Es un grave problema la incursión de los llamados “juniors” en la política. No porque el hijo de quien sea no pueda entrar a las lides políticas, los hay muy buenos y positivos en cualquier partido político; no, el problema son los que, sin ningún tipo de preparación o trabajo previo, se sienten con derecho a ocupar puestos por ser “hijos de papi”.
Hace unos días, se conmemoró un aniversario más de la rendición del Tercer Reich Alemán, la ambición y locura de un hombre, que junto con la opresión de un pueblo, dio lugar a la guerra más sangrienta que ha vivido la humanidad; con excesos y abusos bien documentados por parte del Eje, pero también con excesos y abusos cometidos por los Aliados que aún se requiere documentar más.
En la película de Karate Kid de los años 80’s, cuando Daniel Larusso llega emocionado a decirle al señor Miyagi que ha conseguido su licencia de conducir, éste lo felicita y le dice: “Recuerda que esto (la licencia) no sustituye a esto (la cabeza)”.
El pasado jueves, el Papa Francisco recibió a los nuevos embajadores de diferentes países, y aprovechó la ocasión para hacer un llamado a los jefes de estado y a los políticos en general, para afrontar con honestidad, valor y solidaridad, una reforma ética del modelo económico en el que vivimos.