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La Nueva Gobernabilidad que viene

Columna del 10 de junio del 2019

La Nueva Gobernabilidad Que Viene

Jorge Miguel Ramírez Pérezjorge miguel ramirez

 

Algo optimista de la crisis de los aranceles se rescata, aparte de la experiencia negativa, por no entender los verdaderos alcances de seguir a pie juntillas las recomendaciones de la burocracia internacional, que ha hecho de los derechos humanos un tema para desestabilizar gobiernos.

Y es el hecho de que los acuerdos del viernes, implican una nueva gobernabilidad para México. El antiguo sistema de operación se cayó, y dejó huecos -que en las nuevas condiciones internacionales y sobre todo, nacionales-, no se podían ya tapar.

Migración-en-México

En el panorama exterior se necesitan revalorar adecuadamente tanto las instituciones de carácter multilateral, en particular a la ONU, en un papel de mucha presión ante los gobiernos nacionales como el de México, ajenos a las crisis políticas de otras naciones, pero que obligan mediante convenios a cargar con ellas; como las relaciones bilaterales con los vecinos: EUA, Guatemala, incluso Belice; así como, con los demás países de Centroamérica y del Caribe, todos con problemáticas internas migratorias que nos rebasan en su solución.

Urge también revisar las interpretaciones conceptuales de los llamados derechos humanos, que cada vez resultan más, y mas difíciles de satisfacer, y lo mas espinoso, hacerlos encuadrar en la realidad, no en las disquisiciones exclusivamente de lo ideal y volátil.

Esas premisas entran en la clasificación de las definiciones geopolíticas, e implican por supuesto, un arreglo interno que obliga a la 4ª transformación a establecer otros esquemas fuera de lo convencional.

Es decir se tienen que agudizar cambios imprevistos, otorgándoles operatividad en tiempo y forma. Decía un amigo experimentado en el quehacer público: "ahora si viene el arranque del gobierno". Refiriéndose sobre todo a lo que la necesidad plantea: una nueva gobernabilidad que le hacía falta a México hace rato, porque hay que decirlo no se previeron los riesgos, porque en el horizonte de los grandes problemas, en primer lugar era negar que existían; y en segundo lugar, parchar con paliativos lo que ya eran hoyancos insalvables.

El asunto migratorio es emblemático: de ser un asunto fuera de las prioridades de los gobiernos del pasado, una agenda "lado B·, se fue colocando con el tiempo y las coyunturas de los malos gobiernos de la región, incluso de otras geografías distantes; a convertirse no solo en una prioridad desde el pasado viernes para México, sino en un problema común, prácticamente sin antecedentes previos, para la relación con EUA, que independientemente de ser el centro del interés de los trashumantes actuales, nos pega a los mexicanos documentados o no, tanto en el interior de Estados Unidos con redadas intensas, como con las graves amenazas a la estructura comercial de nuestro país .

Y llegó el momento en el que ya no había para a donde hacerse, ya no podía el gobierno federal, seguir con la misma política ineficaz, sin encarar institucionalmente el pasadero

de gente sin control elemental. Se convirtió México en pasillo internacional, en un cuello de botella, cuando aflojó la de por sí, mala política migratoria del sistema anterior.

Ahora se acepta y se reconoce desde este fin de semana el asunto migratorio integral, como algo, a lo que hay que entrarle con medidas de gobierno; instancias que hay que erigir, otras actualizar, que deben coordinarse mas de lo planeado unilateralmente, con los funcionarios del gobierno estadounidense. Se optó por ver la realidad que por lustros no se quiso reconocer hasta que se derramó el vaso.

Y eso, implica que las instituciones que se encargaban de enfrentar o si se quiere, de manera peyorativa, simular, la crisis de los migrantes; necesitan ser replanteadas en estructura, funciones, personas y metas. En los demás temas es similar.

Y eso tan necesario, implica inversión pública no prevista pero imprescindible. Y muchos mecanismos más.

