Columna del 13 de julio del 2020
La agenda Trump-Amlo. Quienes ganan, quienes pierden
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Una idea que existe en la atmosfera política es la de analizar las relaciones políticas externas de un país en términos diplomáticos, que buscan enmarcar los acuerdos en lo "políticamente correcto"; es decir, que las contrapartes hablen con mucho cuidado de tal manera que no se diga nada inusual. De preferencia evitar declaraciones que causen confusión o sean malinterpretadas. Eso se persigue, y si se logra, se puede decir que salió bien. Eso pasó en el encuentro entre los presidentes de México y EUA, López y Trump.
No hubo sobresaltos. A López se le veía tenso antes de los encuentros, pero cuando se tomó la foto con tres colaboradores, en una sala de espera ya de regreso, como que le volvió el alma al cuerpo. Le pesaba mas, que su imagen fuera deteriorada, incluso mas que el contenido de las conversaciones y acuerdos que no se dieron a conocer.
Trudeau el de Canadá, no estuvo porque a Trump no le interesa hablar con él. Realmente no lo invitaron.
El trago amargo fue para los grupos jacobinos de la 4ª. Porque hasta el encuentro, eran antiestadounidenses. Repudiaban al sistema capitalista y a los empresarios; pero como el pretexto era culminar las gestiones del acuerdo comercial, la exigencia fue que tenían que estar en la cena al menos algunos del perfil oligarca que representaran a los hombres del dinero de aquí y de allá.
Les va acostar mucho trabajo a Ramírez Cuéllar, a Yeidckol, a Batres, a Jalife, a Noroña, a Taibó, a Epigmenio Ibarra, a la señora Luján que siempre vociferó contra estos tratados y a otros extremistas, justificar el tono suave y comedido de López Obrador con Trump, y mas les va a sorprender saber, que beneficioso le resultó a Donald Trump, la reunión; que sin empacho declaró, que López Obrador era el mejor presidente que ha tenido México, se puso de pechito, más claro ni el agua.
Y todos dan por hecho que Trump lo único que quiso lograr era sacar ventaja electoral con la presencia de López Obrador. Con esos análisis aldeanos se demuestra que después de tantos años de relación entre ambos países, los comentaristas siguen sin conocer a los políticos de Estados Unidos. Se atreven a sobredimensionar al político mexicano que apenas apareció en las páginas interiores de algunos de los diarios de allá. No se le dio difusión al "poder electoral de AMLO" así de sencillo.
Ya lo señalaba hace una semana: los mexicoamericanos tenían una imagen ideal de López y destacaban su discurso del combate a la corrupción, se imaginaban a muchos peces gordos presos, entre ellos a Peña Nieto. Se llevaron un chasco, López ya de presidente dijo, que a Peña no lo iba a procesar. Se entendió que había un compromiso fuerte, prevaleció el código mafiosi de la omertá priista, callar y aguantar vara.
Para recomponer esa percepción, le ayudaron los estadounidenses deteniendo a César Duarte, un regalo como para reavivarle la llama apagada de la lucha contra los corruptos, algo para que exista una expectativa mas allá de las palabras. El chihuahuense va a aventar gente, por eso fue fácil su captura dizque en un yonque de carros viejos.
Inmediatamente, ya declaró la Unidad de Inteligencia, de Santiago Nieto: que no andaban buscando a Peña, pero "si aparece en las indagatorias el gobierno de México si lo va a denunciar". Esa es la eficacia de la reunión de Washington. Van por Peña, para que López pueda echarle porras a Trump y le crean los chicanos ¡faltaba más! Es decir, todavía AMLO tendrá que volver otra vez, pero con la difusión electoral apropiada: con la cabeza de Peña, agarrada por el copete y todavía chorreando sangre. ¡No que no tronabas pistolita!
