Columna del 26 de agosto del 2019
Los módulos de riego en el corporativismo obsoleto
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Tal vez para la gente que no está habituada a la problemática del campo, hablar de los módulos de riego no signifique gran cosa, pero es a través de estos módulos dirigidos por asociaciones civiles de usuarios, que desde 1989 se determinó empezar a transferir desde el gobierno, la responsabilidad del servicio de agua para riego en el sector agrícola, incluyendo su infraestructura.
Y después de todos estos años en los que paulatinamente se descentralizó este servicio quedando en manos de los propios usuarios, se puede decir que en términos generales, los resultados son positivos en tanto se logró que los productores en su calidad de usuarios pudieran operar con un esquema moderno y con mayores horizontes.
De hecho muchos de los beneficiados en esta modalidad, han transitado a mejoras en las tecnologías de riego y en la organización de la distribución del agua. El rasero de los resultados muestra que mucho más de la mitad de la producción nacional proviene de los sistemas de riego en el país, de los que destacan los distritos de riego por encima de las unidades de riego, que requieren de un esquema de inclusión en infraestructura que hasta la fecha no se ha logrado.
Sencillamente en estos años, arriba del 70% de la producción que se exporta tiene su origen en los esquemas de riego del país. Son muy importantes.
Pero como todo, el tiempo abona experiencias positivas pero también establece rutinas que deforman los objetivos iniciales y esclerotizan los esquemas que dieron lo mejor en cierta etapa, pero que requieren de revisiones profundas para revitalizar las organizaciones y replantear metas olvidadas.
Porque en un principio fue objeto de la negociación para la aceptación de la transferencia de la infraestructura a los usuarios, el compromiso de parte del gobierno para apoyar en un 50% en maquinaria y en programas de conservación esa infraestructura que se entregaba; pero al cabo del tiempo ese paquete de apoyos que se suponían temporales, se fueron volviendo definitivos, porque el ingrediente de la conveniencia política recreaba hasta presiones artificiales, para renegociar, decían, lo que ya se veía muy falto de argumentación técnica.
Los módulos recibían así las cuotas del agua sin la necesidad de hacer otras erogaciones, que el gobierno generalmente priísta, cubría adjudicando presupuestos que seguían la pauta estructural, es decir aumentar la cantidad por inercia y no por un análisis estricto de las necesidades.
De esa manera fue que las directivas de los módulos ganaron mucho poder y las asociaciones se convirtieron en objeto de disputa política y económica.
Las instalaciones de los módulos se convirtieron en muestras de lujo para el medio rural, los vehículos de los directivos también de lujo, exhibieron ese poder asimétrico con muchos de los usuarios con carencias, no digamos con los demás, los temporaleros, los que carecen de la certeza de siembra, que da la seguridad de la disponibilidad del agua. Incluso en esa escalada ascendiente, los módulos de riego rebasaron a las asociaciones agrícolas en influencia y cercanía del poder priísta sobre todo en el sexenio pasado.
Hoy ya han desaparecido con mucho, los argumentos de apoyo a la infraestructura que originaron ese poder corporativo. Los resultados, por ejemplo, de ahorro de agua y redistribución del vital líquido para nuevos usuarios nunca se han visto; las necesidades de transformar el espacio del riego en zonas ambientalmente saneadas, tampoco han sido prioridades de las directivas de los módulos.
Según se entiende el interés del nuevo gobierno es limitar el intermediarismo y renovar las instituciones, es el reto porque la infraestructura se necesita y para evitar los impuestos compensatorios, es la única salida para apoyar a los productores sin incurrir en represalias arancelarias. Solo que las organizaciones hibridas del pasado ya no sirven, llegaron únicamente a reproducir poder de tipo patrimonialista de parte de algunos grupos enquistados, que solo encumbran sus dirigencias, en un afán personalista demostrando que ya no le entendieron lo que necesita el país.
Como muchas instituciones y organizaciones, en su función de asociaciones de presión ya no tienen lugar en la dinámica del México de hoy.
Ojalá que esas prácticas que fomentan el desequilibrio social y el poder de incrustaciones ilegítimas como son los grupos que se adueñan del líquido y de los enseres de su conservación sean cortados de raíz por el bien de la producción.
Columna del 21 de agosto del 2019
Urgen Recursos Sociales y Para el Campo
Jorge Miguel Ramírez Pérez
La realidad de México es muy cruda y depende mucha gente, tal vez más de lo que imaginan las autoridades, de los recursos federales para sobrevivir.
