Es común en nuestro país que se argumente que se tiene el respaldo social para realizar acciones de presión a las diversas autoridades, esto es parte de un modelo de democracia participativa muy válida que implica compromiso de la ciudadanía y atención de la autoridad, ya sea esta gubernamental, académica o de algún grupo.
Cuando en 1988 Manuel Clouthier señalaba al gobierno de utilizar recursos del gobierno para apoyar al candidato oficial, simplemente señaló lo que en aquella época era costumbre: el uso del aparato gubernamental como equipo de campaña del candidato oficial (algo que muy bien entienden hoy en Venezuela, pero no tanto las generaciones jóvenes en México).
No por lo que ocurrió en los años 80’s, cuando la CIA financió al Talibán en su enfrentamiento contra la entonces Unión Soviética… ¡hoy!.
El día de ayer, en Venezuela, se registraron disturbios motivados por el proceso electoral. Durante esos eventos murieron siete personas y otras 60 resultaron heridas. Ayer por la mañana, Pablo Hiriart decía en su editorial que “la radicalización de Capriles no es una buena noticia para el futuro inmediato de Venezuela” y al parecer eso mismo opinó el candidato de la oposición, ya que el día de hoy solicitó a sus seguidores que no salieran a las calles y dijo al gobierno estar dispuesto a sentarse para negociar una salida de la crisis.