¿Dónde está Chuquiqui?

Nadie puede negarle al diputado Jesús Enrique Hernández Chávez, el control y magnífico desempeño logrado para conseguir la mayoría simple en el Congreso de Sinaloa a través de una operación política impecable durante el proceso electoral, de ahí que se le haya premiado con la coordinación del grupo parlamentario de su partido y, por ende, la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Congreso.

Sin embargo también es necesario reconocer que el ex alcalde de Culiacán es un militante priista chapado a la antigua, esto porque no asiste a ninguna reunión con la sociedad, no importa si esta es convocada por los empresarios, las mujeres o los discapacitados, el diputado está por encima de estas cosas.

Que lejos están aquellos días en que el antiguo dirigente tricolor señalaba la necesidad de privilegiar el consenso social necesario porque, al ser mayoría parlamentaria, les compromete a razonar más las propuestas y tomar acuerdos con otras fuerzas políticas.

El día de ayer, el presidente del PAN señaló que le preocupa la LXI Legislatura, y que no espera gran cosa de ella, porque el coordinador de la fracción mayoritaria no asiste a las reuniones que se le invita, ni está atento a las necesidades de la sociedad.

Hernández Chávez pertenece a una especie en peligro de extinción, es un verdadero dinosaurio de la política, arrastra consigo los comportamientos vetustos del PRI del siglo XX, ese PRI que era autosuficiente y podía disponer de vidas y haciendas, ese PRI al que muchos de ellos extrañan aún hoy en día.

Pero el país en el que vivimos ha cambiado mucho en los últimos 14 años, por decir lo menos, México, en el siglo XXI tiene una sociedad mucho más participativa y los partidos políticos, todos, necesitan abrir esos vasos comunicantes con la sociedad, no a través de sus viejas estructuras corporativas como acostumbraban, sino mediante el contacto directo; como dicen los clásicos, ‘es tiempo de renovarse o morir’ porque el Sinaloa de hoy, no puede seguir viviendo en las costumbres políticas del ayer. Sinaloa también, ya cambió.

Proceso de paz en Colombia

Desde hace tiempo ya, se vienen desarrollando conversaciones de paz entre las FARC y el gobierno colombiano, con miras a la restauración de la paz en aquel país latinoamericano, lo más visible han sido las reuniones que sostienen ambos bandos en la isla caribeña de Cuba, sin embargo el proceso es más complicado que eso, ya que por una parte se mantiene el status quo en términos legales, por lo que el gobierno sigue persiguiendo a la guerrilla, mientras que ésta sigue buscando sostenerse y no ha detenido su acción beligerante.

La polémica en los últimos días se ha desatado por las declaraciones del presidente Santos en el sentido de que espera ver a las FARC “no sosteniendo el fusil, sino sentados en el Congreso”, con lo que buena parte de la sociedad colombiana, que desde hace años ha abandonado todo apoyo a las fuerzas revolucionarias guerrilleras, se vio fuertemente sacudida en sus inclinaciones y aspiraciones. Pero el comentario merece la reflexión.

¿Accederá la guerrilla a una negociación que la lleve a la cárcel o mantenga marginados a sus miembros? definitivamente, no. En España el gobierno se ha empeñado en negociar con ETA su rendición unilateral y el juicio de los asesinos, lo que ha detenido en repetidas ocasiones el proceso de desarme de esa organización terrorista. La única alternativa es una amnistía que les permita recuperar su papel en la sociedad con todos sus derechos a salvo.

Sin duda, la guerrilla espera que se le concedan en automático las curules para participar en el cuerpo legislativo, pero ahí es donde se puede dar la negociación, ya que se tiene bajo la manga el as de la democracia… todo aquel que pretenda acceder a un puesto de elección tiene que pasar precisamente, por un proceso electoral.

De manera que existe la posibilidad de que todas las partes queden al final conformes, los milicianos de las FARC con sus derechos políticos y sociales plenos, y la sociedad, sin darle su voto, dejando fuera a del congreso a los guerrilleros, pero sin levantamientos armados en ese país, ¿no es lo deseable para todos?

Responden los Templarios

Sin duda la estrategia implementada por el gobierno federal en Michoacán está dando resultados positivos, la población de los municipios afectados empieza a retomar su vida normal y, a pesar de que el camino es largo todavía, la esperanza renació en ese rincón del bajío mexicano.

Y la muestra de que está rindiendo frutos, es precisamente la respuesta que han dado los templarios al gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto, ex gobernador del Estado de México y Miguel Ángel Osorio Chong, ex gobernador de Hidalgo, el día de ayer Femsa reportó el ataque al menos a cinco tiendas de la cadena Oxxo, en los Estados de México e Hidalgo, en una reacción muy chabacana de los delincuentes, al querer dejar patente que si bien los habían expulsado de Michoacán, lo que ahí hacían (recuerden que el viernes incendiaron un oxxo precisamente en Apatzingán) ahora lo seguirán haciendo en otra parte.

Parecen no darse cuenta que su estrategia les funcionó por el abandono que el gobierno tuvo de la zona de Tierra Caliente, pero que si pretenden desafiar a los poderes de la república (y parece que es lo que hacen a mandar un mensaje tan claro de desafío al Presidente y al Secretario de Gobernación) ésta tiene muchos elementos para defender la soberanía que no se han usado por negligencia o complicidad, pero que esta no se dará en un clima de confrontación y lucha por el poder.

Ayer mismo el Secretario Osorio Chong se reunió con los gobernadores vecinos a Michoacán, así como los responsables de los aparatos de seguridad , justicia e información, para cercar a los templarios e impedir que se trasladen a otros estados a continuar con su actividad delictiva, si esta coordinación se da de manera efectiva y oportuna, aún cuando cueste un gran esfuerzo, finalmente los templarios serán frenados, controlados y desmantelados.

Después de este ejercicio, el gobierno federal no tendrá más remedio que implementar la misma estrategia con el resto de los grupos delincuenciales autonombrados cárteles, a menos que, como sus detractores sostienen, estén coludidos con ellos.