Pero ese no es el único tema de la agenda de la real politik,: al otro día del encuentro, Trump en Florida, declaró la guerra a los cárteles, en abierto. Casi cualquiera puede interpretar que detalló en persona con su homólogo, la estrategia y las operaciones que serán binacionales y esas, pronto comienzan, porque a Donald Trump le urge quedar bien, con la mayoría moral que lo llevó hace cuatro años al triunfo. Esa mayoría que lideraba en el siglo pasado, el reverendo Jerry Falwell, fue la que hizo que repitiera Ronald Reagan. Y Trump no está dispuesto a perderla.
Biden tiembla porque al cuarto para las doce van a apretar al presidente de Ucrania para que declare que los Biden lo chantajeaban; y el pelirrojo feliz, porque va de "independiente" para presidente, el marido de Kim Kardashian, el rapero Kanye West que va a quitarle a Biden unos millones de votos entre los afroamericanos, entre los mexicoamericanos y los jóvenes del reventón gabacho.
Los afectados aquí, son los de las ideologías de género, de migrantes y toda la gente de George Soros de afuera, como Jorge Castañeda; o de adentro, como la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez, se van a quedar papando moscas. De por sí...
Un tercer punto es la reactivación de las cadenas de producción, por eso llevaron a esa señora de Economía para que tomara nota. Urge no detener los flujos competitivos con los chinos. Con la pandemia o sin ella.
Y finalmente lo del istmo, porque Panamá ya no lo controlan las fuerzas occidentales como antes. Los chinos se han metido hasta la cocina, se necesita otro paso y que sea, paso veloz.
De pasada le debieron pedir al mexicano como lo hizo horas antes, Mike Pompeo, el secretario de Estado: que convenza a Maduro de renunciar. Así como detuvieron a Evo, en lo que se asentaban los que ahora mandan en Bolivia.
A la oposición le fue mal, no pudieron movilizar gente allá, y aparte perdieron muchas oportunidades de precisar tiros, un ejemplo: Marko Cortés el presidente del PAN le hizo de vocero oficioso, de los demócratas, gratuito y metiche. Parece que le fue bien a Ebrard, con mucho trabajo que tiene que hacer contra los rojillos y en el tema de extradiciones que viene en serio. A Monreal, porque un renegado gringo lo quiso echar fuera del Senado para radicalizar el encuentro y no cayó.
Y párenle de contar, no hay más ganadores en esta coyuntura. Vamos a ver las consecuencias.
Columna del 6 de julio del 2020
Urzúa, No te ayudes compadre
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Es muy sospechoso que un funcionario de la Hacienda Pública no entienda a cabalidad su papel de garantizar con su hoja de servicios y sus decisiones, la confianza para que los capitales, no solo se retengan en el país; sino que manifiesten interés invirtiendo de manera sustancial más, incluso en propuestas hacia otros campos de la economía. Es el caso de Carlos Urzúa, a quien sus credenciales no le alcanzaron para representar el papel de interlocutor válido con el dinero, en un gobierno con pretensiones socializantes, él mismo como sugiere la entrevista dominado por sus inclinaciones ideológicas.
Académico como hay muchos en dominio de recetas y fórmulas econométricas del Banco Mundial, Urzúa nunca demostró entender las finanzas mexicanas, porque los economistas vernáculos como él, tienen muchos prejuicios intelectuales y la piel sensible, como para que entiendan que esas finanzas, no son estrictamente mexicanas sino representan en nuestro país y en cualquiera, solo uno de los pliegues de operación del dinero mundial.
De por sí, los funcionarios de México de la Hacienda son de los que conocen solo los abstracts de las revistas especializadas en la materia; con la limitante que las interpretan en un esquema ideológico antieconómico, donde dan un paso dentro de las argumentaciones del marxismo decimonónico, y otro dentro de la peor interpretación del británico Keynes. Nada que apetezca al mundo de los negocios y nada que ayude a cambiar el sino autoimpuesto, de obsesionarse con la pobreza como monotema de la vida económica de México.
