Juan Pablo Castañón Castañón
Asistimos a la recta final de uno de los procesos electorales más polémicos y sui géneris de la historia reciente de Estados Unidos y su relación con nuestra patria, el cual ha generado una gran incertidumbre y recurrente inestabilidad en los mercados financieros, en ese país, y por su influencia, en el mundo y en particular en nuestro México.
Este miércoles 19 es el tercer y último debate entre los candidatos a la Presidencia Hillary Clinton y Donald Trump. Aunque ya hay más claridad en las tendencias, presumiblemente más favorables a los intereses de México, nada puede darse por hecho hasta los comicios del próximo 8 de noviembre, y casos como el del Brexit o el referéndum por la paz en Colombia deben prevenirnos en ese sentido.
Por lo pronto, previo al debate, modelos respetados de proyección que se soportan en las principales encuestas, como los de Nate Silver y New York Times dan a la candidata demócrata una posibilidad de ganar de entre 86 y 89 por ciento.
Es probable que la gran volatilidad que hemos observado ceda un poco cuando se defina la elección, y más aún si se cumple esa predicción dominante, pero lo que sí es seguro es que de ninguna forma desaparecerá, pues existen muchos frentes abiertos aún que generan interrogantes y nerviosismo, gane quien gane la elección de los Estados Unidos.
Las elecciones, por la forma en que se dieron, los temas debatidos, las promesas y demandas que proliferaron en las agendas y la retórica, y en particular lo relativo a la relación con México, perfilan grandes retos que deberemos encarar en lo sucesivo, como prioridad estratégica de nuestro país.
Una vez que se disipe la turbulencia que provocaron las campañas, tras tanta desinformación, errores de juicio, percepciones muy difundidas en la población estadounidense que estaban latentes y han emergido, habrá que replantear y recomponer en gran medida la relación con Estados Unidos, sin importar quién gane.
Hay riesgos reales, que no podemos menospreciar, ante los cuales debemos tomar previsiones y precauciones; estar preparados, aunque afortunadamente las tendencias no apuntan hacia los escenarios más adversos.
Estamos hablando del riesgo de una relación estratégica –la más delicada y compleja que tiene México y en gran medida también la más delicada y compleja que tienen Estados Unidos– donde podría pesar mucho más que como hasta ahora la desconfianza y la cerrazón, justo en el momento menos propicio para ello, por el grado que ha alcanzado la interdependencia bilateral, que nos genera competitividad compartida.
Por eso, es necesario tener una planeación estratégica, con prioridades claras, desafíos a superar y acciones a realizar en cuanto a la relación con Estados Unidos, incluyendo un plan B para escenarios como el que generaría una mayor inclinación de parte de ellos hacia el proteccionismo y la implementación de medidas unilaterales.
Hay que tomar en cuenta que también si resulta ganadora la fórmula demócrata, como parece cada vez más posible, hay incógnitas y retos muy importantes, que debemos ponderar.
Aún con el eventual triunfo de Hillary Clinton, no puede desdeñarse el peso de las millones de personas que apoyan a su adversario, y a los cuales también deberá gobernar y tomar en cuenta, para ir subsanando la gran división que se aprecia en la sociedad estadounidense.
Entre sus mismos partidarios existen visiones que no resultan siempre favorables a los intereses de México, y a la relación bilateral que nos genere competitividad en ambos países.
No olvidemos que ella y muchos demócratas, al igual que partidarios de Trump, han manifestado serios reparos a la ratificación del TPP, y al TLCAN.
En todo caso, México debería de tomar la iniciativa y proponer al próximo gobierno estadounidense una agenda bilateral robusta, visionaria e integral, que abra una nueva era en la relación. La realidad obliga a ambos a situar a la contraparte y la interrelación en el status que le corresponde.
Por la parte de los empresarios, hemos acordado en el U.S – México CEO Dialogue, el próximo 6 y 7 de diciembre, que haremos en conjunto empresarios norteamericanos y empresarios mexicanos, una carta a la nueva presidencia de los Estados Unidos, ponderando la necesidad de continuar en el diálogo, buscando las sinergias en políticas públicas, para trabajar en conjunto por la competitividad regional hacia el mundo.
Ya hemos jugado un rol proactivo en esta línea, con el Tratado de Libre Comercio. Los tiempos exigen que volvamos a asumirlo, de cara a los problemas y oportunidades que afrontamos y sobre todo a los puntos de convergencia donde hay oportunidades en los intereses que representan a Estados Unidos y México.
En nuestra visión, la agenda bilateral necesariamente debe considerar cuatro prioridades elementales: por un lado economía, en segundo término seguridad, y en tercer y cuarto términos migrantes y la frontera.
En materia de seguridad, México está luchando contra la delincuencia, asumiendo costos muy grandes y dolorosos por un problema que tiene causas y efectos binacionales.
