La paulatina y, lamentablemente, violenta irrupción del crimen organizado en el actual entorno electoral pone en evidencia, igual la falta de efectividad de la estrategia anticrimen implementada por la nueva administración que, sin duda, los tantas veces denunciados y reiteradamente negados vínculos entre la política (algunos de sus protagonistas) y los cárteles.
El PRI saca ventaja significativa en Culiacán y Ahome. En Salvador Alvarado, después de un fuerte proselitismo político, se puso arriba con una ligera ventaja que puede incrementarse en esta semana. En Mazatlán la careada está muy pareja.
Desde Hace un par de semanas, Acción Nacional, vive uno de sus momentos públicos más escandalosos desde su fundación; y es que no es para menos, su jefe nacional Gustavo Madero se ha liado en un pleito, donde se vale pellizco, patada y tierra en los ojos, con el ahora ex coordinador de los Senadores, Ernesto Cordero.
Aún cuando se puede considerar a la reforma electoral como parte de la reforma política propiamente dicha, lo cierto es que existe una confusión bastante lamentable que se origina al asimilar y reducir, a la segunda, con todo su alcance y con la trascendencia intrínseca que tiene, a los cambios que se limitan a atender, una vez más, a los aspectos de organización, operación y sanción de los comicios, que son materias importantes para los partidos pero que no lo son tanto para los ciudadanos.