"Promoviendo la Participación Ciudadana"

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InicioEN LA OPINION DE:

Desintoxicados del pesimismo de los medios

desintoxicacion mediosAntonio Maza Pereda

Unos cuantos días sin ver noticias han hecho maravillas para mejorar el optimismo y reducir el "mal humor social" que nos ha venido aquejando. ¿Habrá manera de conservar ese estado de optimismo que logramos construir en unos cuantos días?

La Semana Santa, vacaciones para muchos y renovación espiritual para muchos también, tiene el interesante efecto de desintoxicarnos de las noticias sensacionalistas a las que nos tienen acostumbrados muchos medios. Y no creo que sea a propósito, pero se han acostumbrado y, de alguna manera, los hemos acostumbrado a que lo que realmente nos interesa es lo amarillista.

Durante la Semana Santa se capturaron en el extranjero a dos ex gobernadores y los comentarios, en comparación, fueron mínimos en relación a lo que hubiera ocurrido en una temporada en que la población no hubiera estado de vacaciones. Por otro lado, el Sr. Donald Trump decidió que era el momento oportuno para lanzar ataques militares con artefactos de alta tecnología, uno mediante cohetes tipo Tomahawk contra los aliados de Rusia y el otro utilizando una bomba masiva, no nuclear, contra las instalaciones de los yihadistas en Afganistán. Todo ello sin quitar el sueño a la ciudadanía, y mucho menos a los comentaristas que, por mucho menos que eso, ya hubieran estado hablando de la tercera guerra mundial.

En cambio, la prensa mundial y también la mexicana, le dedicaron amplios espacios a un pasajero que fue desalojado por la fuerza de un avión comercial. La escasez de noticias hizo que se llenaran los huecos mediante entrevistas a pilotos en programas de televisión, sesudos análisis y un seguimiento enorme a esta noticia. Claramente, no tenían cosa mejor que transmitir.

Ahora que regresamos, viendo estas noticias como asuntos viejos, nos damos cuenta de que estamos muy sensibilizados al tremendismo. Unos cuantos días de desconexión, de no hacer caso a reporteros y analistas, nos han devuelto alguna medida de optimismo. Porque, aparentemente al menos, lo que está promoviendo el gremio de los comunicadores es el pesimismo. Más allá del mal humor social, más allá del hartazgo, lo que estamos viviendo es el pesimismo. Cuando pensamos que las cosas ya no podrían estar peor, vienen los medios para demostrarnos que las interpretaciones siempre pueden ser más pesimistas.

El problema es que el pesimismo es como una droga, que no sólo genera adicción, sino también genera una tolerancia creciente, de manera que las noticias tienen que ser teñidas con tintes cada vez más cargados, porque de otra manera ya no nos llaman la atención.

Regresar de Semana Santa, con las fuerzas físicas restauradas y en muchos casos también con fuerzas espirituales renovadas, nos hace recuperar el optimismo. Optimismo que es un verdadero tesoro, que deberíamos cultivar y guardar celosamente. Si nos arrebatan el optimismo, nos quitan mucho más que un estado de ánimo. Nos quitan la esperanza, nos quitan la visión de futuro, nos quitan la posibilidad de tener alguna medida de felicidad.

¿Será posible que repitamos la experiencia de desintoxicación que tuvimos durante esta Semana Santa? ¿Seremos capaces de tomar distancia de las noticias aterradoras que nos administran a cada minuto los medios? ¿Podremos darnos cuenta de sus múltiples fallos en su información y análisis que demuestran que las cosas no eran tan malas como las presentaban y que, cuando fallaron, nunca reconocieron sus errores?

Es imprescindible que podamos volver a tener objetividad. Que podamos reconocer que vivimos en una mezcla de situaciones buenas y también malas. Que no aceptemos a ojos cerrados todo el amarillismo que constantemente nos están infundiendo. Porque el terror paraliza. El pesimismo quita toda iniciativa. ¿Qué no es fácil? Por supuesto que no. Pero si no logramos ese balance, nuestra salud y la salud de la Nación están en peligro.

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La Voz del Papa: Mensaje Urbi et Orbi

angelus170416Texto completo del mensaje del Papa Francisco en la Pascua de Resurrección de este domingo 16 de abril de 2017

Queridos hermanos y hermanas, Feliz Pascua.

Hoy, en todo el mundo, la Iglesia renueva el anuncio lleno de asombro de los primeros discípulos: Jesús ha resucitado — Era verdad, ha resucitado el Señor, como había dicho (cf. Lc 24,34; Mt 28,5-6).

La antigua fiesta de Pascua, memorial de la liberación de la esclavitud del pueblo hebreo, alcanza aquí su cumplimiento: con la resurrección, Jesucristo nos ha liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte y nos ha abierto el camino a la vida eterna.