Urzúa se revela con resentimientos profundos. Los economistas que son de ese tipo, son seguidores de Joseph Stiglitz apologista de Hugo Chávez y padrino ideológico de los fracasos económicos del bolivarismo, lo que demuestra lo balín que son los premios Nobel, otrora importantes. No saben como reproducir el capital, y sus propuestas son del siglo pasado, como esa que dijo Urzúa en la entrevista a Proceso, que López Obrador tenía la opción de expropiar terrenos de quien sabe quienes, porque calló los nombres; que rodeaban la inversión del NAIM, para que no obtuvieran ganancias de la inversión ya realizada. Igual que el economista soviético hace un siglo, Evgeni Preobrazhenki, cuya meta era confiscar recursos. ¿Porqué no investigaron a fondo las especulaciones? ¿con la cancelación perdieron valor los terrenos o solo lo redujeron? ¿Cuánto costó la propuesta del soviet supremo de cancelar el NAIM?
Urzúa por cierto pagó indemnizaciones opacas que la lógica indica que se sobrefacturaron de lo realmente devengado, por eso insiste que iba muy avanzada la obra. Es un misterio y tan fue un negocio de la oligarquía, que estaban muy contentos todos, con la ayuda excepcional prestada por la Hacienda de Carlos Urzúa. Casualmente nadie la hizo de jamón.
Ahora dice que no estuvo de acuerdo, a toro pasado. Nadie le cree.
Reconoce el jefe de finanzas de López Obrador que se opuso a los nombramientos que propuso Romo, porque este personaje de "es de la derecha". ¡Y Zambomba! dice en la entrevista, que se deben dejar de lado las ideologías. ¡Para Rypley!
Cae mal Urzúa, porque fue de las vacas sagradas intocables del COLMEX, y de pasada se llevó a esa escuela al sótano, demostrando que nunca pudo enseñarle economía a López, porque él mismo no la aprendió. Por cierto, en la etapa del Gobierno de la Ciudad de México, cuando él era el jefe de finanzas, su equipo tenía prohibido participar en la Convención Nacional Hacendaria.
Desde que llegaron los de este gobierno erraron, considerando prioritaria la inversión pública, tal parece que hace mucho que no checan los números, para percatarse que es abrumadora la inversión privada, a diferencia de la época de López portillo, cuando el sector privado tendría el 8 % del total de la inversión porque todo lo acaparaba el gobierno, con los rotundos fracasos que ello significo para la vida económica del país.
Lo que no dice es como se gastaron el dinero en el 2019. En una entrevista reciente Mario Di Constanzo, pregunta y les hace cuentas ¿donde quedaron los 700 mil millones que no aparecen? Una buena parte desaparecidos en la gestión de Urzúa.
En su débil defensa Urzúa ahora sale que él traía la meta de incrementar la inversión del 22% a casi al 25 %. Aparte de falso el planteamiento, esa meta nunca se reflejó en lo concreto, mas allá de su pizarrón mental. Mas bien lo que se resintió de inmediato, fueron las medidas para aterrorizar a los productores desapareciendo los apoyos públicos a la producción agropecuaria; a las PYMES y a cualquier forma de fortalecimiento de la infraestructura; despojando de los fondos de aportaciones para el desarrollo regional a los estados, con el fin de someter a las clases empresariales locales, que terminaron quebrando sus negocios no solo por la pandemia, sino porque les cortaron toda alternativa de sobrevivencia.
Así de erráticos fueron los proyectos fallidos de relocalizar todas las dependencias federales; el programa de reforestación "Sembrando corrupción" y la desaparición de facto de oficinas que se quedaron en el limbo. Porque ni siquiera un proyecto de desaparecerlas pudieron hacer.
Y ahora sale Urzúa, que estaba haciendo esfuerzos por abonarles dos puntitos a la inversión, cuando el mismo reconoce, que para inversión pública no hay nada. Porque fue en su gestión donde surgieron las pelas a los presupuestos para destinar dinero a los programas electoreros de apoyos a gente mayor, a jóvenes y a los siervos de la nación. ¿O no?