Porque se está construyendo un nuevo sistema se quiera o no y hay un nuevo trato, a partir de la deconstrucción de lo que había, no solo en los recursos materiales y humanos que deben incorporarse a la nueva visión compartida del problema ístmico ; sino en las formas de enfoque, del análisis y de las operaciones para sacar adelante lo que se firmó.

Por eso creo que la etapa de parches con los que estaban aparentemente solventando los aparatos de control en materia migratoria, no sirve. Es volver a caer en las condiciones que desembocaron en el mismo problema que se quiere evitar. Y el que mostró su verdadera magnitud, exactamente la punta del iceberg del tamaño del daño, que los responsables de la política migratoria ingenuamente no previeron. Al menos eso es lo que se percibió.

Y por lo que a México y a sus autoridades corresponde, me parece que se debe dejar por sentido común, lo que se interpretaba como una provocación sin beneficios. No se ganó nada, solo hubo daños. Por ahora, se debe optar por un esquema de responsabilidades compartidas, en serio. Rescatar lo mejor con lo que se construyó el acuerdo, porque no es un acuerdo perene, sino uno, en condiciones de evaluación, una espada de Damocles que pende sobre las cabezas de todos.

El asunto es geopolítico, y por lo mismo implica por método, una revisión del espectro global -no globalista-, interno y externo, para establecer las fortalezas de la nueva gobernabilidad que se ha anunciado y que le tocó a la 4ª. Transformación abordar. Por necesidad, ya se tiene una columna vertebral, para darle al cuerpo nacional, al país, no solo una nueva postura, sino una reconexión política, que llame a la unidad que tanta falta hace.

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Amigo…. primero la casa

Columna del 5 de junio del 2019

Amigo.... primero la casa

Jorge Miguel Ramírez Pérezjorgemiguel20180812

 

La convicción de humanitarismo es no solo loable, como dijo López Obrador, es un mandamiento de Cristo: "amen a sus prójimos", pero también dice la Escritura que: "es mejor un vecino cerca que un hermano lejos".

No se nos piden imposibles, aunque parezcan interpretarse de ese modo, los preceptos cristianos. Son claros como ese también de Jesucristo, llamado "la Regla de Oro": "...todo lo que quisieran que los hombres hagan con ustedes, eso mismo haced vosotros con ellos" de lo que deriva el apotegma juarista, del "respeto al derecho ajeno es la paz".

EBRARD

De la sabiduría divina emana la sabiduría humana cuando es eso, y no una simulada forma de astucia que envuelve otras intenciones.

Trump y su pueblo están en su derecho de admitir a su país, como nosotros, a quienes nos parezca correcto darles entrada. No podemos forzarles a adoptar la misma escala de valores que tenemos o, mejor dicho: la que nuestros jefes políticos tienen.

En nuestra casa marcamos reglas para los propios y si alguien nos visita, o le dejamos entrar a nuestro hogar, se espera que esas mismas reglas sean respetadas, en tanto están en un lugar que no es el suyo. Así de claro. Si las reglas domésticas, los foráneos las perciben inaceptables, solo tienen una opción: salir por la puerta que entraron.

Menos puedo yo promover a que terceros se metan a la casa del vecino y lo obliguen a aceptarlos sin su consentimiento expreso, solo porque éstos tienen problemas afuera, en otro sitio y quieren entrar a esa casa, a como de lugar.

Claro está que hay gente que sufre, de hecho, todo el mundo sufre de una u otra manera, y gente que padece por causas políticas, que a decir del Presidente, son hondureños que tienen problemas en su país.

Por cierto, es destacable que se subraye el origen prioritario de esos problema que también verbalmente hizo extensivo a Guatemala y a El Salvador, otras naciones que no recientemente; sino desde que se zafaron del imperio mexicano de 1821, quedaron a deriva como toda América Central, menos Chiapas que sigue con nosotros; dado que sus élites políticas prefirieron estar bajo la amenaza filibustera angloamericana, que compartir un destino con México. Ya van a cumplirse dos siglos de esa decisión que sumió a las repúblicas del istmo americano, peyorativamente llamadas bananeras, en la inviabilidad nacional.

