Columna del 4 de agosto del 2021
Solo la tercera parte de los beneficiarios de los programas sociales acudieron a la consulta. La verdad de la servidumbre electoral
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Publicó el diario oficialista La Jornada el 17 de agosto, hace un año, que había mas de 24 millones de beneficiarios en los programas sociales. En realidad, no son programas en estricto sentido, no persiguen una ayuda condicionada al mejoramiento de las responsabilidades educativas y de salud que otros programas tenían; de hecho, son dádivas aparentes, porque lo que se busca es crear en los que reciben esos dineros, un compromiso electoral para que el gobierno tenga un apoyo comprado para lo que necesite.
Esos repartos del dinero de los contribuyentes, son el sustento social, el músculo político de la cuatro "T", por lo que configuran una servidumbre electoral, que siempre está dispuesta a movilizarse y a repetir las frases de consigna de las mañaneras.
Es el núcleo de "línea de masas", la mecánica comunista que usaba Mao Zedong el tirano de China, mantener a la masa siempre movilizada, sepan o no sepan para que se les moviliza, el chiste es movilizarlos. El detalle, es que, al reclutar a sus seguidores, el gobierno usa dinero del erario, es decir, compra conciencias con dinero ajeno. Mao presumía que sus huestes se movilizaban por su liderazgo, no porque se les diera dinero a sus partidarios.
Pero como aquí "sin dinero no baila el perro", esa servidumbre electoral está profesionalizada, es decir, son amloístas de tiempo completo, y son coordinados por otros siervos, los de la nación.
También estos últimos, los "siervos de la nación" son empleados a tiempo completo, con salario de "outsourcing", contradictoriamente a lo que persigue el gobierno contra esta forma de contratación, porque, aunque realizan funciones de gobierno a través de la Secretaría de Bienestar, no son empleados del gobierno, no tienen prestaciones, no están sindicalizados; hacen labores partidistas también, pero no reciben dinero de Morena, una relación incorrecta y sucia y no tienen contratos con sus verdaderos patrones: Amlo y Gabriel García, el senador que acaban de despedir del Palacio Nacional, para empezar con la estrategia de eliminar el ejército ilegal de los siervos de la nación.
Pero no nos confundamos, unos, son los "siervos de la nación", que son los acarreadores, los que promueven pagos y "becas" hacen el papel de movilizadores. Otros son la masa, la servidumbre electoral que recibe el dinerito.
¿Pero, qué pasó en la seudo consulta del domingo?
Le falló la estrategia al gobierno, porque fueron a la consulta solo seis millones seiscientos mil de los 24 millones y los que se han sumado en un año, es decir el voto duro, o como lo llamo: la "servidumbre electoral" que se dice recibe dinero del gobierno para apoyar a Amlo. Una tercera parte únicamente de los inscritos en la nómina "electoral". ¡Repito, solo 6 millones de 24!
Una de dos, o no es cierto que reciben los 24 y pico de millones de beneficiarios ese dinero que sí sale de las arcas del país, y se lo quedan los que manejan a los siervos de la nación y a los coordinadores de becas, o sencillamente la gente se dio cuenta de lo falso y absurdo de la mentada consulta.
Esto último hablaría muy bien de los que no fueron a hacerle el caldo gordo a su tlatoani.
Habría que imaginar que la gente está dejando la servidumbre mental de obedecer al gobierno y quieren ser ciudadanos, al entender que la consulta era una locura.
Pero como no es clara esa liberalización, lo mas probable es que hay una tranza del tamaño del mundo, porque es sabido que la ira del personaje del Palacio Nacional, después de los resultados de julio, determinó hacer culpable de los números que consideraba inferiores a la inversión, al senador Gabriel García, y lo corrió de sus oficinas y lo mandó a hacerle la vida difícil a Monreal, se comenta con el fin de que recuperara su credibilidad.