No se racionalizó la estructura de gobierno, porque el era el responsable estructural, pero es una persona que desconoce la organización de la administración pública. Claro que ese plan no se podía, pero no lo dijo. De hecho, pudo hacer algo, pero no tuvo y no tienen ningún esquema y desde que él fue Secretario de Hacienda, nadie sabe si desaparecen las delegaciones o no, si las secretarias se quedan así, o se adelgazan, y el desorden es tan largo, que nunca lo han dimensionado porque lo suyo es ser burócratas improductivos de las academias mexicanas, ayunos en aportaciones concretas
Se sorprende Urzúa en el Proceso que lo único que ha valido en Pemex fue Cantarel, pero nada hizo para empezar a cortarle brazos podridos a ese cadáver, que es la dizque empresa que sigue costando un dineral su pésima operación en permanentes números rojos.
Tantas, pero tantas cosas reveló Urzúa en contra suya, que mejor se hubiera quedado callado, no que así, se evidenció de sus carencias junto con las de ese gabinete, que sirve para nada y para lo que sigue...
Columna del 1º de Julio del 2020
Historias fantásticas. Balacera en las Lomas
Jorge Miguel Ramírez Pérez
El atentado a Omar García Harfuch ha desatado una ola de especulaciones de toda índole, algunas sustentadas en datos reales, para mi entender, salpicadas de inexactitudes. Sobre todo, lo que ha alebrestado el ambiente, ha sido la declaración de un "atentado de la derecha" por parte de dos improvisados en los temas reales de gobierno: el publicista Epigmenio Ibarra y John Ackerman el consorte de la secretaria de la Función Pública. A los dos les sobra capacidad para escandalizar. Uno con mucha experiencia en truculencias cinematográficas; y el otro, en una imaginación propia de un trasnochado, que se siente descubridor del hilo negro; el gabacho es un adulador de la presidencia, pero un ingenuo mal intencionado, para entender las jugadas políticas de México, no entiende lo elemental.
Vamos por partes.
El joven policía es de lo mejor que se tiene. No hay otros que se asuman como policías. Todos le hacen al vivo, son listillos que saben que el sistema no respalda a la mera hora y simulan.
Los políticos de plano confiesan que tienen miedo, ¡ay nanita!
Los de la procuración de justicia le juegan al astuto, García Harfuch si le entra. Ya no hay de esos. Porque los desacreditan y la ola de chismes los aniquila. Cargan con el muerto, después de que las órdenes del mando político histéricas asustadizas instruyen sin conocimiento.
Los cárteles odian a García, y le temen. Van a intentar otro ataque, de ese tamaño es el daño que les ha infligido.
Y salen con el cuento de un atentado de la derecha, como afirmaron esos jacobinos frustrados ya mencionados. Pero hay otra versión, de que fue un auto atentado, como si los sicarios fueran en verdad expertos y no otros adictos dispuestos a cualquier estupidez por un poco de droga. Aventársele al jefe de la policía capitalina requería de novatos o de experimentados, pero deteriorados mental y físicamente por los vicios.
La realidad delincuencial no es la que sale en las películas, a los malos no los combaten porque "se ponen a mano", no porque sean invencibles. Por eso matan a jueces, pero primero les quitan las escoltas, los sicarios van a la segura con el apoyo de los que deberían proteger a fondo a las autoridades que combaten los delitos.
Y claro que hubo traición porque es el mismo grupo, como comentaba un amigo mío, el que durante 24 años ha estado en el poder de la capital. Los intereses son enormes y rancios. Y todo indica que el policía acribillado, ha querido barrer intereses en la policía capitalina.
Fue víctima para mí, de órdenes aceleradas, de delincuentes de nuevo cuño del tipo que él señaló, del Cártel de Jalisco, estrenados en ascender en la crueldad y en gritos, sujetos que quieren fama por medio de sangre sin ton ni son, el atentado afortunadamente no describe hampones cerebrales, sino asesinos iracundos. Les sale mal el acelere.
