Norma Mendoza Alexandry
En la época actual con respecto al concepto de "sexualidad", aparece un proceso de creciente culturalización, pues una vez que entra un término confuso o no explicado ni explicable, puede manejarse al antojo de poderes exteriores de tal manera que el individuo es reemplazado sólo por su función y así se hace obvia la pérdida de significado de la vida humana en sus varias formas.
Se han introducido programas a nivel mundial que buscan el cambio social, transformando las formas naturales sexuales por conceptos de género para enseñar a la juventud a exigir "derechos sexuales y reproductivos".
En esta expresión, funcionarios gubernamentales y de organizaciones diversas afirman que la salud y los derechos reproductivos incluyen el "aborto", aunque ningún tratado vinculante hasta hoy, lo incluya como tal.
Es importante para cualquier tipo de negociación que pueda hacerse, tener presentes los Artículos San José acerca de la protección al no-nacido en instrumentos de derechos humanos. Estos Artículos fueron preparados por un grupo de 31 expertos en derecho internacional, por organizaciones internacionales de salud pública, la ciencia, medicina, gobiernos, y entre ellos filósofos, embajadores y abogados de derechos humanos. Puedo decir que agencias y organizaciones financiadas por la ONU se encuentran de manera muy insistente promoviendo amplios derechos sexuales que en muchos casos son dañinos, especialmente para la niñez.
Estos presuntos derechos se cuelan en casi cada área de la vida familiar y socavan los derechos de los padres, el respeto a los valores culturales y religiosos y comprometen la salud e inocencia de la niñez. Los Comités de la ONU buscan cambios en leyes domésticas de los países, sobrepasando los derechos de los padres de familia en cuestiones que se refieren a sus hijos.
En el ámbito de las leyes y políticas internacionales en años recientes, el debate que rodea a la 'educación sexual' se ha enfocado en si los Estados deben o no aplicar la llamada "Educación Sexual Integral" (o "Comprehensive Sexuality Education"). El debate es confuso, pues el término "comprehensive" no es apropiado, ya que los programas "integrales" no dan información completa de la sexualidad humana. Por el contrario, dentro de este término, la International Planned Parenthood Federation (IPPF) y la Sexuality and Information Council of the United States (SIECUS) sólo se refieren a la satisfacción sexual y el placer, se enfocan a la promoción de anticonceptivos y buscan 'empoderar' a la niñez y adolescencia para que exploren su sexualidad e identidad de género. Estos programas no incluyen una visión holística o completa de la persona humana en relación a la sexualidad, no son dirigidos a edades apropiadas, ni tampoco son sensibles a las diferentes culturas. La organización SIECUS es actualmente la fuerza más significativa en cuanto a educación sexual en Estados Unidos y de allí se ha extendido, sobre todo, a países subdesarrollados, como México.
¿A qué tienen derechos el padre y madre de familia? Los padres de familia son los primeros educadores de sus hijos; por tanto, deben empoderarse y tomar conciencia para educarlos de acuerdo con los valores que desean para ellos. Los padres de familia deben poder escoger, intervenir y decidir qué programa de "educación sexual" es el mejor para sus hijos, tomando en cuenta los valores que les han enseñado o en dado caso, hacerse ellos mismos responsables de ese tipo de educación y no dejarlo todo al centro escolar.
Las familias deben recibir apoyo democrático y legal para proteger a sus hijos de mensajes que insinúen que no hay riesgo en las relaciones sexuales, al proveerles engañosamente de condones sin especificar sus fallas y posibles enfermedades, con frases engañosas como "sexo seguro".
A los padres de familia se les dicen expresiones y frases indefinidas que pueden conducir a confusión por sus diferentes interpretaciones, tales como: "educación sexual integral", "género", "derechos humanos de las mujeres", "discriminación", "derechos sexuales", "salud integral y reproductiva", "capacidad en desenvolvimiento".
A consecuencia de esto, las familias muestran debilidades y desórdenes: muchos adultos jóvenes rechazan la alegría y satisfacción del matrimonio, sustituyéndolo con otro tipo de relaciones pasajeras o quedándose solos. Demasiados niños nacen fuera del matrimonio, y muy pocos nacen dentro del matrimonio, aumentando el riesgo de la des-población.
El problema demográfico es asunto de otro artículo; sin embargo, en México la tendencia es a la baja, y se pronostican serios problemas de población dentro de una década, si seguimos en esta tendencia de control poblacional, ya que no habrá suficiente población joven para atender las necesidades de la creciente población de ancianos.