La cosa es que todo indica por esas reacciones furibundas, que hay miles de listas de beneficiarios fake, que podrían sumar otros seis millones de personas por lo menos. A mi me parece que el domingo debía ser el día donde las conciencias compradas al por mayor iban a mostrarse.
Todo mundo esperaba que habría un gran operativo para movilizar a la gente, como para demostrar que, aunque era absurda la pregunta de la consulta, y a pesar de que no se sabía sino por versiones informales que se juzgaría a los expresidentes, de todas maneras, saldrían los electores cautivos a depositar su opinión.
Y lo que sucedió: las casillas desoladas, las urnas y enseres de gasto inútil, y la desesperación de los operadores de Morena por rellenarlas, donde podían hacerlo como en Orizaba, en el video que muestra personas delinquiendo velozmente; deja la interrogante de un fraude mayúsculo con el dinero de los supuestos millones de beneficiarios que no hubo evidencia de su presencia, incluso de su existencia.
Siempre esos dineros que se reparten dizque para los pobres, en épocas electorales tradicionalmente se sabe, son objeto de pillaje, y de pillaje organizado, porque no lo hace una persona, es todo un tinglado que tiene los elementos de crimen organizado para los que lo operan. Eso queremos ver con los personajes de Orizaba, que se les acuse de crimen organizado, pero además que se haga una auditoría social, de parte de ciudadanos para saber realmente quienes están en los padrones de beneficiarios.
Se ha dicho que lo que reparte Morena mediante los siervos de la nación, o las becas, no llega a su destino, y muchos lo entienden así, el pueblo lo sabe, pero los berrinches de Amlo contra los que manejan esos programas hacen verlo como el marido engañado: el último en enterarse.
Columna del 28 de julio del 2021
La política internacional de México, y el segundo Echeverría
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Todos los países del mundo se enorgullecen de algunos hechos que se divulgan de su pasado, sean ciertos o no. En su mayor parte son mitos que tratan de mostrar la unicidad de su nacionalidad, y que mas que apegarse a la realidad, son interpretados desde la óptica que distorsionan sus gobernantes y educadores en aras de fortalecer un nexo común, independientemente que no sea estrictamente verdad. Muchos son mitos fundacionales, nuestro México tiene como emblema: el águila que devora la serpiente, recuerda la leyenda de la fundación de Tenochtitlan que los investigadores serios ubican en 1325.
Pero hay mitos mas recientes en términos históricos que por ejemplo, nos remiten al supuesto prestigio de México en política exterior con la llamada Doctrina Estrada, que se debe a un personaje de la alta burocracia de Relaciones Exteriores, Genaro Estrada quien fungió como oficial mayor, subsecretario y secretario en los años veintes y principios de los treinta del siglo pasado; cuyo mérito fue sostener: en concreto, solo para los gobiernos de facto, es decir para los gobiernos golpistas, -para que mejor se entienda-, que México no estaba obligado a reconocer o desconocer esos gobiernos, sino sencillamente a mantener o retirar según su conveniencia sus funcionarios diplomáticos, sin juzgar la legitimidad de esos gobiernos. Lo que se ha interpretado vulgarmente como una política exterior de no intervención en asuntos internos de los otros países.
Evidentemente la Doctrina Estrada era la presunción del México del "desarrollo estabilizador", es decir en los años cincuentas sesentas. De esa manera nuestro país, mantuvo relaciones con todas las dictaduras militares de Centro y Sudamérica; y en su momento con la dictadura naciente de Cuba.
En términos prácticos para México, durante muchos años, era lo mismo mantener excelentes relaciones con tiranos como Alfredo Stroessner de Paraguay, con Leónidas Trujillo de República Dominicana, con "Papá Doc" Duvalier de Haití o con Anastasio Somoza de Nicaragua, solo por mencionar algunos de los "gorilas" que así les decían los izquierdistas a los gobernantes que llegaban al poder por medio de un golpe militar.
