"Promoviendo la Participación Ciudadana"

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InicioEN LA OPINION DE:

Así miente la Comisión Nacional de los Derechos Humanos

asi-miente-cndhJosé Antonio Ortega Sánchez

La CNDH bajo Luis Raúl González Pérez opera como un aparato de propaganda financiado con recursos públicos para presentar a México como un país en el que se violan los derechos humanos en forma generalizada y sistemática. Vamos, como en Corea del Norte, Siria, Cuba, Arabia Saudita o Venezuela.

¿Qué fin persigue toda esta propaganda que se desarrolla dentro y fuera del país? Pues muy sencillo: promover la intervención de potencias extranjeras para suplantar las instituciones nacionales con un tribunal internacional que persiga y castigue los "crímenes de lesa humanidad" de los "gobiernos neoliberales" o una oficina de protectorado neocolonial como es la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala.

La campaña se basa en fabricar y propalar mitos como: el asesinato de decenas de miles de personas por parte del Ejército (en realidad las víctimas de la violencia entre narcos), 28 mil "desaparecidos", la práctica generalizada de la tortura y la muchedumbre de desplazados "por el conflicto interno" cuyo número los propagandistas calculan desde los 35 mil hasta ¡más de millón y medio!

Me dueles México, con tus millones de refugiados internos... inventados

Ya en 2011 la propagandista Sanjuana Martínez en su libraco "La frontera del narco" daba rienda suelta a su imaginación psicótica.

"¿Cómo medir los efectos de la guerra contra el narco declarada por Felipe Calderón?

"En el norte de México podemos encontrar algunas respuestas. Con 50 mil muertos, 20 mil desaparecidos, millón y medio de desplazados, la guerra ha causado una estela de terror y dolor".

En 2011 la también sedicente empresa de encuestas Parametría dejó ir más lejos la imaginación psicótica. Con base en una supuesta encuesta concluyó que a mayo de ese año había "1 millón, 648 mil, 387 ciudadanos víctimas de desplazamiento forzado" en México. Y Parametría llegó a esta conclusión porque el 17% de los entrevistados dijo haber cambiado de residencia en los últimos cinco años (entre 2005 y 2010) debido a "la violencia".

Pero cuando se analizan las cifras de cambio de residencia del INEGI entre 2005 y 2010 en el país resulta que sólo lo hicieron 753,814 personas. Suponiendo que todas ellas fueran víctimas de desplazamiento forzado ¿de dónde sacó Parametría las otras 894,573 que ni siquiera cambiaron de lugar de residencia o de dónde sacó Martínez las suyas? ¡Pues de su infatigable imaginación al servicio de la mentira! Pero una mentira muy mal hecha, por cierto, que no se sostiene al menor examen.

Además, todas estas cuentas alegres (y las muchas que siguieron en años posteriores) se basan tanto en la trivialización del desplazamiento forzoso como en la falta de la menor evidencia sobre la ubicación de los supuestos desplazados.

Los desplazados internos no son personas que decidieron cambiar de residencia, sino personas que huyeron dejando atrás todo: casas, tierras, medios para ganarse la vida y en general aquello que no puedan cargar en sus manos. Estas personas sufren un proceso veloz y drástico de pauperización: si eran pobres, de pronto lo son mucho más de lo que habían imaginado. A los lugares donde huyen no hay viviendas esperándolos, ni trabajos, ni nada. Los desplazados internos como los refugiados son, por su hacinamiento, por su miseria, por su miedo, demasiado visibles como para que a los habitantes de un país les pasen desapercibidos. Además, los desplazados no huyen individualmente, sino en grupos de familias completas, de comunidades completas. Dejan tras de sí aldeas fantasmas, pueblos fantasmas, ciudades fantasmas. Sólo mediante la ayuda internacional esas personas logran sobrevivir.

¿Dónde están esos cientos de miles o más de millón y medio de desplazados?

En México sí ha habido desplazados como resultado de la violencia de los narcos. Durante la cresta de la ola de la violencia (2008-2011) los casos más severos s presentaron en los municipios de Praxedis G. Guerrero (Chihuahua) y Mier (Tamaulipas) cuando por meses la mayoría de sus pobladores fueron obligados a dejar sus lugares de residencia. Ha habido también desplazamiento temporal en pequeñas comunidades rurales de Tamaulipas, Durango, Sinaloa, Guerrero y Chihuahua. Actualmente hay personas expulsadas en la Sierra Tarahumara.