Ayer por ejemplo reconocía el titular de SEDESOL en Veracruz, Guillermo Fernández Sánchez que en ese estado se han aplicado solo el 8% de los más de 409 millones presupuestados para ese fin.
El responsable del área apuesta a que no se produzca un subejercicio y que se logre colocar el restante en lo que va del año. En estos 8 meses de la nueva administración no ha sido suficiente lo erogado.
Por una parte se entiende que se necesiten ajustar los programas a los objetivos que plantea el nuevo gobierno y que había que peinar lo mas posible, los esquemas para que no se destinaran para beneficiar intermediarios como se ha declarado. Lo cierto es que el destino ha alcanzado las intenciones mas razonables.
Porque independientemente que los apoyos sociales han sido interpretados desde el poder en diversas administraciones, para sostener estructuras de poder electoral como se ha señalado reiteradamente, el hecho es que el país ha transitado con ese compromiso desde hace varias décadas y son muchos los que dependen de esas cantidades para su sostenimiento.
Y es ahí donde surgen los cuestionamientos que a veces se oponen entre sí, unos que buscan una racionalización necesaria y otros que reiteran que por lo pronto no hay que parar el flujo.
Lo mismo sucede en los programas de apoyo a la producción agropecuaria porque de ellos depende que no se caiga la en la inacción, de la que los hombres del campo son susceptibles de caer, ante los cambios que no encuentran toda la explicación que quisieran y que produce incertidumbre por los retrasos de la reestructuración de los mandos locales de la Federación, donde no se sabe a ciencia cierta como van a quedar ni las reglas que se van a aplicar.
El tiempo corre y queda todavía la esperanza de que las cosas se acomoden y que los logros de la producción no se detengan.
El campo mexicano es un baluarte que requiere dedicación y una estrategia que considere los apoyos e insumos imprescindibles, como son implementos, obras de infraestructura hidroagrícola, sistemas de riego, semillas y una gama muy completa que los productores requieren.
Es una oportunidad ir construyendo los factores para hacer despegar la economía del sector rural sobre nuevas bases, que por cierto, no pueden surgir de una generación espontánea, sino de esfuerzos paulatinos pero continuos,
Ojalá que los compromisos de los funcionarios sean oportunos y se pueda salir a tiempo para avistar un horizonte de real bienestar productivo.
Columna del 19 de agosto del 2019
Urge un México sin impunidad. Violadores y vándalos.
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Lo del encarcelamiento de la señora Robles, alivió un poco la sensación que se tuvo por la escapatoria del pillo Lozoya, y eso no del todo, porque se aseveró en una mañanera que no había por lo pronto más pícaros adentro, en una clara referencia a lo que odian los mexicanos: los acuerdos del poder en lo oscuro.
La gente ya no cree en nada, son pocos los entusiastas que piensan que las cosas van mas allá de las venganzas de chivos y chivas expiatorias, a mi por poco me convencen, porque por una parte si veo que hay interés en castigar; pero al mismo tiempo hay interés en recordarles a los que estorbaron la carrera de Obrador, que no se le olvidan sus acciones de los videos grabados.
Al pueblo le importa un bledo ese escándalo, porque lo que sueñan chairos que tienen hambre vieja y los fifís, que no tienen llenadera, es recibir los fajos que se filmaron por parte de ese agente internacional, el argentino Ahumada que era y es, un pájaro de cuenta. De ese tamaño es la estatura moral del "pueblo bueno y sabio".
Si de veras le van a entrar con todo, como debería ser, con lo de la Robles tienen todo para cargarse a todos, hasta a Meade, que mandó publicar con el chileno Pablo Hiriart, el amanuense de Carlos Salinas, que "le tienen miedo a Meade", como quien dice: debe tener pruebas de algo gordo que pueda acalambrar a los nuevos.
Vamos a ver si los ponen a temblar. Porque entonces la visita de los pepetoños: José Antonio Meade y del concuño de Salinas, José Antonio González Anaya al Palacio Nacional, fue para advertir y amenazar; y algo debe haber, porque fue precisamente en ese contexto, cuando se dijo en la conferencia mañanera prácticamente que Meade no estaba, ni Peña, en los planes para atraparlos.
Pero por el lado que se mire campea la impunidad, el mal mayor de México; y todo hace pensar que si no fuera por el periodismo de investigación, que llevó a cabo "Animal Político" en la "estafa maestra" como en lo que investigaron de Javier Duarte, todo sería oculto, propio del mundo de secretos, que hemos padecido a los largo de la historia; donde los tratados y las tranzas de arriba, son eso, "secretos de estado", vedados a los simples ciudadanos.