A Castro que llegó al poder también violentamente, era la excepción, no le decían gorila, era un chango de otra maroma; y la diplomacia mexicana, a la tiranía cubana la cocinaba aparte. En las discusiones en al OEA, le otorgaban una defensa sin bases, contradiciendo, la llamada Doctrina Estrada que en su esencia era un instrumento de política internacional amoral, un cantinflesco argumento, porque como podía ser una cosa, podía ser otra diferente.
En los círculos internacionales, eran de burla los diplomáticos mexicanos, por su falta de principios, porque se aplicaba a los comunistas una razón de legitimidad, aunque fueran golpistas, y a los que no, se les criticaba como dictadores, Como si los Castro, los Ortega, Chávez, Evo, y Maduro no fueran un ejemplo de destrucción institucional, y de arbitrariedades contra las libertades esenciales de sus pueblos. Invariablemente los gobernantes mexicanos, los de ayer y hoy, son iguales, seguían y siguen de convenencieros para nada útil. Le dan la espalda a los pueblos cubano, nicaragüense o venezolano, y optan mejor, en apoyar a sus tiranos.
No se si para provocar a los países que respetan a la democracia, o para ser líderes de los gobernantes sin legitimidad. México para pena propia, le juega al malo, con los malos, con los sádicos de las dictaduras de izquierda, asesinos, represores y ansiosos por establecer la narcopolítica, como la que subyace en el corazón del Foro de Sao Paulo.
Ahora AMLO ratifica la misma política que según su farsa de consulta causó daños al país, la misma que llevaba su odiado Calderón en materia exterior, y de su socio Peña Nieto, la misma de Salinas, y Zedillo, porque las evidencias muestran que todos incluyéndolo a él, son iguales: le da el apoyo a la dictadura cubana.
Pero además de lo descrito, como cosa suya, AMLO le asesta un golpe de a mentiras a la OEA, que de por sí, al igual que la ONU son organizaciones obsoletas, pero no tanto como para sustituirlas por la CELAC que no tiene nada; y menos si se trata de erigir de facto, un líder que en sus sueños ofrece dominar a los sureños del continente, para unificarlos a una guerra comercial con China, esperando que Estados Unidos le compre la jalada y lo nombre su plenipotenciario en su versión particular de bolivarismo mexicano ¡Hágame el favor!
AMLO ya se la creyó, hasta festejó a Simón Bolívar, algo sin precedentes. Es igualito a Echeverría.
Hay que recordar que ese asesino de estudiantes, creía que lo iban a hacer líder de la ONU, con su ocurrencia infantil de querer imponer una Carta de los Derechos y Deberes de los Estados, una "constitución mundial", que le dictaron los socialdemócratas alemanes a Porfirio Muñoz Ledo, y éste a su vez cilindreó a Echeverría, que hizo una Universidad de Estudios del Tercer Mundo., en su casona de San Jerónimo con cargo al presupuesto, para estudiar a Franz Fanon y a Eduardo Galeano, dos poetas políticos del odio y del resentimiento.
En pocas palabras México tiene a los mismos gobernantes ayer y hoy, AMLO le juegan al maldito internacional, y todo el mundo lo sabe, menos en México, en Cuba lo reconocen como "socialista" operando con los sádicos dictadores de la isla.
En su plan ranchero el émulo de Echeverría, se ofrece como amo de llaves de la Casa Blanca, como si de veras allí se decidiera algo grande, y en verdad los presidentes de Latinoamérica lo reconocieran como su redentor. Es inaudito, todo ese circo que nadie cree, es únicamente para negociar con la potencia, alargar su periodo. No hay más.
Columna del 21 de julio del 2021
¿Qué se busca en realidad con la Consulta?
Jorge Miguel Ramírez Pérez
En política sería infantil y casi de demencia por atrofia cerebral, creer que es con consultas como se debe conducir la justicia. Es algo falso, pernicioso e ilegal.
El instrumento de consulta no es para preguntar si en México se debe aplicar la ley, menos para preguntar si esa las leyes se pueden aplicar a personas específicas. Por supuesto que es contrario a la razón política y jurídica preguntar ese disparate.
