El primer Papa americano y latinoamericano. El primero argentino. El primer jesuita. El primer no europeo en más de un milenio. El primer Francisco.
Si nos ponemos a pensar, vemos que la familia nace de la fe. Aun cuando los núcleos familiares no se forman siempre de la mejor manera que uno quisiera, hemos de reco-nocer, que cada familia tiene su origen en la fe. Primero en la fe mutua de dos personas.
En los albores de 1979, cuatro meses escasos después de haber asumido como sucesor de Pedro, Juan Pablo II viajó a México para, en el marco de una amplísima visita al país, inaugurar en Puebla los trabajos de la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano (Celam).
Cuando se tiene el poder, se puede escribir la historia. Lo que el poderoso dice, hace, usa y viste,
busca ser imitado. Muchos quieren parecérsele al hablar, hacer, tener y vestir como él. Sin pudor algu-
no, convierten este rito en un acto de alarde sumiso. De orgullo.