La prueba ha sido la errática investigación de la violación reciente en la capital, en ella se muestra la autoridad "ultra legal" pero muy lenta, por no decir resuelta a dejar los crímenes en el olvido, en los expedientes engorrosos y como siempre con hipótesis extremas para no llegar a puntualizar sobre los culpables sin abordar pruebas satisfactorias en un sentido u otro. Es indignante, tanto, que el jefe
policíaco Jesús Orta, de la ya muy cuestionada Claudia Scheibaum fue exhibido y vejado.
Como pasa siempre en todo el país, se retardan las investigaciones; porque esperan los burócratas, que se resuelvan a abrazos y no balazos y que los que son víctimas directas e indirectas, aguanten los daños que son culpa del pasado, o del neoliberalismo. Porque la filosofía barata, de no combatir la violencia con la violencia, no se aplica en la naturaleza del Estado; sobre todo, porque es descalificar leyes y auto clausurarse para ejercer lo que es una obligación de parte de las autoridades, es decir, aplicar la violencia legítima, en otras palabras las disposiciones legales contra los transgresores incluso contra su voluntad, para eso los eligieron
Porque ahora resulta que los delincuentes son las víctimas, a las que hay que correrles toda pleitesía y consideración, de esa materia que es la impunidad y hoy tiene el nombre ampuloso de: derechos humanos. Por eso andaba con las faldas bien fajadas la Robles, cierta que sus abogados reclamarían que robarle al pueblo, no es delito grave que merezca pena corporal.
Pero eso es lo cotidiano en todos los niveles. Ejemplos, muchos. Los jueces la hacen cansada, para agotar a las personas en busca de la justicia y no actúan contra los padres irresponsables, que no dan pensión y hasta falsifican burdamente firmas, como sucede en un caso conocido por mi, en Sinaloa, en donde les dan todas las garantías a los burladores de la ley, contra los intereses de la niñez indefensa.
Por eso no es de extrañar que tengan un pretexto, para horrorizar a la gente, las desquiciadas que cometieron vandalismo felón; hasta en los monumentos que hizo el único verdadero constructor de México, Porfirio Díaz, cuya obra es la única que perdura, como es la columna de la Independencia, que fue dañada. La supuesta o real impunidad, se combate con más impunidad.
Por cierto los vigilantes de que se cumpla la impunidad a cabalidad, los de los derechos humanos de la capital, se congratularon de que el gobierno no gobierne, dijeron que era bueno no actuar contra los tipos y tipas bestiales.
Ya basta de medias tintas y argumentos guangos: violadores y asesinos reincidentes: pena de muerte.
Vándalos de lo que sea: cárcel con trabajos físicos obligatorios y reparación del daño, de todo el daño. Algo imposible para ellos, pero que cuesta.
A ver si otros la piensan un poco más antes de hacer fregaderas.
Porque es inaplazable erradicar la impunidad de tajo y dejar a los de los derechos humanos para que sigan pensando, pero en su casa, que hay que proteger ante todo a los sicarios, violadores y vándalos, como asunto institucional prioritario...
Columna 14 de agosto del 2019
Rosario, los Cómplices, los Cobardes y el Peor Presidente
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Lo que tenía que pasar, pasó. Rosario Robles quien se iniciara en el sindicalismo universitario escaló como ninguna mujer lo ha hecho, puestos a nivel de Gabinete, liderazgo partidista, incluso la jefatura del Gobierno de la capital; pero más que todo, tuvo en sus manos todas esas ocasiones, un excepcional recurso presupuestario, y ya cayó.
Por fin la exfuncionaria fue atrapada por la justicia, con su dosis de consigna de venganza, por pecados políticos pendientes más que por sus habilidades para birlarle al pueblo el dinero que falta, que es mucho más de lo que tratan de acreditarle. Mientras no se vaya con todo y por todos, la duda de un chivo, chiva expiatoria en este caso, persiste.
Porque Rosario tiene cómplices arriba, abajo, a los lados y todos están muy calladitos, porque prefieren pensar que no los van a alcanzar porque no se opusieron tan abiertamente como la señora contra López Obrador, que en eso de tener puestas las faldas, es cierto.
Otros cobardes ya corrieron y aventaron hasta a su madre, como el amanerado de Lozoya que no sabe ser mafioso ni de tercera, porque mafiosos son, porque esos pandilleros son cobardes, estén vestidos del lado de la ley o en contra, porque siempre actúan en ventaja y en bola. Solo los corridos y la banda, los hace héroes valientes, porque como los históricos Villa o Zapata, mataban indefensos con las manos amarradas. No en balde están en letras de oro en el Congreso.