Se requiere de una mayor corresponsabilidad: una mayor coordinación, con un compromiso a la altura de ambas partes.
Corresponsabilidad para detener el contrabando de armas; para atajar el lavado de dinero con más controles y vigilar la exportación de precursores químicos.
En el ámbito de la migración, si bien el flujo de indocumentados mexicanos se ha reducido, persiste el problema de millones de familias que viven en una condición jurídica, económica y social precaria y, en muchos casos, trágica.
México no puede evadir la responsabilidad de velar por los derechos humanos de sus connacionales, dondequiera que se encuentren, al igual que asegurar las mismas garantías a quienes vienen al país o están en tránsito, como los migrantes centroamericanos. Hay que predicar con el ejemplo y promover en Estados Unidos una solución justa, racional y perdurable para nuestros paisanos. En la medida que generemos más empleos en México, sigamos siendo exitosos en nuestros modelos de desarrollo económico, con los clusters y las áreas de desarrollo que hemos tenido en varias partes del país, generaremos los empleos para que las personas se queden en México, incluso las personas que piensan migrar a través de México, desde Centroamérica hacia Estados Unidos, podrían encontrar aquí oportunidades para establecerse. Es una obligación moral irrenunciable.
La perspectiva de la frontera norte debe ser un elemento central de nuestra proyección de nación. Comprende 81 municipios en los que viven cerca de 17 millones de mexicanos, y aportan casi el 24% del PIB nacional. Ahí se decidirá gran parte de nuestro futuro.
Urge una política económica, social y de seguridad integral y de mayor alcance: que involucre y comprometa a los seis estados fronterizos, sus municipios y la Federación, así como a los vecinos del norte, en una relación ganar-ganar, formando comunidades de personas, de negocios, comunidades políticas que interactúan para tomar decisiones en conjunto.
En materia económica, el TLCAN fue uno de los puntos de inflexión que a 23 años de su entrada en vigor, ha triplicado el comercio de los tres países miembros. Sin embargo, es momento de llevarlo a una nueva fase de desarrollo. La implementación de todas sus cláusulas se completó en el 2008 y el contexto mundial ha cambiado dramáticamente.
Es necesario llevar la relación a planos más profundos: de la integración comercial, a la integración productiva, contemplando factores como clusters regionales, infraestructura, telecomunicaciones, integración en energía, regulaciones y prácticas económicas sustentables. Y nos referimos a clusters regionales en donde interactuemos con un solo objetivo, con una especialidad, ambos países o los tres países en conjunto para la competitividad global.
Se trata de aprovechar a fondo las complementariedades, combinar las ventajas comparativas y reforzar la competitividad conjunta. Estados Unidos necesita dar un impulso decidido a sus exportaciones y México es su mejor aliado en esta tarea. Mientras que las importaciones que se hacen de China se producen con más de 95% de partes no estadounidenses, las que llegan de México integran un 40% insumos propios norteamericanos.
La producción compartida es un hecho que genera empleos en ambos lados de la frontera. Hay que demostrarlo a los millones de norteamericanos que tienen una concepción errada de esta realidad.
Hay que convencer que también en lo económico, lo que se necesitan son puentes y no más barreras.
Es necesario avanzar en la armonización de esquemas de certificación y regulación de bienes y servicios y en un programa conjunto de infraestructura fronteriza para eliminar cuellos de botella y maximizar la seguridad. Hay que garantizar que la legislación de transporte no afecte la eficiencia en el tráfico comercial, facilitar los trámites aduanales y, en general, el cruce fronterizo terrestre, por el que pasa el 80% del comercio bilateral, que por cierto supera los mil millones de dólares diarios. Programas efectivos de viajero o transportista confiables que puedan dar grandes resultados en eficiencia y productividad, y además en la promoción y en la convivencia cultural.
Trabajamos juntos para que las Pymes de ambos países se incorporen plenamente en el comercio binacional y a la integridad productiva con una visión de competitividad global. Este es el gran pendiente del TLCAN.
Por todo esto es necesario –y de hecho urgente– que México consolide una red de cabildeo en Estados Unidos, tanto a nivel federal como local. Pero el reto no es sólo del Gobierno Federal, sino también de los legisladores, gobernadores, alcaldes y sobre todo de nosotros los empresarios, que debemos asumir un papel mucho más activo para concretar alianzas y coaliciones con nuestras contrapartes, y encontrar las oportunidades de sinergias entre las empresas mexicanas, norteamericanas y canadienses, y así estamos emprendiendo nuestra tarea para estos próximos meses.
Coincidimos con los analistas que desde los dos lados de la frontera, han señalado que para ninguno de los dos países existe una relación internacional más intensa, diversificada y delicada que la que tenemos entre vecinos. Nuestros destinos están entrelazados. Hoy más que nunca, a México le conviene que le vaya bien a Estados Unidos y a Estados Unidos le conviene nos vaya bien a los mexicanos.