Pero el número de desplazados es mucho menor al que indican incluso las estimaciones más conservadoras de la propaganda.

Tengo en mi jardín una ranita mágica que me revela toda la verdad

De todas las piezas de propaganda y cálculos de supuestos desplazados internos la menos exagerada, pero igualmente mendaz es la de la CNDH de Luis Raúl González Pérez.

La CNDH en mayo de 2016 difundió su "Informe especial sobre el desplazamiento forzado interno (DFI) en México".

La CNDH de González Pérez pudo localizar y entrevistar a 1,784 personas que se dijeron víctimas de desplazamiento forzado, de las cuales 1,248 señalaron como causa los desastres naturales y 536 la violencia. A su vez de estas 536 un total de 441 culparon específicamente a la violencia de los grupos criminales.

Sin embargo, la cifra de presuntas víctimas de desplazamiento interno brinca de 1,784 a 35,433, porque la CNDH incluye "Personas víctimas de DFI referenciadas por terceros" y entre esos terceros están autoridades públicas.

De los 35,433 supuestos desplazados el 56% correspondió a los 20,000 de Tamaulipas. Y ¿de dónde surgió esta cifra mágica? Pues la CNDH de González Pérez fue tan gentil de explicarlo:

"De acuerdo con acta circunstanciada levantada en Nuevo Laredo, Tamaulipas, el 20 de agosto de 2013, dos visitadores adjuntos se entrevistaron con un servidor público municipal de Nuevo Laredo, quien en torno al DFI de personas afirmó que "el fenómeno del desplazamiento interno de personas que se ha presentado en Nuevo Laredo Tamaulipas, deriva de los conflictos armados entre diversas bandas del crimen organizado y/o las Fuerzas Armadas del Estado Mexicano, estimando que desde el año 2001 al 2012, han abandonado la localidad 20,000 personas, debido al alto índice de violencia registrado en la zona que derivó en afectaciones de propiedades e integridad física de los habitantes, aun cuando éstos no pertenecían a grupos de la delincuencia organizada (...)".

Vemos según los dichos de un "servidor público municipal de Nuevo Laredo", que lo mismo pudo ser la Presidencial Municipal que un trabajador de limpia del municipio. La CNDH se saca de la manga la cifra de 20 mil desplazados, la cual le parece consistente con notas periodísticas que hablan de casas abandonadas (a pesar de que esas casas de interés social abandonadas las hay por cientos de miles en todo el país por causas que nada tienen que ver con la violencia).

El extraño caso de los desplazados que no huyen de, sino van a las "zonas de guerra"

Pero la cifra de 20 mil personas desplazadas de Nuevo Laredo se contradice con toda suerte de indicadores disponibles. Según el INEGI el municipio no perdió, sino que ganó habitantes año tras año, tanto por nacimientos como por la llegada de personas provenientes de otros municipios de Tamaulipas o de otros estados.

En 2000 los habitantes de Nuevo Laredo fueron 310,915, en 2005 fueron 355,827, en 2010 fueron 384,033 y en 2015 fueron 399,431.

Es falso afirmar, como supuestamente hizo el oráculo consultado por la CNDH, que en Nuevo Laredo la violencia fue igual a lo largo de los últimos 15 años. Entre 2001 y 2009 el promedio anual fue de 55 homicidios, si bien en 2005 hubo 158 y 173 en 2006, por un intento del Cártel de Sinaloa por arrebatarle la "plaza" al Cártel del Golfo. La peor fase de la violencia se vivió entre 2010 (144 homicidios) y 2013 (171) y en 2012 se llegó a la cifra de 544 homicidios.

Asimismo si se revisan los registros del seguro social de 2009 a 2015, las cifras no decayeron sino que siguieron subiendo año tras año, incluso en medio de la crisis económica (2009-2011) y la fase de mayor violencia (2010-2013).

Las cifras de la CNDH son un invento. Así miente la CNDH de González Pérez. Y no miente sólo en este caso, sino en todos los casos más importantes (Tlatlaya, Tanhuato).