Porque la historia nos demuestra que con voluntarismos no se hace política, al contrario se pierde en la política.

También ya vamos a cumplir en el 2021 dos siglos los mexicanos de mala dirección, porque en ese tiempo, México era la tercera potencia territorialmente hablando mas grande del mundo, solo después de Rusia y China, las que siguen siendo desde entonces la primera y ahora tercera, porque se afirma que la segunda es Canadá, con mayores
extensiones, mientras que nosotros, en el rasero de los resultados somos la del lugar 14. No se gana perdiendo, y en política menos por menos, da menos, no más.

Y tampoco se trata de ser amigos por la amistad misma. Porque Juárez se hizo "amigo" de los estadounidenses, de Lincoln, en la medida que nunca reclamó que nos quitaron con alevosía la mitad del territorio y no solo eso, hasta les cedía el istmo de Tehuantepec. Tampoco podemos ser concordistas con pérdida.

¿Y si son los hondureños el problema porqué no se plantea en ese contexto el asunto? Con sus autoridades directamente.

¿Entonces qué hacen africanos, asiáticos y diversas nacionalidades, entre ellas los cubanos, que agarran para el rumbo de México sus anhelos de llegar al american dream, como sea; porque ellos, obviamente no quieren estar con nosotros, nos desprecian y en realidad no los necesitamos; de hecho con su actitud antimexicana, como se ve en reportajes y videos, nos estorban.

Ellos, los migrantes, quieren estar en el mundo güero, de lava escusados o de sicarios, les da igual, no tienen rieles morales; solo tienen el aferrarse a adquirir una vida social impuesta, que prefieren a la propia por cierto indefinida; lamentablemente también muchos mexicanos, prefieren quemar naves, antes que cargar con la responsabilidad de transformar nuestra realidad. Por eso lo de buscar asilo es muy relativo. Muy pocos lo necesitan vitalmente; la mayor parte de los casos, son cuentos chinos largos y enredados.

Por esas causas difusas, ¡ Claro que México no va a perder dinero y empleos!

Porque ni hablar que en una guerra comercial se pierde. Imagínese si China la piensa con cada golpe que les asesta Trump; y en los noventas decían aquí en México, que Japón les pisaban los talones a los gringos y que pronto serían rebasados, y ¿en donde esta Japón ahora? Me dirán que bien, si bien, pero sin soñar en ese subliderato que se les escapó o que nunca fue.

Así que hay que parar a la gente que no tiene nada que hacer aquí y que tampoco quieren quedarse, repito con nosotros.

Hay que ser congruentes viendo la realidad con quienes nos tocaron de vecinos y no esperar que Santa Claus opere y se caiga Trump, que pierda o que otros, los congresistas estadounidenses, nos defiendan. El país es nuestro de nadie más.

Mientras tanto los empresarios ya deben comportarse como mayorcitos y si se salvan del arancel, a ver si entienden que deben seguir jugando con México, porque es el que les da a ganar, y no su corazón ambiguo que les hace poner en la canasta del vecino las ganancias y no en la casa que las necesita. Que se definan sin medias tintas y que primero piensen todos en la casa, la nuestra, la casa que debe ser primero....

¿Será muy difícil?

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El asunto de las delegaciones

Columna del 3 de junio del 2019

El asunto de las delegaciones

Jorge Miguel Ramírez Pérezjmramirez2019

 

 

Una larga, mejor dicho, larguísima historia de indefiniciones del tema federalista, dio por terminada el día 31 de mayo pasado la existencia de las delegaciones federales en las entidades de la República.