Todos nosotros, cuando nos dejamos dominar por el pecado, perdemos el buen camino y vamos errantes como ovejas perdidas. Pero Dios mismo, nuestro Pastor, ha venido a buscarnos, y para salvarnos se ha abajado hasta la humillación de la cruz. Y hoy podemos proclamar: «Ha resucitado el Buen Pastor que dio la vida por sus ovejas y se dignó morir por su grey. Aleluya» (Misal Romano, IV Dom. de Pascua, Ant. de la Comunión).

En toda época de la historia, el Pastor Resucitado no se cansa de buscarnos a nosotros, sus hermanos perdidos en los desiertos del mundo. Y con los signos de la Pasión —las heridas de su amor misericordioso— nos atrae hacia su camino, el camino de la vida. También hoy, él toma sobre sus hombros a tantos hermanos nuestros oprimidos por tantas clases de mal.

El Pastor Resucitado va a buscar a quien está perdido en los laberintos de la soledad y de la marginación; va a su encuentro mediante hermanos y hermanas que saben acercarse a esas personas con respeto y ternura y les hacer sentir su voz, una voz que no se olvida, que los convoca de nuevo a la amistad con Dios.

Se hace cargo de cuantos son víctimas de antiguas y nuevas esclavitudes: trabajos inhumanos, tráficos ilícitos, explotación y discriminación, graves dependencias. Se hace cargo de los niños y de los adolescentes que son privados de su serenidad para ser explotados, y de quien tiene el corazón herido por las violencias que padece dentro de los muros de su propia casa.

El Pastor Resucitado se hace compañero de camino de quienes se ven obligados a dejar la propia tierra a causa de los conflictos armados, de los ataques terroristas, de las carestías, de los regímenes opresivos. A estos emigrantes forzosos, les ayuda a que encuentren en todas partes hermanos, que compartan con ellos el pan y la esperanza en el camino común.

Que en los momentos más complejos y dramáticos de los pueblos, el Señor Resucitado guíe los pasos de quien busca la justicia y la paz; y done a los representantes de las Naciones el valor de evitar que se propaguen los conflictos y de acabar con el tráfico de las armas.

Que en estos tiempos el Señor sostenga en modo particular los esfuerzos de cuantos trabajan activamente para llevar alivio y consuelo a la población civil de Siria, víctima de una guerra que no cesa de sembrar horror y muerte. Que conceda la paz a todo el Oriente Medio, especialmente a Tierra Santa, como también a Irak y a Yemen.

Que los pueblos de Sudán del Sur, de Somalia y de la República Democrática del Congo, que padecen conflictos sin fin, agravados por la terrible carestía que está castigando algunas regiones de África, sientan siempre la cercanía del Buen Pastor.

Que Jesús Resucitado sostenga los esfuerzos de quienes, especialmente en América Latina, se comprometen en favor del bien común de las sociedades, tantas veces marcadas por tensiones políticas y sociales, que en algunos casos son sofocadas con la violencia. Que se construyan puentes de diálogo, perseverando en la lucha contra la plaga de la corrupción y en la búsqueda de válidas soluciones pacíficas ante las controversias, para el progreso y la consolidación de las instituciones democráticas, en el pleno respeto del estado de derecho.

Que el Buen Pastor ayude a ucraniana, todavía afligida por un sangriento conflicto, para que vuelva a encontrar la concordia y acompañe las iniciativas promovidas para aliviar los dramas de quienes sufren las consecuencias.

Que el Señor Resucitado, que no cesa de bendecir al continente europeo, dé esperanza a cuantos atraviesan momentos de dificultad, especialmente a causa de la gran falta de trabajo sobre todo para los jóvenes.

Queridos hermanos y hermanas, este año los cristianos de todas las confesiones celebramos juntos la Pascua. Resuena así a una sola voz en toda la tierra el anuncio más hermoso: «Era verdad, ha resucitado el Señor». Él, que ha vencido las tinieblas del pecado y de la muerte, dé paz a nuestros días. Feliz Pascua.

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La Voz del Papa: La guerra, desgracia de la humanidad

jmj2019Palabras del Papa Francisco al introducir el ángelus de este domingo 9 de abril de 2017

Al término de esta celebración (Misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro), saludo cordialmente a todos los aquí presentes, especialmente a aquellos que han participado en el Encuentro internacional para la asamblea sinodal sobre los jóvenes, promovida por el Dicasterio por los laicos, la Familia y la Vida, en colaboración con el Secretariado general del sínodo de los obispos. Este saludo se extiende a todos los jóvenes que hoy, entorno a sus obispos, celebran la Jornada de la juventud en cada diócesis del mundo. Es otra etapa de la gran peregrinación, iniciada por San Juan Pablo II que el año pasado nos ha reunido en Cracovia y que nos convoca a Panamá en enero de 2019.