Y empiezan las historias que ensalzan de más o vituperan a la familia del policía. Remiten odios de otros tiempos al presente. Recuerdan a Marcelino García Barragán, el abuelo de García Harfuch que fue secretario de la Defensa con Díaz Ordaz, pero olvidan esos izquierdizantes que era un cardenista de hueso colorado, que estuvo dispuesto junto con otros militares a lanzarse a las armas ante el fraude electoral, ese sí, que le cometieron en 1952 a Miguel Henríquez Guzmán, a quien Cárdenas empujaba contra Ruiz Cortines.
El de Jiquilpan quería en principio que le regresaran el poder a los militares. En esa campaña estuvieron Amalia Solórzano de Cárdenas, Cuauhtémoc, y estuvo también muy joven Javier García Paniagua padre de García Harfuch; el general Juan Barragán abuelo de Moctezuma Barragán; José Muñoz Cota un orador brillante y muchos políticos de la izquierda que en ese mismo año quisieron hacer un "gobierno legítimo" pero Cárdenas el instigador, los paró y se disciplinó con Ruiz Cortines. El henriquismo se acabó.
García Paniagua como Gutiérrez Barrios No eran coincidentes desde el Colegio Militar. En su momento les toco enderezar el movimiento que Luis Echeverría desató en 1968, con los métodos de la época. García Paniagua puso en paz a algunos alebrestados caciques y a otros promotores de la violencia. No se justificaban las formas, para nada; como tampoco los esfuerzos de la guerrilla por desatar el caos. Pablo Sandoval el suegro de Ackerman era de los rijosos cercano a Lucio Cabañas el guerrillero de Ayotzinapa y las revanchas tal vez arrancan de esos tiempos. Ahora que la nueva generación guerrillera está en el pináculo del poder ¿quieren venganzas?
Porque en esas hipótesis conspirativas más parece un atentado interno en todo caso, una fantástica vendetta planeada desde una mente de guerrilleros. Lo que demuestra sus deficiencias, porque el móvil es algo que caracteriza a las izquierdas: la lucha intestina es lo suyo.
Los apresurados señalamientos de la conspiración de derechas, en un país en que no existe la derecha, es explicación no pedida... ¿o me equivoco?
Columna del 29 de junio del 2020
AMLO y Trump
Jorge Miguel Ramírez Pérez
No cabe duda que el gran periodista Fausto Fernández Ponte con el tino y la experiencia que le acompañaban, tituló su columna política como "Asimetrías"; que se inspiraba fundamentalmente en el conocimiento que tenía de las políticas estadounidense y la mexicana, muy dispares. Porque es así. Las ópticas son distintas en cada caso y las críticas aún las hacen ver mas distantes.
La carta del excanciller Bernardo Sepúlveda al actual canciller Marcelo Ebrard advirtiendo de los riesgos que él ve en el encuentro entre AMLO con el presidente de EUA, Donald Trump; es una de las opiniones que muestran, que los enfoques no son como se ven, en la perspectiva de la crítica mexicana. Sepúlveda da prácticamente como perdedor a Trump en los comicios de noviembre y teme que un Joe Biden de llegar a la presidencia, tome represalias contra AMLO y contra México.
Yo diría la vieja frase: "tantos años de marqués y no saber mover el abanico".
Y es que, en principio no hay que exagerar el peso político de AMLO en la política estadounidense. Es cierto que muchos indocumentados tienen todavía simpatía por el presidente de México, sobre todo porque lo que dispersa en la nómina con interés socio electoral, al menos para ellos, es emblemático, respecto de la suma de las remesas que, a pesar de todas las vicisitudes, sigue siendo un factor más importante de divisas, que el turismo y que los ingresos petroleros.
El asunto es que los indocumentados no votan allá, y los ciudadanos de origen mexicano no los quieren.