Para terminar: en un artículo de una revista española, el autor escribe con nostalgia algo que pronto podrá suceder aquí:
"Hace tiempo que desaparecieron los niños de esta plaza. Cada vez es más raro verlos jugando en los espacios públicos. Hay incluso parques infantiles herrumbrosos, en donde suelen sentarse los ancianos y alguno empuja con el bastón un columpio vacío. España es una pirámide invertida en la que en 2015 ha habido ya más muertes que nacimientos.
Creo que la gente en general no quiere morir, pero los bebés tampoco quieren nacer. Entre expertos se habla ya de un "suicidio demográfico". Por decirlo así a la brava, está más favorecida la cría de automóviles que de personas.
No sé si éste es un buen país para viejos. Una cosa es que aumente la esperanza de vida y otra muy diferente es que aumente la esperanza.- Desde luego, no lo es para los niños.
Oscar Fidencio Ibáñez
Muchos se quedaron a dormir en el lugar desde la noche anterior, cientos de miles caminaron en una especie de peregrinación para llegar al lugar de la misa del Papa Francisco en Ecatepec, Estado de México; soportaron el polvo y el sol inclemente en un ambiente verdaderamente cuaresmal, la expectativa por escuchar al misionero de misericordia se podía percibir en el ambiente.
El Papa hizo una homilía que pudo haber predicado en Roma, o en cualquier parte del mundo, su mensaje cristiano universal puso el énfasis en el tiempo de la Cuaresma, en el llamado a la conversión, no sólo a los mexicanos, sino a toda la humanidad, y reflexionó sobre las tentaciones del demonio a Jesucristo.
El Pastor católico plantea dos preguntas centrales para invitarnos a la conversión:
"¿Hasta dónde nos hemos habituado a un estilo de vida que piensa que en la riqueza, en la vanidad y en el orgullo está la fuente y la fuerza de la vida?
¿Hasta dónde creemos que el cuidado del otro, nuestra preocupación y ocupación por el pan, el nombre y la dignidad de los demás son fuente de alegría y esperanza?"
Hay muchas maneras de buscar aplicaciones prácticas a estas preguntas. Por ejemplo, las campañas electorales son, entre otras cosas, un escenario donde se debaten estas tentaciones. Aunque muchas personas opinan que no se deben mezclar la política y la religión, esta reflexión es una muestra de cómo la religión puede orientar actitudes y decisiones para mejorar la convivencia a través de la política.
La búsqueda del poder –que se consigue hoy aparentemente sólo a partir de la fama y el dinero– contrasta con los objetivos que debe buscar el gobierno, esto es, servir para proteger el nombre y la dignidad de los demás, y asegurarse de que a nadie le falte el pan.
Existen personas y empresas que apoyan con dinero campañas políticas con el objetivo de obtener beneficios ilegítimos por parte de los candidatos convertidos en gobernantes, y quienes ceden a esta mecánica de acceso al poder restringen su libertad para tomar decisiones a favor del bien común, y terminan sirviendo a intereses particulares afectando a todos, pero de manera especial a quienes más necesitan de un buen gobierno.
La vanidad que se cultiva a partir de denostar o difamar a los demás va construyendo una imagen ficticia que se "vende" a las audiencias, no por sus cualidades, sino por tener menos defectos que los demás, llegando al absurdo de que el elector sólo puede elegir por imagen y mercadotecnia, en lugar de considerar las virtudes –pocas o muchas– de los distintos candidatos, y también estimula la división de la sociedad, por el afán de evidenciar al adversario.
Finalmente, cuando la mentira, la corrupción, el fraude, la manipulación son los elementos esenciales para ganar una elección, lo que menos importa es la dignidad de los electores, que es a quienes van a servir las autoridades electas. Hay pues una grave tentación de acceder al poder pasando sobre la dignidad de los demás, e incluso se considera que es necesario hacerlo así para poder gobernar.
Ninguna de estas deformaciones de la política beneficia a la comunidad, sino a quienes tienen dinero y no les importa los medios para tener más a costa de otros; y también beneficia a los políticos empeñados en obtener poder a cualquier costo, en lugar de ver por las necesidades y el servicio a los demás. Es necesario cuestionar y oponerse a esa lógica que genera injusticia, violencia y pobreza.