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La Voz del Papa: A Dios-Amor se le anuncia amando

angelus160925Texto de la homilía del papa Francisco en el Jubileo de los catequistas

El Apóstol Pablo, en la segunda lectura, dirige a Timoteo, y también a nosotros, algunas recomendaciones muy importantes para él. Entre otras, pide que se guarde «el mandamiento sin mancha ni reproche» (1 Tm 6,14). Habla sencillamente de un mandamiento. Parece que quiere que fijemos nuestros ojos fijos en lo que es esencial para la fe. San Pablo, en efecto, no recomienda una gran cantidad de puntos y aspectos, sino que subraya el centro de la fe.

Este centro, alrededor del cual gira todo, este corazón que late y da vida a todo es el anuncio pascual, el primer anuncio: el Señor Jesús ha resucitado, el Señor Jesús te ama, ha dado su vida por ti; resucitado y vivo, está a tu lado y te espera todos los días. Nunca debemos olvidarlo.

En este Jubileo de los catequistas, se nos pide que no dejemos de poner por encima de todo el anuncio principal de la fe: el Señor ha resucitado. No hay un contenido más importante, nada es más sólido y actual. Cada aspecto de la fe es hermoso si permanece unido a este centro, si está permeado por el anuncio pascual. Si se le aísla, pierde sentido y fuerza.

Estamos llamados a vivir y a anunciar la novedad del amor del Señor: «Jesús te ama de verdad, tal y como eres. Déjale entrar: a pesar de las decepciones y heridas de la vida, dale la posibilidad de amarte. No te defraudará». El mandamiento del que habla san Pablo nos lleva a pensar también en el mandamiento nuevo de Jesús: «Que os améis unos a otros como yo os he amado» (Jn 15,12).

A Dios-Amor se le anuncia amando: no a fuerza de convencer, nunca imponiendo la verdad, ni mucho menos aferrándose con rigidez a alguna obligación religiosa o moral. A Dios se le anuncia encontrando a las personas, teniendo en cuenta su historia y su camino. El Señor no es una idea, sino una persona viva: su mensaje llega a través del testimonio sencillo y veraz, con la escucha y la acogida, con la alegría que se difunde. No se anuncia bien a Jesús cuando se está triste; tampoco se transmite la belleza de Dios haciendo sólo bonitos sermones.

Al Dios de la esperanza se le anuncia viviendo hoy el Evangelio de la caridad, sin miedo a dar testimonio de él incluso con nuevas formas de anuncio. El Evangelio de este domingo nos ayuda a entender qué significa amar, sobre todo a evitar algunos peligros. En la parábola se habla de un hombre rico que no se fija en Lázaro, un pobre que «estaba echado a su puerta» (Lc 16,20).

El rico, en verdad, no hace daño a nadie, no se dice que sea malo. Sin embargo, tiene una enfermedad peor que la de Lázaro, que estaba «cubierto de llagas» (ibíd.): este rico sufre una fuerte ceguera, porque no es capaz de ver más allá de su mundo, hecho de banquetes y ricos vestidos. No ve más allá de la puerta de su casa, donde yace Lázaro, porque no le importa lo que sucede fuera.

No ve con los ojos porque no siente con el corazón. En su corazón ha entrado la mundanidad que adormece el alma. La mundanidad es como un «agujero negro» que engulle el bien, que apaga el amor, porque lo devora todo en el propio yo. Entonces se ve sólo la apariencia y no se fija en los demás, porque se vuelve indiferente a todo.

Quien sufre esta grave ceguera adopta con frecuencia un comportamiento «estrábico»: mira con deferencia a las personas famosas, de alto nivel, admiradas por el mundo, y aparta la vista de tantos Lázaros de ahora, de los pobres y los que sufren, que son los predilectos del Señor.

Pero el Señor mira a los que el mundo abandona y descarta. Lázaro es el único personaje de las parábolas de Jesús al que se le llama por su nombre. Su nombre significa «Dios ayuda». Dios no lo olvida, lo acogerá en el banquete de su Reino, junto con Abraham, en una profunda comunión de afectos.

El hombre rico, en cambio, no tiene siquiera un nombre en la parábola; su vida cae en el olvido, porque el que vive para sí no construye la historia. La insensibilidad de hoy abre abismos infranqueables para siempre. En la parábola vemos otro aspecto, un contraste.

La vida de este hombre sin nombre se describe como opulenta y presuntuosa: es una continua reivindicación de necesidades y derechos. Incluso después de la muerte insiste para que lo ayuden y pretende su interés.

