició su mensaje saludando a todos aquellos jóvenes que están siguiendo la transmisión en línea a través de plazas públicas, como la plaza San Juan Pablo II en Guadalajara.
"A medida que hablaban, iba tomando nota de cosas que me parecían importantes, para que no quedaran en el aire. Yo resumí lo que me habían dicho y doy respuesta".
"Les cuento que cuando llegué a esta tierra, fui recibido con una calurosa bienvenida, y pude constatar algo que ya sabía desde hace tiempo: la vitalidad, la alegría, el espíritu festivo del pueblo mexicano", señaló.
"Hoy después de escucharlos y verlos, constato otra certeza, algo que le dije al presidente de la Nación en mi primer saludo; uno de los mayores tesoros de esta tierra mexicana tiene rostro joven, son sus jóvenes. Sí, son ustedes la riqueza de esta tierra Cuidado, no dije su esperanza; dije su riqueza", declaró.
"Una montaña puede tener minerales ricos que van a servir para el progreso de la humanidad de su riqueza, pero esa riqueza hay que transformarla en esperanza, como lo hacen los mineros. Ustedes son la riqueza; hay que transformarla en esperanza", señaló.
Todos los que hablaron "todos podemos vivir, pero no podemos vivir sin esperanza; si el día de mañana no podemos sentir el mañana; si uno primero no logra valorarse, no logra sentir que su vida, sus manos, su historia vale la pena; sentir que eso que Alberto decía que 'con mis manos, con mi corazón, con mi mente, puedo construir esperanza. Si yo no siento nada, la esperanza no puede entrar en el corazón".
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(ZENIT/Iván de Vargas) El papa Francisco llegó este lunes a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, minutos antes de las 09:00 horas, donde fue recibido por el gobernador estatal Manuel Velasco y su mujer. En el aeropuerto, representantes de dos comunidades indígenas le regalaron un bastón y una diadema, que reconocen la autoridad del Santo Padre.
Poco después, el Pontífice se subió a un helicóptero rumbo a San Cristóbal de las Casas, donde presidió una celebración eucarística con las comunidades indígenas en el Centro Deportivo Municipal.
En su homilía, el Papa dijo que "en el corazón del hombre y en la memoria de muchos de nuestros pueblos está inscrito el anhelo de una tierra, de un tiempo donde la desvalorización sea superada por la fraternidad, la injusticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada por la paz".
"De muchas formas y maneras se ha querido silenciar y callar ese anhelo, de muchas maneras han intentado anestesiarnos el alma, de muchas formas han pretendido aletargar y adormecer la vida de nuestros niños y jóvenes con la insinuación de que nada puede cambiar o de que son sueños imposibles", advirtió.
(PROCESO/Rodrigo Vera) Durante la misa multitudinaria que presidió hoy en Ecatepec, el Papa Francisco invitó a los fieles a hacer de México "una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte".
Ante alrededor de 300 mil personas, congregadas en la amplia explanada de la Unidad de Estudios Superiores de Ecatepec, volvió a pedir para que México sea "una tierra de oportunidad donde no haya necesidad de emigrar para soñar; donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar; donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de pocos".
"Un cristiano no puede menos que demostrar su solidaridad para solucionar la situación de aquellos a quienes aún no ha llegado el pan de la cultura o la oportunidad de un trabajo honorable, no puede quedar insensible mientras las nuevas generaciones no encuentren el cauce para hacer realidad sus legítimas aspiraciones".
Y, enfático, pidió "estar siempre en primera línea en todos los esfuerzos para mejorar la situación de los que sufren necesidad" y ver en cada hombre a "un hermano, y en cada hermano a Cristo". También centró su homilía en condenar las "tres tentaciones a las que el cristiano se enfrenta diariamente": la riqueza, la vanidad y el orgullo.
(UNIVISION) Corea del Norte anunció el jueves la deportación inmediata de todos los surcoreanos y la congelación de los activos y equipamiento surcoreano que queden en un parque industrial que gestionan ambos países en territorio norcoreano. Se trata de una respuesta rápida y agresiva a la decisión surcoreana de suspender sus operaciones en el recinto, que fuera un símbolo de la cooperación entre ambos países.
Pyongyang señaló además que retirará a todos sus trabajadores del complejo de Kaesong, situado junto a la tensa frontera, cortará dos importantes vías de comunicación con Seúl y colocará la fábrica bajo control de su ejército.
No estaba claro en un primer momento qué había sido de los cientos de surcoreanos que habían empezado a suspender sus actividades en Kaesong el jueves.
El comunicado del Comité por la Reunificación Pacífica de Corea sube de forma significativa las apuestas en una crisis que comenzó con una prueba nuclear en Corea del norte el mes pasado y el lanzamiento de un cohete desde su territorio el pasado domingo. Corea del Sur respondió suspendiendo las operaciones en el parque industrial, una de las represalias más duras que tenía a su alcance.
Pyongyang describió el anuncio de suspensión de actividades de su vecino del sur como una "peligrosa declaración de guerra" y una "declaración del fin del último vínculo en las relaciones entre Norte y Sur". Esta retórica grandilocuente es habitual de la propaganda norcoreana, pero el país parecía estar acompañando las palabras con una respuesta firme a la suspensión de actividades surcoreanas en Kaesong.