El Papa advirtió que no hay que dialogar con el demonio, porque el demonio siempre gana. Frente a la tentación hay que decidir. Un cínico diría que la manera de vencer a la tentación es caer en ella; quizá por ello existe tanto cinismo en muchas autoridades y líderes de la sociedad. Sin embargo, luchar contra la tentación implica un proceso de conversión que lleve a manifestar la misericordia y la ternura del Padre hacia los demás, significa afirmar: "Tú eres mi Dios y en ti confío".
Las campañas electorales se desarrollarán en el periodo de Pascua, un tiempo especial para dar testimonio de la fuerza de la resurrección y de la verdad del Evangelio por parte de los cristianos, y para todo ciudadano es un tiempo para experimentar que el poder del servicio, del respeto y el compromiso por los demás, son más útiles al bien común, que dejarse llevar por la tentación del dinero, la fama y el poder.
Palabras del Papa Francisco en la homilía del domingo 3 de abril de 2016
«Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos» (Jn 20,30). El Evangelio es el libro de la misericordia de Dios, para leer y releer, porque todo lo que Jesús ha dicho y hecho es expresión de la misericordia del Padre.
Sin embargo, no todo fue escrito; el Evangelio de la misericordia continúa siendo un libro abierto, donde se siguen escribiendo los signos de los discípulos de Cristo, gestos concretos de amor, que son el mejor testimonio de la misericordia. Todos estamos llamados a ser escritores vivos del Evangelio, portadores de la Buena Noticia a todo hombre y mujer de hoy.
Lo podemos hacer realizando las obras de misericordia corporales y espirituales, que son el estilo de vida del cristiano. Por medio de estos gestos sencillos y fuertes, a veces hasta invisibles, podemos visitar a los necesitados, llevándoles la ternura y el consuelo de Dios. Se sigue así aquello que cumplió Jesús en el día de Pascua, cuando derramó en los corazones de los discípulos temerosos la misericordia del Padre, el Espíritu Santo que perdona los pecados y da la alegría.
Sin embargo, en el relato que hemos escuchado surge un contraste evidente: por un lado, está el miedo de los discípulos que cierran las puertas de la casa; por otro lado, el mandato misionero de parte de Jesús, que los envía al mundo a llevar el anuncio del perdón. Este contraste puede manifestarse también en nosotros, una lucha interior entre el corazón cerrado y la llamada del amor a abrir las puertas cerradas y a salir, salir de nosotros mismos.
Cristo, que por amor entró a través de las puertas cerradas del pecado, de la muerte y del infierno, desea entrar también en cada uno para abrir de par en par las puertas cerradas del corazón. Él, que con la resurrección venció el miedo y el temor que nos aprisiona, quiere abrir nuestras puertas cerradas y enviarnos. El camino que el Señor resucitado nos indica es de una sola vía, va en una única dirección: salir de nosotros mismos, para dar testimonio de la fuerza sanadora del amor que nos ha conquistado.
Vemos ante nosotros una humanidad continuamente herida y temerosa, que tiene las cicatrices del dolor y de la incertidumbre. Ante el sufrido grito de misericordia y de paz, escuchamos hoy la invitación esperanzadora que Jesús dirige a cada uno: «Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo» (v. 21).
Toda enfermedad puede encontrar en la misericordia de Dios una ayuda eficaz. De hecho, su misericordia no se queda lejos: desea salir al encuentro de todas las pobrezas y liberar de tantas formas de esclavitud que afligen a nuestro mundo. Quiere llegar a las heridas de cada uno, para curarlas.
Ser apóstoles de misericordia significa tocar y acariciar sus llagas, presentes también hoy en el cuerpo y en el alma de muchos hermanos y hermanas suyos. Al curar estas heridas, confesamos a Jesús, lo hacemos presente y vivo; permitimos a otros que toquen su misericordia y que lo reconozcan como «Señor y Dios» (cf. v. 28), como hizo el apóstol Tomás.
Esta es la misión que se nos confía. Muchas personas piden ser escuchadas y comprendidas. El Evangelio de la misericordia, para anunciarlo y escribirlo en la vida, busca personas con el corazón paciente y abierto, "buenos samaritanos" que conocen la compasión y el silencio ante el misterio del hermano y de la hermana; pide siervos generosos y alegres que aman gratuitamente sin pretender nada a cambio.
«Paz a vosotros" (v. 21): es el saludo que Cristo trae a sus discípulos; es la misma paz, que esperan los hombres de nuestro tiempo. No es una paz negociada, no es la suspensión de algo malo: es su paz, la paz que procede del corazón del Resucitado, la paz que venció el pecado, la muerte y el miedo.