Luis Pazos
El senador panista Jorge Luis Preciado propuso reformar el Artículo 10º de la Constitución, que permite la posesión de armas en el domicilio, para considerar al negocio y al auto una extensión del domicilio, con el objetivo de que los ciudadanos pacíficos se puedan defender ante la creciente incapacidad de las policías para garantizar su seguridad.
Portar armas en el auto no es una vía eficaz para incrementar la seguridad de los ciudadanos. No garantiza en mayor grado nuestra integridad física, y sí un probable enfrentamiento con maleantes que saben usar las armas mejor y no se tocan el corazón para dispararnos si no les damos el reloj, la cartera o la bolsa.
Pero es farisaica la respuesta de varios comunicadores y políticos que se rasgaron las vestiduras por la reforma propuesta por un legislador ante la creciente inseguridad que priva en el país.
La Encuesta Nacional de Seguridad Pública del INEGI arroja un incremento en la percepción de inseguridad entre los ciudadanos. Un 72% se sienten inseguros. En Ecatepec, Estado de México, el 95%; en las delegaciones de Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco de la CDMX, el 94%. Esos altísimos porcentajes reflejan la incompetencia de los gobernantes de esos lugares para preservar la seguridad de sus habitantes, que es su función primordial.
Las policías municipales son en las que menos confía la población: sólo el 41.7%. En los que más confianza tiene la ciudadanía son la Marina (82%) y en el Ejército (79.5%).
Las funciones primordiales de un gobierno son las de proteger los derechos humanos básicos: vida, propiedad y libertad, y cada día, perciben los mexicanos, los garantizan menos.
No es la solución que cada quien se "auto defienda", situación que llevó al tremendo error (100 veces más grave que pedir que los ciudadanos pacíficos porten armas en su auto) de permitir la existencia de los llamados "autodefensas", que en su mayoría eran grupos ligados al crimen organizado.
La función del Estado es desarmar y detener a delincuentes que pongan en peligro los derechos humanos fundamentales, y no dejar en la indefensión a ciudadanos pacíficos, que pagan las policías con sus impuestos, y muchos de los cuales buscan armarse para suplir la creciente ineficiencia del Estado en protegerlos.
Palabras del Papa Francisco en la homilía en la Santa Misa de este domingo 16 de octubre
Al inicio de la celebración eucarística de hoy hemos dirigido al Señor esta oración: «Crea en nosotros un corazón generoso y fiel, para que te sirvamos siempre con fidelidad y pureza de espíritu» (Oración Colecta).
Nosotros solos no somos capaces de alcanzar un corazón así, sólo Dios puede hacerlo, y por eso lo pedimos en la oración, lo imploramos a él como don, como «creación» suya. De este modo, hemos sido introducidos en el tema de la oración, que está en el centro de las Lecturas bíblicas de este domingo y que nos interpela también a nosotros, reunidos aquí para la canonización de algunos nuevos Santos y Santas. Ellos han alcanzado la meta, han adquirido un corazón generoso y fiel, gracias a la oración: han orado con todas las fuerzas, han luchado y han vencido.
Orar, por tanto, como Moisés, que fue sobre todo hombre de Dios, hombre de oración. Lo contemplamos hoy en el episodio de la batalla contra Amalec, de pie en la cima del monte con los brazos levantados; pero, en ocasiones, dejaba caer los brazos por el peso, y en esos momentos al pueblo le iba mal; entonces Aarón y Jur hicieron sentar a Moisés en una piedra y mantenían sus brazos levantados, hasta la victoria final.
Este es el estilo de vida espiritual que nos pide la Iglesia: no para vencer la guerra, sino para vencer la paz.
En el episodio de Moisés hay un mensaje importante: el compromiso de la oración necesita del apoyo de otro. El cansancio es inevitable, y en ocasiones ya no podemos más, pero con la ayuda de los hermanos nuestra oración puede continuar, hasta que el Señor concluya su obra.
San Pablo, escribiendo a su discípulo y colaborador Timoteo le recomienda que permanezca firme en lo que ha aprendido y creído con convicción (cf. 2 Tm 3,14). Pero tampoco Timoteo no podía hacerlo solo: no se vence la «batalla» de la perseverancia sin la oración. Pero no una oración esporádica e inestable, sino hecha como Jesús enseña en el Evangelio de hoy: «Orar siempre sin desanimarse» (Lc 18,1). Este es el modo del obrar cristiano: estar firmes en la oración para permanecer firmes en la fe y en el testimonio. Y de nuevo surge una voz dentro de nosotros: «Pero Señor, ¿cómo es posible no cansarse? Somos seres humanos, incluso Moisés se cansó». Es cierto, cada uno de nosotros se cansa. Pero no estamos solos, hacemos parte de un Cuerpo. Somos miembros del Cuerpo de Cristo, la Iglesia, cuyos brazos se levantan al cielo día y noche gracias a la presencia de Cristo resucitado y de su Espíritu Santo. Y sólo en la Iglesia y gracias a la oración de la Iglesia podemos permanecer firmes en la fe y en el testimonio.