La pobreza de Lázaro, sin embargo, se manifiesta con gran dignidad: de su boca no salen lamentos, protestas o palabras despectivas. Es una valiosa lección: como servidores de la palabra de Jesús, estamos llamados a no hacer alarde de apariencia y a no buscar la gloria; ni tampoco podemos estar tristes y disgustados.

No somos profetas de desgracias que se complacen en denunciar peligros o extravíos; no somos personas que se atrincheran en su ambiente, lanzando juicios amargos contra la sociedad, la Iglesia, contra todo y todos, contaminando el mundo de negatividad.

El escepticismo quejoso no es propio de quien tiene familiaridad con la Palabra de Dios. El que proclama la esperanza de Jesús es portador de alegría y sabe ver más lejos, porque sabe mirar más allá del mal y de los problemas. Al mismo tiempo, ve bien de cerca, pues está atento al prójimo y a sus necesidades.

El Señor nos lo pide hoy: ante los muchos Lázaros que vemos, estamos llamados a inquietarnos, a buscar caminos para encontrar y ayudar, sin delegar siempre en otros o decir: «Te ayudaré mañana». El tiempo para ayudar es tiempo regalado a Jesús, es amor que permanece: es nuestro tesoro en el cielo, que nos ganamos aquí en la tierra.

En conclusión, que el Señor nos conceda la gracia de vernos renovados cada día por la alegría del primer anuncio: Jesús nos ama personalmente. Que nos dé la fuerza para vivir y anunciar el mandamiento del amor, superando la ceguera de la apariencia y las tristezas del mundo. Que nos vuelva sensibles a los pobres, que no son un apéndice del Evangelio, sino una página central, siempre abierta ante nosotros.

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Breves del mundo 23/Septiembre/2016

breves160923Pedro de Legarreta Lores

A 45 días de la elección en Estados Unidos

Clinton y Trump son los candidatos más impopulares de la historia; el 56% de la población tiene mala opinión de Hillary, más del doble de los que veían mal a Obama en 2008; a Trump lo rechaza el 63%. La popularidad del Congreso, minada por años de bloqueo político, está en mínimos, 13%, según Gallup; Estados Unidos es el país más armado del mundo (265 millones de armas, una de media por adulto) y las milicias de extrema derecha se han multiplicado desde 2008. La tensión racial ha desbordado las manifestaciones típicas para convertirse en verdaderas revueltas con varios muertos tanto del lado de los manifestantes como de las autoridades. Hace unos días el gobernador de Kentucky, el republicano Matt Bevin, sopesó la opción de una insurrección armada contra Hillary Clinton si esta gana las elecciones: "Quiero que seamos capaces de luchar ideológica, mental, espiritual, económicamente, para que no tengamos que hacerlo físicamente. Pero este, de hecho, podría ser el caso... Con la campaña prácticamente empatada, el futuro del vecino del norte no es halagüeño, lo malo es que nosotros viajamos en el vagón de cola y seguramente resultaremos salpicados.

La Asamblea General de la ONU

El 19 de septiembre tuvo lugar en Nueva York la Cumbre de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Refugiados y Migrantes, convocada con el objetivo de adoptar compromisos "para mejorar la protección de los migrantes y refugiados", según explica ACNUR. Como resultado de la misma se ha adoptado la Declaración de Nueva York, que no tiene carácter vinculante, con la que "se comprometen a respetar totalmente los derechos humanos de todos los refugiados y migrantes". Una vez más, son declaraciones de intenciones sin mecanismos para garantizar su aplicación. Es la primera vez que la Asamblea General propone una cumbre específica sobre migraciones y refugiados, y eso supone que el tema se sitúe en la agenda política internacional. Sin embargo, cabe reflexionar sobre el momento en que se propone esta cumbre: llevamos décadas con las denominadas crisis migratorias en diferentes partes del mundo, pero ha tenido que tocar directamente a Europa para que se le dé la importancia, el tiempo y el espacio en la agenda internacional. ¿Este encuentro puede generar cambios en las políticas migratorias actuales? El escenario es poco esperanzador teniendo en cuenta que son los Estados quienes gestionan las políticas migratorias y de asilo. Además, debido a este carácter voluntario, no hay medidas contra los países que no cumplan.