Y como no podemos pensar que quien propuso ese mecanismo de consulta es un cretino o un enajenado, definitivamente hay un propósito oculto para proponer tamaña ilegalidad y que el pueblo ingenuo la acepte. Es una argucia pervertida.
Lo voy a decir con peras y manzanas: En primer lugar, cualquiera que sea presidente de México, solo tiene mando legal en el poder ejecutivo de la Federación, en ningún otro poder federal, sea legislativo, judicial o autónomo. Tampoco en los poderes de los 31 estados, ni en el Gobierno de la Ciudad de México y no, tampoco en los aproximadamente 2446 municipios del país. Eso, haya que tenerlo en la cabeza. Eso dice la Constitución. Pero de todos los poderes que formalmente no tiene, el que si tiene es el de ordenar sin dilación, que se persiga el delito que sea, del tamaño que sea.
Y aunque no tiene los demás poderes sujetos legalmente, por la vía de su partido y sus aliados, de hecho, tiene poder de sobra. Eso es debido a una tradición de sumisión total, porque ellos, los demás que no son parte del poder ejecutivo federal, realmente lo obedecen a todo lo que les indique, incluso saldrían sobrando. Cobran y ocupan espacios sin ejercer sus facultades jurídicas como indican las leyes.
De tal forma es la esclavitud al presidente, que odian hasta a las mismas personas que él odia y por ejemplo, no hacen lo que deben hacer, como combatir el crimen que señalan las leyes, porque el presidente no lo hace; ya sea porque está acobardado o porque ha pactado con los capos, y: "lo que hace la mano, hace la tras".
Eso no es democracia, y en México la gente sigue pensando como en la época de Porfirio Díaz, darle todo el poder al presidente y a su gente para que nadie tenga otro punto de vista. Es una característica del tercer mundo, de las dictaduras y gobiernos de baja calidad ciudadana. En los países avanzados, en todos menos en las dictaduras, repito, los del propio partido del presidente tienen posiciones divergentes, son personas en uso de sus facultades mentales, verbales y no zombis.
Y el presidente cuando toma posesión del cargo, jura, es decir, se compromete so pena de perder el poder, en respetar y hacer respetar la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.
No es opcional, es su obligación fundamental y me atrevo a decir: única.
En el momento que el presidente que sea, intenta no respetar y hacer respetar la Constitución, de facto, es decir, en la realidad, ya no es presidente. Se convierte en un político contrario al país, porque está desobedeciendo y rompiendo con su único compromiso para el que se le da poder, por eso se le da poder colectivo, para llevar a la justicia a los criminales, a todos aquéllos que se burlan y se han burlado de la Constitución y sus leyes. Tiene, es su obligación, que llevar a la prisión a quienes sabe, cometieron crímenes no contra él, ojo; sino contra todos los mexicanos, porque eso señala la raíz constitucional.
El criminal ya sea pandillero, delincuente común, empresario, o expresidente, no son impunes. El presidente está obligado por juramento y por legalidad, a hacer uso de los medios que tiene para ejercer la justicia, se oponga quien se oponga. Nadie debe ser impune. No le tiene que preguntar a nadie, si tiene los elementos que dice tener y no son falsos debe actual quiera la oligarquía o no, quiera el populacho o no. No es venganza social, es mandato legal.
Entonces debe el presidente, si en verdad sigue siendo presidente de México, de inmediato obedecer las leyes que juró e instrumentar las acusaciones por la vía correspondiente y darles reja a los que dice son de lo peor. Sencillamente demostrar jurídicamente sus fechorías por las vías legales no por linchamiento popular, porque no existe esa figura en los ordenamientos legales. Si recurre al linchamiento popular deja de ser autoridad, porque instiga directamente que la ley sea violentada fundando en la presunción o la fama pública, lo que debe ser un proceso legal. ¿Me equivoco?
Entonces lo que se pretende hacer el 1º. De agosto es muy grave.
