La visita del Papa Francisco a Turquía y el diálogo con el Islam.- El papa Francisco pidió en su visita a Turquía realizada entre el sábado y el lunes un "diálogo interreligioso" para combatir "el terrorismo" y también solicitó respeto para los derechos de los cristianos ante el presidente Recep Tayyip Erdogan, quien a su vez denunció la "islamofobia".
Tras ser recibido en Ankara por Erdogan, Francisco elogió los "generosos esfuerzos" de Turquía en acoger a refugiados de Siria e Irak, y consideró que la comunidad internacional tiene la "obligación moral" de ayudar en esta labor.
El papa Francisco ha pedido explícitamente, al final de su estancia en Turquía, un rechazo frontal de los líderes religiosos del Islam del terrorismo yihadista. Ha soilicitado una "condena mundial" también de los líderes islámicos, que recuerden que el Corán "no es eso".
Tras expresar su deseo de visitar Irak, Francisco ha pedido que todos los líderes islámicos, políticos, religiosos e intelectuales, "condenen claramente el terrorismo".
Y esta semana, en un encuentro realizado en San Pedro unos treinta participantes en el III Congreso de líderes cristianos y musulmanes han expresado su deseo de seguir adelante en este diálogo fraterno entre católicos, cristianos e islámicos.
La conferencia se abrió con las duras palabras del Gran Imán de Al-Azhar que definió el fundamentalismo como “perversión de la religión islámica” y como “crímenes bárbaros” las acciones de los yihadistas.
Protestas en Hong Kong, entre la radicalización y el entreguismo.- Los promotores originales de las protestas prodemocracia en Hong Kong, los profesores Benny Tai y Chan Kin-man, y el reverendo Chu Yiu-ming se entregaron el miércoles a la policía tras pedir el martes el fin de las sentadas frente al Gobierno local. Consideran que el movimiento que crearon, Occupy Central Con Amor y Paz, se ha distanciado de su objetivo inicial (aumentar las libertades democráticas) para convertirse en una impredecible bola de indignación y malestar.
Los organizadores de las protestas prodemocracia perdieron su liderazgo casi desde el inicio, cuando las asociaciones estudiantiles se convirtieron en catalizadores del malestar.
Si a la falta de voluntad de diálogo del Gobierno y a la creciente contundencia policial se le suma que los fundadores originales no sólo se han distanciado sino que han pasado a llamar al fin de la ocupación, la incógnita es hacia dónde se dirigirá ahora la frustración de los miles de manifestantes, subestimados desde el principio tanto por el Gobierno como por los propios organizadores del movimiento.
Enrocado en el otro extremo, el carismático líder del movimiento estudiantil Scholarism, Joshua Wong, de 17 años, cumple desde el lunes una estricta huelga de hambre para exigir una nueva ronda de diálogo con el Gobierno local.
La acción educativa es intrínsecamente humanizadora, por ello está dirigida a la persona concreta, con sus éxitos y fracasos, virtudes y defectos, su intimidad y la cultura que le rodea, tomando en cuenta su naturaleza y su continuo perfeccionamiento. Por ello, en la crisis humanitaria que vivimos (no nos referimos solo a los problemas que vivimos en México, sino a la gran crisis por el cambio en los valores y su jerarquía) estamos llamados a recuperar y promover los aspectos principales e inseparables de la persona humana.
Esta persona humana no debe ser considerada sólo como individualidad absoluta edificada por y sobre si misma, como si sus características propias, dependieran sólo de ella, ya que formamos parte de un conjunto orgánico ordenado a un ecosistema con una naturaleza específica, además estamos vinculados por relaciones variadas según la diversidad de los tiempos y circunstancias, es decir, por una cultura concreta.
La persona, al conocer y amar la existencia de otros individuos y cosas puede trascender su existencia sirviendo a esos individuos y cuidando de esas cosas que forman parte del ecosistema que habita. En la medida que el ser humano es capaz de servir y cuidar, trasciende de sí mismo para convertirse en parte fundante de una comunidad, a la que imprime su sello característico, con la que se integra y funde, para crear una comunidad armónica que permite la realización de cada uno de sus integrantes.
Pero una sociedad justa puede ser realizada solamente en el respeto de la dignidad trascendente de la persona humana, la cual no puede prescindir de la obediencia al principio de considerar al prójimo como otro yo, cuidando en primer lugar de su vida y de los medios para vivirla dignamente, tampoco puede destinar su esfuerzo exclusivamente a proyectos económicos, sociales o políticos, impuestos por autoridad alguna , ni siquiera en nombre del presunto progreso ya que el ser humano está llamado a vivir en y para el bien, la verdad y la belleza.
Las nuevas generaciones están particularmente ávidas de los valores trascendentes para poder vivir con mayor plenitud su propia humanidad, por ello es necesario que recuperemos el auténtico sentido de la verdad, la belleza y el bien, de manera que la persona no pueda ser instrumentalizada para fines ajenos a su misma naturaleza y desarrollo.
Con estas breves líneas, podemos encontrar la guía para la participación democrática, que está lejos de la búsqueda del poder y más centrada en el servicio a la persona y la comunidad. ¿Quién está dispuesto a entrarle?