La fallida tregua en Siria

Las armas vuelven a disparar en Siria. No es que hubieran dejado de hacerlo por completo durante la semana en que sobrevivió la tregua alcanzada entre EEUU y Rusia, pero sí que hubo un alivio. Sin embargo, el punto que no se ha cumplido en absoluto es el de la llegada de ayuda humanitaria a una población asediada como es la de Alepo. Tanto el régimen de Damasco como su aliada Rusia niegan la autoría del ataque a un convoy de las Naciones Unidas y el bombardeo de un centro de asistencia médica, pero la negativa no esconde que en esta guerra la población civil se ha convertido en el enemigo a batir. Aquella tregua no podía durar, por muchos motivos. El principal es que fue firmada solo por EEUU y Rusia --países que no disimulan su desconfianza mutua-- cuando los protagonistas de la guerra son muchos otros.

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Orar por el Presidente

orar penaÓscar Fidencio Ibáñez

La tradición cristiana de hacer oración por las autoridades tiene múltiples antecedentes bíblicos, pero se manifiesta explícitamente en la Primera Carta de San Pablo a Timoteo: "Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna".

Por cierto, esta petición de oración la hacía Pablo cuando los gobernantes eran perseguidores de cristianos.

El presidente de México ha tomado decisiones que han molestado profundamente a la mayoría de la población, y sus decisiones en los últimos meses además han sido controversiales y han generado un malestar que en nada abona al buen ánimo, a la paz y a la tranquilidad que todos necesitamos.

Desde la displicencia con que trató el tema de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, la falta de certidumbre en las investigaciones, y la falta de castigo a los culpables, pasando por los señalamientos de corrupción y conflicto de interés de sus familiares y colaboradores con motivo de adquisiciones de casas o mal uso de recursos públicos, hasta escándalos de frivolidad como el de su encargado del deporte durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, hacen que su gobierno sea el de menor nivel de aceptación en la historia de los presidentes mexicanos desde que se mide esa variable.

La iniciativa presidencial que promueve equiparar el matrimonio entre hombre y mujer para la procreación y la ayuda mutua, con los derechos de parejas del mismo sexo, desató una serie de acciones que incidieron en el voto en las elecciones recientes; además, motivaron la organización de ciudadanos para oponerse a dicha iniciativa en distintos organismos, el más visible por su alcance y movilización, el Frente Nacional por la Familia, que además promueve la iniciativa ciudadana que se planteó al Congreso en febrero de este año para fortalecer al matrimonio y a la familia.

El presidente, además de la citada iniciativa, anunció una serie de medidas que empujan la ideología de género en políticas públicas, particularmente en los contenidos de educación sexual que se imparten a niños y adolescentes, y también otras modificaciones reglamentarias que promueven el aborto en los servicios de salud con el uso de medicamentos abortivos.

Las históricas y multitudinarias marchas por la familia, que sumaron más de 1 millón 200 mil personas en todo el país dan una idea del rechazo de la población a este tipo de políticas.

Estas decisiones llaman a los creyentes a la necesidad de oración urgente por el presidente y demás autoridades, y además llaman a todos los ciudadanos a la movilización política de la sociedad para defender los derechos humanos y la dignidad de todos, especialmente de niños y adolescentes.

Sin embargo, otros asuntos, como: pedir perdón al pueblo por lo que se hizo en la adquisición de la "casa blanca"; despedir al funcionario encargado de combatir la corrupción sin nombrar a otro; y no fortalecer el sistema anticorrupción, también hacen necesaria la oración para que se procure justicia, que es un prerrequisito para la paz y el bien común.

La temeraria e incorrecta invitación al candidato estadounidense que tanto ha insultado a mexicanos y latinoamericanos dentro y fuera de su país, constituye también un motivo de oración y al mismo tiempo motivo de protesta para que se corrija, ya que esto genera una irritación que afecta la tranquilidad de los ciudadanos.

Existen muchas otras razones para hacer oración por nuestras autoridades y de manera especial por el presidente. Ésta es la actividad principal de los cristianos, orar para pedir buen juicio, fortaleza, honestidad y prudencia. Y al mismo tiempo son razones para que los ciudadanos se movilicen, propongan y opinen sobre la mejor manera de gobernar en un sistema democrático, plural y laico, que debe escuchar todas las voces y tratar de acordar y encontrar los mejores caminos para el bien común de la sociedad.

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