Porque aparte de considerar a la Constitución como una basura por quien debía ser su defensor número uno; en segundo lugar, se cocina algo nauseabundo: si la gente sale y aprueba ese mamarracho de consulta, va a decir que la gente lo pidió y va a romper el Pacto de Impunidad presidencial perverso; algo que demostrado está, no quiere. Va a tener que llevarlos a la cárcel a todos y a los que se prestaron a operar malignamente. Lo que parece superficialmente bien, pero mal en el fondo. Lo debe hacer sin consulta, si respeta las leyes.
Si la gente no sale a decir nada sobre esa enredada opinión mal redactada va a decir Amlo que la gente validó el Pacto de Impunidad, pacto que hasta la fecha él respeta contra viento y marea. La libra, y desobedece a las leyes.
En ambos casos pone a la muchedumbre por encima de la Constitución y de las leyes, y va acostumbrando a la gente a violar derechos, así como las consultas chafas del aeropuerto de Texcoco y la cervecera de Mexicali, que tuvo que pagar el pobre y tonto pueblo, como por el doble de su valor.
Todo ese circo costosísimo es para lo que él quiere: pasarse por las patas el artículo constitucional, que costó un millón de vidas, la no reelección; argumentando que el pueblo lo pide, y eso, dirá que es suficiente. Por eso se burla de sus destapados, a los que mandó prematuramente a una carnicería de caníbales. Al final solo queda él... ¿me equivoco?
Columna del 14 de julio del 2021
Realineamiento geopolítico: Se convulsiona Cuba y el Caribe
Jorge Miguel Ramírez Pérez
La guerra fría que terminó de 1989 a 1991 era un reparto de tipo racional. Se hacía visible en áreas geográficas naturalmente influenciadas por la potencia determinante, ya fuera Estados Unidos o Rusia, los países se integraban en un bloque militar o sencillamente político.
Los bloques se distinguían por dos elementos: una lógica que privilegiaba la vecindad, donde la cabeza aparte de su frontera formal, en realidad, ensanchaba un cinturón de seguridad que abarcaba a los países cercanos. Y dos, como factor de identidad sistémica, afinidades en el enfoque democrático y en los objetivos de una economía de mercado en Occidente; o de un sistema estatista, dirigido por una élite altamente ideologizada, como sucedía en Rusia, que en ese entonces tenía el nombre de Unión de Repúblicas Soviéticas y Socialistas.
El objetivo de los arquitectos de ese mundo bipolar no era sobreponerse al rival, como afirmaban las respectivas propagandas, sino mantener un orden mundial en una sola de las dos partes que les correspondían, ya sea por razones históricas como era el caso de Rusia aglutinando fundamentalmente el territorio multicultural y multinacional del imperio zarista, o la influencia delimitada del proyecto comercial de Estados Unidos y sus aliados.
Pero la caída del mundo bipolar supuso que una de las potencias triunfaba en el horizonte histórico, sin que la potencia que se desestructuraba, en este caso Rusia, que dejaba sus identidades soviéticas con la consecuente caída del Partido Comunista, pudiera recuperarse manteniendo el vasto compromiso territorial euroasiático.
Lo anterior no dejaba de ser cierto en parte, por cuanto el sistema económico de comercio extensivo, denominado capitalismo por sus detractores, tendría un crecimiento rápido e invasivo, que iba a ocupar el vacío de doctrina ideológica de mal vivir en etapas de raciocinio y austeridad espartana, sacrificios inútiles plenos de sadismo social. En eso sí, el mundo de la Cortina de Acero, desde que sucumbió la Rusia comunista, es decir los países firmantes del Pacto de Varsovia, se desarraigaron del sistema estatista y se integraron a la economía mundial paulatinamente.
Pero después de que se formaron los nuevos sistemas interestatales bajo las consignas de democracia y globalismo: la Unión Europea, el TLCAN, hoy TMEC, creció la OMC, surgiendo China avalada por la tesis de mantener a Rusia cercada; y se institucionalizó el Foro de Davos, como oráculo del poder mundial; la pretensión de Estados Unidos de convertirse en la potencia mundial sin rival, se topó con una realidad cuya dinámica no controlaba, se empobreció, se endeudó y no pudo renovar armamento.