Hemos escuchado la promesa de Jesús en el Evangelio: Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche (cf. Lc 18,7). Este es el misterio de la oración: gritar, no cansarse y, si te cansas, pide ayuda para mantener las manos levantadas. Esta es la oración que Jesús nos ha revelado y nos ha dado a través del Espíritu Santo. Orar no es refugiarse en un mundo ideal, no es evadir a una falsa quietud. Por el contrario, orar y luchar, y dejar que también el Espíritu Santo ore en nosotros. Es el Espíritu Santo quien nos enseña a rezar, quien nos guía en la oración y nos hace orar como hijos.
Los santos son hombres y mujeres que entran hasta el fondo del misterio de la oración. Hombres y mujeres que luchan con la oración, dejando al Espíritu Santo orar y luchar en ellos; luchan hasta el extremo, con todas sus fuerzas, y vencen, pero no solos: el Señor vence a través de ellos y con ellos. También estos siete testigos que hoy han sido canonizados, han combatido con la oración la buena batalla de la fe y del amor. Por ello han permanecido firmes en la fe con el corazón generoso y fiel. Que, con su ejemplo y su intercesión, Dios nos conceda también a nosotros ser hombres y mujeres de oración; gritar día y noche a Dios, sin cansarnos; dejar que el Espíritu Santo ore en nosotros, y orar sosteniéndonos unos a otros para permanecer con los brazos levantados, hasta que triunfe la Misericordia Divina.
Pedro de Legarreta Lores
Los efectos del paso del Huracán Matthew
No podemos dejar de mencionar los casi 900 fallecidos que provocó el huracán Matthew en Haití, a quienes tengan la oportunidad de brindar su ayuda, sin duda se les agradecerá; los demás, unámonos al menos en una oración por esa nación tan golpeada. Por otra parte este huracán llevó a la evacuación de más de dos millones de personas, en su mayoría del estado de Florida y la suspensión de la campaña presidencial en ese estado al menos durante el pasado fin de semana, cuando Clinton tuvo que cancelar los anuncios contratados en el Weather Channel para evitar ser percibida como oportunista que desea aprovechar una tragedia nacional, al menos su reacción fue oportuna.
El presupuesto venezolano y una nueva violación a la constitución
El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela "autorizó" a Nicolás Maduro a romper la ley y burlar la constitución de ese país y aprobar el presupuesto 2017 sin pasar por la Asamblea Nacional, órgano que tiene la facultad según la propia Constitución Bolivariana para tal efecto; pero Maduro prefiere evitar que se la modifiquen o se la veten, y mejor "para evitar que se cause daño al pueblo" dice que serán las Asambleas Populares las que autorizarán el presupuesto. Seguramente esas asambleas estarán formadas por la Guardia Nacional Bolivariana y no tendrán ni la más mínima idea de economía, pero aprobarán lo que les ordene el señor Maduro, causando más daño a la ya de por sí gravísima situación económica del país caribeño.
Rusia echada para adelante
El sábado pasado, Rusia veto una resolución presentada por Francia en el Consejo de Seguridad de la ONU que promovía el cese al fuego; los rusos señalan que las consideraciones que hicieron a los franceses no fueron tomadas en cuenta y que la propuesta fue hecha para provocar su veto, en tanto que Putin añade que es imposible dialogar con la Administración Obama que solo busca imponer sus puntos de vista a todas las naciones del mundo.
El Papa Francisco y la nueva configuración de la Iglesia
El domingo el Papa Francisco anunció la creación de nuevos cardenales en un consistorio el próximo 19 de noviembre, y en un análisis bastante atinado Austen Ivereighn de Crux señala tres mensajes que el Papa quiere dar con estos nombramientos: Primero, que se está dejando atrás a Europa; segundo, que hay que escuchar a las periferias, y tercero, que es un hombre de misericordia... De los trece cardenales electores que se crearán, solo 3 provienen de Europa, cuando hasta hace poco eran la mayoría, ahora son ya menos de la mitad. Cuatro cardenales provienen de países en la periferia del catolicismo: República Centroafricana, Islas Mauricio, Bangladesh y Papúa Nueva Guinea; de todos los cardenales nombrados, solo uno pertenece a la curia, con lo que favorece la labor pastoral de la Iglesia, destacando el carácter misericordioso haciéndolo antes de cerrar el jubileo.