Rosario al menos fue directo al matadero y por supuesto que sabría que iba a ser detenida. Lo que se comió es para empachar a un elefante.... ¡Pero eso sí, no se lo zampó sola!
El armador de los tinglados recientes fue el oficial mayor en las dos ocasiones en que Rosario fue secretaria: Emilio Zebadúa, un exconsejero del IFE, hoy INE, con perfil de intelectual y simulador, propio de los consejeros de esa dependencia, pero audaz en sus raterías. Todos en México lo sabían y le recomendaban a la Robles que se deshiciera de él. Los Cárdenas proponían a un extesorero de Michoacán en su lugar. Misteriosamente le imputaron un delito los priístas de ese estado, y tras el escándalo en los medios, en unas horas salió el afectado olvidándose de apetecer ese cargo.
Rosario era aliada cercanísima de Miguel Ángel Osorio Chong, ella comandaba vía Ramón Sosamontes, otro incondicional, la asesoría para su campaña política y Zebadúa era uno de los recolectores de dinero para el mismo fin. No se lo iban a quitar a Osorio.
De hecho la señora Robles fue apadrinada por Osorio con el argumento ante Salinas y Peña, para que tirara al PRD del gobierno de la Ciudad. Eso incluía dejar de lado a los obradoristas también, a toda la izquierda, de la que decía ser fervorosa creyente.
Lo de avanzar sobre la Ciudad de México, fue un pretexto, porque no es posible que un improvisado como Miguel Ángel Mancera, jamás fue severamente cuestionado de tantos yerros cometidos, al grado de que incluso supuso podría ser candidato a la presidencia de nuestro país. El compromiso de Rosario Robles era jugársela a morir con el secretario de la SEGOB, que tenía como única preocupación sustituir a Peña Nieto. Sus prioridades subordinas eran luchar contra Videgaray, aliarse con los atlacomulcas y dejar que el crimen hiciera lo que quisiera.
Pero los cómplices saben que la víbora está chillando, y que la pandilla es enorme; allí están los rectores, directores y funcionarios de las universidades que se prestaron para lavarle el dinero a la Robles y a Osorio.
En otra investigación se menciona al Zebadúa de Gobernación, un porro, Jorge Márquez Montes que inflaba presupuestos de la seguridad pública, era el "cochinito" para el Chino Osorio. Terrible, monumental e insaciable puerco gordo era el que alimentaban.
¿Cómo estarán las cosas? Que sabiendo que los traen, se atrevieron a mover tres millones, que el Osorio prefirió perderlos, que admitir que los movía seguramente para pagar sobornos o a la defensa de la operadora de sus ambiciones. Que malos son los malos. Dos colaboradores del hidalguense van a pagar la lealtad al crimen. Es la "Omertá", el silencio de los mafiosos lo que los mantiene cohesionados, unidos hasta en la prisión, ya veremos.
Pero todo, absolutamente todo conduce al que se ostentaba como jefe, del que bautizó Francisco Labastida, como "El Peor Presidente de México en su Historia": Enrique Peña Nieto, un capo de tutti capi, uno que autorizó todas las estafas, las de los gobernadores, las obras infladas, las cobradas y no realizadas; y por su puesto la "estafa maestra" obra singular de las cañerías, que se llevó entre las patas a las simuladas investigaciones universitarias.
Lo peor es que todo México sabía lo que se esperaba con el saqueo de Peña Nieto, desde antes de que fuera electo; incluso un servidor, dicté una conferencia advirtiendo los riesgos de votar por el PRI, con datos y analizando lo que sucedía en el entorno de un Calderón empeñado en sacar adelante a la clica atlacomulquense. Se los dije en la Extensión Universitaria del ITAM. No me volvieron a invitar desde entonces.
Y hablando de la madriguera de los Meade y Videgaray, el curso de los acontecimientos debe seguir con todos ellos, decía, para alejar sospechas de venganzas. Porque ya salió el peine y el lugar de tapadera profesional que tenía Meade en ese sexenio y en el Gobierno de Felipe Calderón. Por eso lo quería Videgaray de limpiador, aunque con la Robles no hizo su verdadero trabajo de tapar la cloaca, y también es cómplice.
Moraleja: no hay que perdonar las estafas ajenas porque la ley no lo perdona y no prescribe, aunque lo haya ordenado el que manda. El dinero es también ajeno, es de los contribuyentes ¡Aguas!