Por eso antes de morir como mensaje póstumo el astuto Zbigniew Brzenzinski afirmó en el 2016 que: "si Estados Unidos quería seguir siendo la primera potencia mundial, debería abdicar a la idea de gobernar el mundo". La premisa anticipaba una transición geopolítica que aprovechó Donald Trump, trastocando el viejo proyecto de "un nuevo orden mundial" preconizado desde la Trilateral y en los 28 años de gobierno de las familias Bush-Clinton.
Lo que hizo en cuatro años Trump, y en particular su alianza con Rusia en el nuevo reparto territorial; arrinconando a China, obstaculizando el Transpacífico; dejando que el gasoducto siberiano penetrara en Europa; negándose a negociar con Irán y destruyendo la élite del Estado Islámico, son algunas de las políticas irreversibles porque entran en la categoría de decisiones geopolíticas, que Joe Biden no puede modificar, por ejemplo: saliendo EUA de Afganistán, de inmediato ocuparon el vacío tanto Rusia como El Talibán... ¿para qué estuvieron 18 años en una región que en la guerra fría era controlada precariamente por los rusos?
¿Como explicarles a los electores esa incursión en estos tiempos? Ya no hay retórica, no está George Bush, ni Hillary Clinton tiene entrada preferente a la nueva corriente de poder, la de Biden, que suma cero. Y ese es el problema del establecimiento demócrata: son muchas tribus, con muchos jefes y pocos indios. Están los socialistas como Sanders o Elizabeth Warren, anarquistas como la representante Ocasio Cortes; y elitistas por mencionar a las familias de caciques, como la señora Pelossi que dice Samuel García, el joven político de Nuevo León que recibe su apoyo.
En ese mar de conjeturas por supuesto que lo que pasó en Haití y sucede en Cuba, en Nicaragua y se reactiva periódicamente en Venezuela, es una operación que en las reglas geopolíticas le corresponde a Estados Unidos gestionar. La primera prioridad es el Comando Norte donde está incluido México, pero en ese esquema está gran parte del Arco del Caribe.
Pero el problema no parecer ser el "¿qué?" porque es claro que son gobiernos vecinos y enemigos del comercio extensivo, dictatoriales y promotores de la desestabilización migratoria, tema que aparte tiene otros resortes. De hecho, esos gobiernos, forman el Frente Narcopolítico de Sao Paulo. Y Estados Unidos está urgido de dar un golpe fuerte en la mesa para ratificar su posición. Aquí cerca. No en Bielorrusia donde les salió el tiro por la culata, ni en Argentina, aunque pertenece al territorio Monroe, donde se está amarrando proyectos concretos con Putin....
Más cerca, urgen las acciones bien pensadas pero contundentes: impedir la dictadura del haitiano que tenía todo para imponerse mas tiempo; con la pandilla que controla Cuba donde se han pasado de indulgentes; lo mismo con Ortega en Nicaragua y no digamos con todo el esquema de narcoterrorismo que toca a sus puertas. Biden debe actuar, porque le quieren tender la cama con otra que suma cero, la señora Kamala Harris, tampoco tiene grupo, pero juegan los que impulsan el caballazo al Sleepy a los entusiasmos sustituyan la capacidad operativa.
Por lo pronto la computadora que los rusos le robaron a Hunter Biden, va a seguir hablando. La foto de Carlos Slim, con Miguel Alemán, los Biden padre e hijo, y las notas publicadas no tienen desperdicio. Hicieron mella y no impidieron que el heredero de la dinastía Alemán, salga por la puerta trasera.
Estos son definitivamente otros tiempos, pensar que Alemán Velasco fue el factor esencial para que Peña fuera aceptado por la potencia y hoy sea tratado como cualquier mortal, es para pensarse...