La abdicación del Rey Juan Carlos de España.- Este ha sido el tema preponderante en el panorama internacional durante esta semana, no ha habido una sucesión en el trono de España desde los tiempos de Fernando VII, ya que si bien Alfonso XIII sucedió a su padre Alfonso XII, este murió antes de que naciera su hijo, por lo que tuvo que haber un regente, y hoy, por supuesto, las cosas son totalmente distintas a los reinados de aquella época.
Al momento de anunciar su abdicación, la Casa Real vive su más aguda crisis, con una aprobación inferior al 40%, cuando en la década de los 90’s alcanzó una alta popularidad con aprobaciones cercanas al 75%, el Rey Juan Carlos supo llevar a España desde la dictadura a una democracia, parlamentaria ciertamente y con la existencia de un monarca, pero que ha ayudado a mantener una estabilidad que España no había conocido en mucho tiempo. Hoy se recuerda a Juan Carlos por sus cacerías en África o la corrupción del esposo de su hija, pero vale la pena recordar que se comprometió con la democracia en los 70’s y se sostuvo cuando en 1981 los militares quisieron dar un golpe de estado.
Las monarquías no son perfectas, pero ¿lo son las repúblicas?, basta con echar un ojo a la nuestra. Actualmente la opinión pública española está dividida casi a partes iguales a favor de la monarquía o la república, lo que hacer un cambio significaría una convulsión social muy fuerte que a la vuelta de unos años, si no llegara a funcionar como esperan los ciudadanos, podría colocar a España en una situación similar a la de 1936, de la que no se recuperaron en cuatro décadas.
El príncipe Felipe, por otra parte, goza de popularidad, su matrimonio con una reportera lo hizo más cercano a la gente y podría recuperar los índices de aceptación que tuvo su padre en sus mejores tiempos en relativamente poco tiempo. Si adicionamos a esto que Europa vive una situación sumamente delicada, y las casas reinantes han ayudado a darle estabilidad, siendo la corona española uno de los pilares de la monarquía europea (junto con la monarquía británica), quizá este no sea el mejor momento para hacer cambios.
Seguramente estas y otras reflexiones privarán en los próximos meses en España, donde por lo pronto el próximo 19 de junio será coronado como rey Felipe VI.
El desprestigio que en general tiene la clase política corresponde más a las actitudes e irresponsabilidad o frivolidad de algunos, que a la acción de todos ellos. Y entonces viene a nosotros la pregunta, ¿a quién beneficia este desprestigio?
La respuesta es: ¡a nadie!, al menos a nadie honesto y preocupado por el bienestar general. A los políticos les complica su labor, les limita sus posibilidades de desarrollo profesional y les genera una mala imagen pública. A la sociedad le hace más difícil la comunicación con sus representantes y le resta confianza para el desarrollo de sus actividades cotidianas.
¿Cómo se ha llegado a esta situación? Además de que estamos tratando con seres humanos que cometen errores, los cuáles son ventilados públicamente y afectan la vida de la sociedad, la realidad es que el distanciamiento entre la clase política y la ciudadanía es un fenómeno hasta cierto punto natural que se ve catalizado por los medios de comunicación.
Los seres humanos somos desconfiados por naturaleza, cuando le entregamos a otro algo que nos pertenece, tenemos siempre la duda de si esa posesión será cuidada con el esmero que nosotros deseamos; a los políticos, la sociedad entera le entrega sus anhelos, esperanzas y, hasta cierto punto, su libertad, ya que los investimos con la autoridad para crear y aplicar las leyes. En seguida, queremos vigilar que hagan buen uso de esa investidura que les hemos dado, pero los políticos sienten que merecen, en el menor de los casos, el beneficio de la duda, esto inicia una tensión normal entre ambas partes de la sociedad que se ve agravada por los medios de comunicación, que no solo informan lo que es real, sino también emiten opiniones sobre su particular visión de esa realidad, lo que hace más fuerte la tensión.
Finalmente, están los que descubren que esta tensión desalienta la participación de grandes sectores de la población y se aprovechan de ello, incitan a los medios a ser más radicales en sus opiniones, azuzan a la sociedad sobre la incompetencia y maldad de los políticos y luego tratan de controlar el escenario político, ya sea participando directamente o entrando en el círculo de influencia de ellos.
La política, es de suyo una labor noble, su función es brindar a la sociedad solución a los problemas naturales de la convivencia y se manifiesta en las funciones del Estado como garante de los derechos de todos. La denigración de la política solo beneficia a ciertas camarillas, algunas incluso de carácter criminal, pero la solución solo se puede dar si estamos cerca de nuestros representantes y los acompañamos en el cumplimiento de sus obligaciones.