Es la paz que no divide, sino que une; es la paz que no nos deja solos, sino que nos hace sentir acogidos y amados; es la paz que permanece en el dolor y hace florecer la esperanza. Esta paz, como en el día de Pascua, nace y renace siempre desde el perdón de Dios, que disipa la inquietud del corazón.
Ser portadores de su paz: esta es la misión confiada a la Iglesia en el día de Pascua. Hemos nacido en Cristo como instrumentos de reconciliación, para llevar a todos el perdón del Padre, para revelar su rostro de amor único en los signos de la misericordia.
En el Salmo responsorial se ha proclamado: «Su amor es para siempre» (117/118,2). Es verdad, la misericordia de Dios es eterna; no termina, no se agota, no se rinde ante la adversidad y no se cansa jamás. En este "para siempre" encontramos consuelo en los momentos de prueba y de debilidad, porque estamos seguros que Dios no nos abandona. Él permanece con nosotros para siempre. Le agradecemos su amor tan inmenso, que no podemos comprender.
Pidamos la gracia de no cansarnos nunca de acudir a la misericordia del Padre y de llevarla al mundo; pidamos ser nosotros mismos misericordiosos, para difundir en todas partes la fuerza del Evangelio. Para escribir esas páginas del Evangelio que el apóstol Juan no escribió».
Pedro de Legarreta
Asesinato de cristianos en Paquistán.- ¿Vale más un europeo muerto en Bruselas que un cristiano paquistaní asesinado en un parque de Lahore por la misma razón fanática? La relativa indiferencia con que los medios occidentales han reaccionado ante el brutal asesinato en masa, ocurrido el domingo en la segunda ciudad de Pakistán, apunta a ese doble rasero. El primer ministro paquistaní viajó hoy a Lahore para interesarse por las víctimas y los familiares del ataque talibán contra los cristianos. El último balance habla de 72 muertos (entre ellos 18 mujeres y 17 niños), y 359 heridos, de ellos más de 20 en estado crítico, por lo que el número de víctimas mortales podría alcanzar el centenar. Nadie espera que por sí solo el régimen de Islamabad haga algo para cambiar el trágico estado en que vive la minoría cristiana. La indiferencia —vestida de impotencia— con que las autoridades de Pakistán responden a atentados terroristas como los registrados la semana pasada en Lahore refleja el chantaje que imponen los partidos ultrarreligiosos musulmanes, y más aún la cultura general de un país acostumbrado a tratar a los no mahometanos como ciudadanos de segunda. Ha sido el enésimo ataque contra cristianos, esta vez no en una iglesia sino en un parque donde mujeres y niños celebraban la Pascua.
El camino a la paz en Colombia.- Con el inicio de negociaciones con el ELN y cerca de sellar la paz con las FARC, Colombia vislumbra finalmente un futuro sin guerrillas, pero el camino para acabar con medio siglo de conflicto armado se prevé difícil. El lanzamiento del pasado miércoles de un proceso de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), en paralelo al que avanza desde hace más de tres años con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), es "una buena noticia" y "un paso positivo", dijeron analistas a la AFP. "Que este grupo quedara afuera (de la negociación) dejaba la paz coja. No se podía decir 'Colombia terminó su conflicto armado' sin incluir al ELN", dijo Angelika Rettberg, directora de la maestría en Construcción de Paz de la Universidad de los Andes. El proceso con el ELN, alzado en armas desde 1964, al igual que las FARC, es "histórico" para los negociadores tras varios intentos fallidos.
Fractura de la alianza de gobierno, un dolor de cabeza más para Dilma.- "El gobierno de Dilma terminó. La salida del PMDB cierra la tapa del ataúd de un gobierno moribundo", afirmó el líder de la oposición, el socialdemócrata Aecio Neves, derrotado en las elecciones de 2014 por Rousseff por estrecho margen. El PMDB posee las mayores bancadas de diputados y senadores, además de ocupar las presidencias de ambas cámaras -Eduardo Cunha al frente de Diputados y Renan Calheiros al frente del Senado- y tiene el mayor número de afiliados entre todos los partidos del país. La principal economía latinoamericana enfrenta una severa crisis, que se alimenta de los escándalos de corrupción de la estatal Petrobras y de una recesión de dimensión histórica, a poco más de cuatro meses de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro (del 5 al 20 de agosto).