Es un asunto que se remonta a los inicios del México independiente, cuando como muchas cosas, en particular los sensibles temas de la organización del estado mexicano; nunca desde entonces, han quedado suficientemente discutidos y su destino ha sido conferirlos a un limbo político, en el que se afirma tan fuerte lo que se niega, con la misma intensidad.

Andrés Manuel López Obrador

En el tema del Federalismo que es un pacto de partes que forman un todo, tal como se enuncia de alguna manera en la Constitución: los estados soberanos determinan formar una unión; y no como se entiende: que un ente político, es decir, una república, se divide para el ejercicio del poder en estados libres y soberanos.

En el primer caso, diferentes soberanías abdican parte de sus competencias, limitan su libertad para erigir una república que las ejerza de manera unificada. Repito, lo otro, lo que se da en la práctica históricamente en nuestro país, es un ente central, que reparte competencias regionalmente, que en muchas ocasiones son procesos repetitivos de los centrales.

Porque el esquema es tan incongruente y costoso, que hay competencias concurrentes en las que los tres órdenes de gobierno, tienen su parte, como son los programas sociales, que los hay federales, estatales y/o municipales. Lo que hace en la práctica, por lo menos, recrear una burocracia gigante en su conjunto, que hace que se pierda en vericuetos oficinescos lo que podría ser directamente para los programas.

En el siglo pasado el gobierno explicaba un federalismo en el maletín de los discursos y operaba un centralismo real que partía de la base de que los estados eran incapaces de usar correctamente los recursos y siempre requerían de la mano docta y técnica de la burocracia central.

El cambio electoral en el 2000 hizo pensar a los expertos que por fin, México se encaminaría a saldar sus diferencias del federalismo ficticio que operaba, y que como resultado de un proceso democratizador completo, se repartirían las competencias haciendo responsables a las entidades de la mayor parte de éstas, con exclusión de las que si corresponderían al ejercicio central: los gastos de las fuerzas armadas, del Congreso, las relaciones exteriores y los servicios paraestatales por mencionar los más sobresalientes.

La idea de los teóricos depositaba en los estados los servicios educativos, de vivienda, de infraestructura, de producción industrial y agropecuaria, etc. lo que ni siquiera se planteó con una mínima seriedad y en cambio, se cedieron determinaciones parciales de los programas aplicables a las entidades, con la figura de intermediación de delegaciones

federales, que disponían de recursos que por lo menos hacían visibles lo que antes era 100% oculto y arbitrario.

Antes con Zedillo, la coordinación fiscal con las entidades ya anticipaba este arreglo. El antecedente mas pronunciado fueron las delegaciones de programación y presupuesto similares a los delegados de Bienestar de hoy, que determinaban parte del presupuesto en los estados. Pero fue con Fox cuando por miedo a los gobernadores, se entregó hasta la vigilancia de esos recursos a los órganos de fiscalización de los estados.

Desde entonces los delegados que ejercían una parte de esos dineros también eran nombrados por presión de los gobernadores que usaban con fines electorales y de negociación propia los recursos, de tal suerte que se formaron en poco tiempo oligarquías locales, concomitantes a las camarillas del poder. Los delegados que querían mantener equilibrio entre los intereses nacionales y las presiones locales, duraban poco.

La distorsión fue terrible con la camarilla atlacomulquense que cayó en simulaciones que aparentaban ejercitar los gastos, que muchas veces eran en papel.

Por supuesto que esa aberrante práctica tenía que terminar tajantemente como se ha establecido desde el pasado mes de mayo.

Lo que queda ahora es una tarea de reconstrucción en lo que sí, requiera de descentralización.

Pero eso tal vez se corresponda a otros diseños que necesariamente muestren equilibrios de poder y pluralidad participativa, que puedan ser aplicables a los Consejos de Cuenca del Agua, las administraciones hospitalarias, los distritos de riego o los esquemas portuarios, entre otros.