Después de la sucesión de guerras civiles que se dieron en nuestro país entre 1910 y 1929, empezando por el anunciado levantamiento de Francisco Madero y concluyendo con la deposición de las armas de los combatientes cristeros, y tras el homicidio de los dos primeros presidentes emanados de la revolución: Venustiano Caranza y Álvaro Obregón; Plutarco Elías Calles convocó a los jefes de las familias revolucionarias para pedirles que se dejaran de matar entre ellos, que era tiempo de las instituciones y que el pastel era suficientemente grande para todos, de esa reunión en el Hotel del Prado nació el Partido Nacional Revolucionario, que después Lázaro Cárdenas lo convirtió en Partido de la Revolución Mexicana y finalmente Miguel Alemán lo rebautizó como Partido Revolucionario Institucional. Este partido, desde su concepción desde el poder, tuvo el germen del autoritarismo (hoy contagiado a todos los partidos políticos) que se manifestó de manera especial en 1968 y 1971, pero que a lo largo de su historia cometió abusos y represiones bastante significativas.
Tras perder la presidencia (que no el poder, el cual ha seguido ejerciendo desde gubernaturas y el Congreso de la Unión), el PRI habló de su transformación y su renovación, tal fue la bandera de Roberto Madrazo en las elecciones del 2006 y del mismo Enrique Peña Nieto en 2012 con el llamado nuevo PRI, desafortunadamente este “nuevo” PRI no ha podido erradicar de su ADN sus notas características: la corrupción, la impunidad y el autoritarismo.
Tras los sucesos de Iguala, Tlatlaya y la casa blanca de Las Lomas, el Presidente salió la semana pasada a presentar un decálogo para superar la situación de inseguridad que vive el país, y el primer punto destaca nuevamente esta visión autoritaria: “Crear la Ley Contra la Infiltración del Crimen Organizado en las Autoridades Municipales” el cual contempla que el gobierno federal pueda desaparecer los poderes en un municipio infiltrado por el crimen, lo cual no es del todo negativo, siempre que se encuentren los mecanismos para que esta no sea una decisión personal del presidente, sino un procedimiento de Estado, pero por otra parte, este mismo gobierno que hoy propone tener la capacidad de retirar el poder a los cabildos de los municipios infiltrados, se ha negado sistemáticamente a aprobar la revocación del mandato cuando los ciudadanos consideren que su autoridad no está cumpliendo con su obligación constitucional de brindar bienestar a la sociedad.
En el diagnóstico y discurso del Presidente de la República, está totalmente ausente la autocrítica, ¿la PGR y sus agentes son totalmente inmaculados? o ¿es que entre los diputados federales (sin importar el partido) no se ha infiltrado el crimen organizado?, ¿y en los gobiernos estatales? ¿por qué se reduce el problema a los municipios entonces?
La situación actual del país exige una acción conjunta de todos los actores, gobierno, sociedad, partidos políticos, medios de comunicación, solo juntos podremos superar esta difícil etapa, para ello el Presidente debe recuperar la confianza, lo que solo logrará si se desvincula de la tradición que su partido arrastra.
Cuando hace poco más de un año, el entonces Secretario de Desarrollo Económico, Roberto Cruz, manifestó su interés por ser candidato a la gubernatura del Estado, los partidos políticos, medios de comunicación y el propio Gobernador del estado manifestaron su indignación por tan flagrante violación a la ley electoral que establece que los servidores públicos no pueden aprovechar sus puestos ni los recursos gubernamentales para promover su imagen, por lo que finalmente tuvo que presentar su dimisión al cargo el citado funcionario, hoy en campaña abierta por la candidatura al V distrito electoral federal por el Partido Acción Nacional.
Probablemente en aquel entonces no se configuró delito alguno (o al menos nadie lo acusó de nada, abonando al clima de impunidad que vivimos en el país), pero lo cierto es que iba en contra del espíritu de la ley, que busca evitar que se viva permanentemente en campañas electorales. Lo malo está en que la exigencia en el cumplimiento de la ley no es pareja, existe discrecionalidad.
Ahora, a semanas del inicio de las campañas por las diputaciones federales y a poco más de un año para la elección de gobernador, alcaldes y diputados locales, los demonios se han desatado y son senadores, alcaldes, diputados federales y locales y funcionarios del gobierno federal y estatal que andan muy activos en la promoción de su imagen personal, pero el gobernador, ni los partidos o el Consejo Estatal Electoral e incluso el Tribunal Electoral, ven violaciones a la ley.
Declaraciones, eventos y hasta anuncios han sido realizados y/o colocados por diversos ‘suspirantes’ a puestos de elección, sin que autoridad alguna vea en ello una falta al código ético o a la ley electoral al que deberían estar sujetos como los ciudadanos respetables que pretenden ser, tienen que acabar con la simulación de obedecer una ley que les importa un bledo.
Probablemente lo que está mal es la ley, que es la que los sujeta a no poder hacer lo que para un político es connatural, y para ganar elecciones esencial, pero son ellos mismos los que han promovido, discutido y aprobado esas leyes y así como esperan que los ciudadanos cumplamos con ellas, del mismo modo ellos se deberían sujetar a lo que la legislación marca.
La autoridad legal que ejercen se ve totalmente desdibujada e incluso anulada por la absoluta carencia de una autoridad moral que acompañe esa formalidad que la legislación les da. Esto es lo que desde hace años viene generando la desconfianza del ciudadano común con sus representantes, por ello el elector registrado no se acerca a las urnas el día de la votación, esta actitud es, finalmente, la que tiene hoy a nuestro país al borde del levantamiento social y la anarquía.
Esto, no es responsabilidad solo de uno de los gobernantes o solo de uno de los poderes; es lo que han provocado los abusos de cientos de malos servidores públicos en todos los niveles y todos los órdenes de gobierno, recomponer la situación, del mismo modo, requiere de la participación de todos, la sociedad hoy lo está exigiendo, ¿serán capaces de entenderlo y estar a la altura de las circunstancias?