Desde hace más de dos décadas Santiago Roel se ha dedicado a temas de prevención de la inseguridad en todo el país, especialmente en el Estado de Nuevo León, ha desarrollado una herramienta a la que denomina Semáforo Delictivo, esta es un mecanismo de medición de los problemas de inseguridad vinculado a la realidad ciudadana que busca reducir de manera drástica la incidencia del crimen en la vida de las personas.
Pero, ¿qué es el Semáforo Delictivo?, Es una publicación mensual que semaforiza los índices delictivos por Estado, Municipio y Colonia. El semáforo es por tanto, una herramienta de rendición de cuentas y a la vez, una herramienta para toma de decisiones. Se basa en la metodología de Calidad Total, de Sistemas complejos y de principios democráticos para reducir la delincuencia a través de la información, la prevención y la intención.
Su intención es elevar la inteligencia preventiva del sistema: autoridad, medios de comunicación y sociedad. Se construye con la intención de contribuir a la rendición de cuentas de la autoridad y transferir poder a la ciudadanía, fomentando el trabajo en equipo, por ello debe ser utilizado tanto por los observatorios ciudadanos como por la misma autoridad.
Si se sigue la metodología completa, la cual no es muy compleja pero implica cambios de paradigmas, puede incluso disminuir los índices de criminalidad hasta en un 20 a 50%, lo que se ha hecho en Nuevo León, Tabasco, Sonora y algunos municipios.
Este instrumento cuenta con tres etapas, las cuales se deben aplicar para poder observar resultados: Primera: Publicación de índices delictivos basados en las denuncias. Se compara a cada municipio y al Estado contra sí mismo cada mes utilizando sus propia media histórica. Pero también compara a un municipio contra otro utilizando las tasas por cada 100 mil habitantes, esta última cifra es anual por lo que no se actualiza mes a mes. Segunda: Publicación de perfiles estadísticos por delito utilizando datos del 066. En esta información se detalla las colonias, días y horas de mayor riesgo y Tercera: Encuestas de victimización, de cifra negra y de percepción. Con las encuestas se capturan delitos no denunciados.
Para conocer más sobre el Semáforo Delictivo puede ingresar a http://www.prominix.com/ donde encontrará toda la información que deseé y el contacto con sus desarrolladores.
Muy alto es el precio que se ha pagado en vidas humanas por la terrible violencia que vive nuestro país, esta pérdida es incuantificable y sumamente dolorosa, cancela la esperanza de familias enteras y ensombrece las expectativas y anhelos de toda la comunidad. Pero aunque fuera una sola vida, la violencia es injustificable y lacerante para la sociedad entera, cuánto más al ser decenas de miles en la última década.
Aunado a esto, el costo de la violencia y la inseguridad también tiene una repercusión que se puede cuantificar: ¿cuánto han perdido las familias víctimas de la violencia y la inseguridad por los ingresos que dejan de percibir, por lo que es suyo y les han despojado, por lo que el gobierno destina a seguridad y retira de inversiones productivas, por las inversiones privadas y los empleos que se dejan de generar a raíz de esta situación?
Entre 2005 y 2013 fallecieron como víctimas de homicidio aproximadamente 150 mil personas, en este mismo período de tiempo, el PIB per cápita promedio fue de 9,640 dólares, es decir que los hogares dejaron de percibir en estos 7 años más de 700 millones de dólares por lo menos; en cuanto al secuestro es sumamente complicado determinar las cantidades de recursos que se han movido y más difícil determinar los robos a casa habitación o asaltos en la calle, pero en los secuestros de alto impacto a principios de la década se estimaba que el rescate solicitado era de 10 millones y el obtenido promediaba los 2.5, si calcula que en 2013 se llevaron a cabo más de 4 mil secuestros la cifra podría estar rondando los mil millones de pesos.
¿Y los presupuestos de Seguridad Pública? En 2011 este fue de 11 mil 427 millones de pesos para el Fondo de Aportaciones a la Seguridad Pública y el Subsidio de Seguridad Pública Municipal, para 2012estos rubros tuvieron un presupuesto de 11 mil 827.5 millones de pesos, con el nuevo gobierno cambiaron las formas de distribuir el dinero en materia de seguridad, pero en 2013 Segob destinó a este rubro 7 mil 400 millones y en 2014 supera los 15 mil millones de pesos.
Finalmente están las oportunidades perdidas, ¿cuántos empleos, cuántas empresas, cuántos clientes dejamos de tener por la inseguridad que reina en nuestra sociedad? El panorama es alarmante, pero en la próxima entrega hablaremos del Semáforo Delictivo, una alternativa ciudadana para corregir el rumbo, con la participación de las autoridades.