Por eso, en unos instantes, los jóvenes polacos entregarán la cruz de las jornadas mundiales de la juventud a los jóvenes panameños, acompañados los unos y los otros, de sus Pastores y de las autoridades civiles.

Pidamos al Señor que la Cruz, unida al icono de María Salus Populi Romani, haga crecer la fe y la esperance, revelando el amor invencible de Cristo allá por donde ella pase.

A Cristo, que hoy entra en la Pasión, y a la Santa Virgen, confiamos a las víctimas del atentado terrorista ocurrido el pasado viernes en Estocolmo, lo mismo que todos aquellos que han sido duramente probados por la guerra, desgracia de la humanidad.

Y oramos por las víctimas del atentado perpetrado desgraciadamente hoy, esta mañana, en el Cairo en una iglesia copta. A mi querido hermano, Su Santidad Teodoro II, a la Iglesia Copta y a toda la quería nación egipcia, expreso mis profundas condolencias, oro por los difuntos y los heridos y estoy cerca de las familias y de toda la comunidad.

Que el Señor convierta el corazón de las personas que siembran el terror, violencia y muerte y también a los que fabrican las armas y trafican con ellas.

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Esta generación

esta generacionÓscar Fidencio Ibáñez

Hace algunos años el nadador Mark Spitz logró 9 medallas de oro y para su generación era el atleta insuperable; hoy casi nadie lo recuerda, y menos frente a las 23 medallas de oro ganadas por Michael Phelps en natación olímpica. Por años, la figura indiscutible del futbol soccer fue "el rey" Pelé (y sigue siendo por mucho el que más títulos y goles ha logrado); sin embargo, en otra generación Diego Armando Maradona se convirtió en la figura mundial, como hoy lo es Lionel Messi. Cada quien tuvo un contexto histórico y unas reglas de competencia distintas, pero lo que todos tuvieron en común es que destacaron dando lo mejor de sí en su tiempo.

A principios del siglo XX muchos pensaron que los estados totalitarios eran una buena opción para dar servicios y hacer progresar a la gente. De esta manera se fortalecieron países en crisis económica y social como Italia, Alemania, Rusia o Japón. Sin embargo, la tragedia de la II Guerra Mundial, y los holocaustos nazi y soviético, llevaron a muchos actores políticos a reaccionar y crear la Organización de las Naciones Unidas, la Carta Internacional de los Derechos Humanos, y los cimientos de la Unión Europea. Así la humanidad ha tenido momentos históricos de guerra y paz de acuerdo a las decisiones de sus habitantes en cada época.

Hoy existen problemas globales y locales que retan de diversas maneras a la generación actual, personas de distintas edades que viven un momento histórico particular, y que pueden actuar o dejar pasar las circunstancias que les toca vivir para empeorarlas o mejorarlas. También considero que cada grupo de edad en cada generación actúa con mentalidades, habilidades y herramientas diferentes, que inciden en los demás y construyen los resultados de cada época.

Quiero aprovechar este espacio durante algunas semanas para compartir reflexiones sobre distintos temas que considero retos a afrontar por nuestra generación: La corrupción, la subordinación de la política a la economía, la reconfiguración de contenidos conceptuales, la crisis ambiental, los múltiples conflictos o "la guerra mundial en partes", la movilidad humana, la xenofobia y la discriminación, las nuevas formas del poder, las redes sociales y la comunicación, por mencionar los más significativos.

Es imposible ignorar la velocidad con la que los cambios de "humor social" se presentan en la actualidad, con manifestaciones que a veces sólo existen en el mundo virtual, pero que en ocasiones también se presentan en el mundo real, con impactos políticos que llevan a cambios institucionales o de liderazgo que antes se consideraban poco probables, por ejemplo, el triunfo de Trump en Estados Unidos, o del Brexit en el Reino Unido.

Para decirlo rápido, una de las características que distingue a esta generación es la velocidad de los cambios; siempre los ha habido, pero hoy se perciben más frecuentes y con mayor velocidad, por lo que esta "sociedad líquida" está marcada especialmente por la incertidumbre que provoca a veces angustia y miedo, y otras veces indiferencia y comportamientos erráticos.

El Papa Francisco hablando a una comunidad que sufrió un terremoto y que trabajó con solidaridad en la reconstrucción, dijo: "Hay quien se deja encerrar en la tristeza y quien se abre a la esperanza. Hay quien se queda atrapado entre los problemas de la vida y quien, como vosotros, con la ayuda de Dios, levanta los problemas y reconstruye con paciente esperanza".

Éste es el tiempo que nos toca vivir y en el que estamos llamados a dar lo mejor de nosotros para transformarlo, por lo que es importante tratar de entenderlo y actuar en consecuencia. Hago estas reflexiones en dialogo con hombres y mujeres de distintas edades de esta generación, e invito a quienes tengan la paciencia de leer, me acompañen con la conversación en este camino.

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