Con todo, habría que pensar muy bien los casos en los que se ajusten los modelos a la capacidad de responsabilidad y vigilancia de los entes rediseñados, porque la experiencia de entregar los recursos a poderes como fueron la mayor parte de los estatales, que actuaron sin freno, todavía es reciente y sigue lamentándose.

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La corte de los milagros mañanera

Columna del 29 de mayo del 2019

La corte de los milagros mañanera

Jorge Miguel Ramírez Pérezjorge miguel ramirez

 

Muchas interpretaciones alegóricas ha tenido la leyenda de "La corte de los milagros de Paris" en la edad media. Su origen se remonta al barrio de Les Halles donde en la noche "sanaban" en jolgorio, los que en la mañana se hacían pasar por mendigos, ciegos y cojos. A la vez, la corte era un centro de acuerdos de la marginalidad parisina, en ella, el hampa hacía de gobierno de los desfavorecidos y parodiaba burlonamente las ineficacias y las banalidades protocolarias de los gobernantes formales. Víctor Hugo, Del Valle-Inclán y Zevaco se inspiraron, entre otros de ese pasaje evocador de la historia francesa.

Para no quedar atrás, en las figuras literarias, México, todas las mañanas se aplica en una versión propia, de algo que bien pudiera remitirnos a imaginar algunos episodios arrancados de una suerte de corte, donde milagrosamente, se plantea de todo y se pueden resolver todo.

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En eso han convertido las conferencias mañaneras, en las que se informa de detalles desconocidos de las decisiones presidenciales; sus razonamientos y sustento, hasta filosófico o histórico "a modo"; como de consejería espiritual, donde se apela a la buena conducta de los malandros y criminales; como de soluciones vario pintas: plantas de fertilizantes, precios de las gasolinas, ética educacional, señalamientos a los jueces y toda una miscelánea de exposiciones de cooperativas y sindicatos; y hasta la defensa a los colaboradores, que siguen a rajatabla las instrucciones de exhibir a comunicadores favoritos del viejo régimen.

Todo cabe en la corte matutina.

¡Es una maravilla!, ¡allí, si se hacen milagros de todos y para todos!

En ese esquema como que salen sobrando las pastosas lentitudes de los secretarios temáticos, ya no secretarios de gabinete, que se entiende, no pueden tomar ni media decisión que no haya sido ventilada en esta maravillosa estancia; donde si acaso, desfilan los que tengan agendado un tema; que previo el consabido: "con su permiso señor..." presentan parcialidades de problemas mayores.

Las normas, los reglamentos se volvieron secundarios o irrelevantes; en realidad la administración se simplificó. Al fin se logró el sueño de los teóricos de la administración pública: una caja negra de decisiones, el salón Tesorería de Palacio; una caja de autorizaciones, la de la experta en matemáticas, con criterio únicamente numérico, la señora Raquel Buenorrostro, en el papel de tesorera de la corte; y un cuello de botella, Carlos Urzúa, para quien toda la administración no
solo está corrompida, sino que estorba. Todo lo demás está parado, no se mueve, ni hay para cuando se mueva. La esperanza, es agendar algo en la mañaneras.

Hasta Ricardo Rocha obtuvo algo lejanamente parecido a disculpas. ¡Fue un milagro! Pero nada más.

Nadie se puede quejar de que el mismísimo presidente no trate los asuntos, ahora lo único que necesitan los ciudadanos es un salvoconducto, es decir un periodista patito o no, para que sea el tribuno que lleve su asunto al gran salón de la Tesorería. Y si no se tiene ese padrino, el asunto no existe.

Entran y salen de las oficinas como la SEMARNAT y no pasa nada, porque ninguno hace nada; ni los que por genética burocrática esperaban hiciera algo la señora Josefa; ni los conspiradores de tiempo completo, que propusieron al improvisado Toledo, que hace menjurjes con la ecología y los zapatistas como ingredientes base, para resolver las quemazones, el sargazo, y la contaminación de la capital.

¿Será que todo es fácil?

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