Sin embargo, me parece que muchos mexicanos en condiciones de derechos electorales en Estados Unidos, no habrían visto mal a AMLO, en un principio, en el 2018. Al igual que la gente de la clase media y trabajadora aquí, compraron parte de su discurso, el que querían oír, de grandes promesas y sueños; solo que los estadounidenses no son socialistas, menos los de origen mexicano que se parten el lomo para tener lo que tienen, los que son izquierdistas, como los seguidores de Bernie Sanders, son blancos, herederos de las ideologías de la jipiada de los 60s, en esos grupos no hay mexicanos.
Los estadounidenses dudan que el gobierno mexicano, llegue algún día a comportarse como un país contrario a la corrupción. Allá el discurso tiene poco peso. Los mexicanos de allá saben que Peña fue junto con sus ayudantes, la imagen de lo mas corrupto, y ha salido bien librado con AMLO. No existe ninguna investigación contra él, ni contra ninguno de sus colaboradores importantes que pudieran involucrar a Peña. A AMLO ya se le pasó el tiempo y no dio muestras realmente de combatir la corrupción como dijo, menos con los resultados del tipo de allá: escándalos ineludibles para ver tras las rejas a los transgresores.
Un tema relevante que les pega a todos los estadounidenses es el del narcotráfico, y a quienes más afecta es a las familias mexicanas que generalmente tienen un miembro de la familia dominado por esa adicción lacerante y además conviven en áreas dominadas por las bandas delictivas. Para ellos, López no ha hecho nada, al revés, ha soliviantado con sus declaraciones el clima de inseguridad en el suroeste estadounidense, donde se supone que Trump está interesado por ganar simpatías. La encuesta la tiene perdida en California, en Arizona y en Nuevo México; en Texas, la diferencia que le favorece, es mínima.
López no ha hecho nada por invalidar la leyenda no desprovista de verdad que México, simula atacar el narco. En este gobierno, ni siquiera ha habido simulación. El problema de la adicción allá es imparable, pero alguien tiene que cargar con la culpa. Ese alguien debe ser de afuera, para no transgredir la enmienda constitucional de respeto irrestricto a la propiedad privada, casi siempre es a un mexicano al que se le identifica con el perfil y la cultura del narco.
De esa manera las expectativas de Trump no son como se cree, que una foto con AMLO tiene como fin, demostrar que tiene al mexicano sometido. Eso no hay duda. Aunque algunos ilusos crean lo contrario, en la realidad ningún presidente del Continente se negaría ir con Trump. Si invitara a Ortega, al de Cuba, o a Maduro irían encantados, solo que saben que pueden ser aprendidos.
Trump va más allá, quiere por lo menos tres cosas muy claras desde mi limitada perspectiva: uno, que AMLO le de velocidad a las cadenas de producción de los procesos que se complementan; para que EU no retrase más su competitividad con China; y no se caiga mas su planta industrial. Obviamente México tiene que definirse. Dos, que apriete a Calderón para que pida apoyo a los demócratas en este momento en desgracia, en los asuntos espinosos que ya despepitó García Luna, para involucrar a los políticos adversarios a Trump en una trama sabrosa, que refleje la maldad de Obama y la de Hillary Clinton, que están temblando y mueven sus hilos allá y acá.
Y tres, ganarse nuevamente a sus votantes revelando todos los apoyos verbales a sus políticas fronterizas que AMLO, se verá obligado a asentir. Esto le va a sacar mucho jugo. Y Amlo no podrá negarlo. Entre ellas su beneplácito del muro....
No hay que equivocarse, a México, al país, no le va a pasar nada peor de lo que hacen sus propias autoridades, aunque los corifeos demócratas de aquí, la inmensa mayoría de los políticos de este siglo, aún los de ahora, digan lo contrario. Se les olvida la frase de John Foster Dulles: "Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses".
AMLO va a ir y va a jalar, si gana Trump sobrevivirá un poco, si no, ya dio la voz de alarma previa el embajador Landau: "No hay que invertir en México..." La amistad no camina necesariamente por el mismo camino de los intereses.