Bernardo Ardavín Migoni
La familia y la cultura
La familia es la transmisora por excelencia de la cultura, no como conocimiento de los eruditos, sino como sabiduría popular, que hace posible que todas las personas tengan una mejor conciencia de quiénes son, de su origen y de su destino, de su lugar en la sociedad comenzando por su célula básica, la familia, de su aportación a la comunidad, de sus obligaciones y derechos como ciudadanos.
La familia y el matrimonio
La familia no es un invento de nuestros ministros, gobernantes, legisladores y jueces. Es una institución milenaria que hunde sus raíces en el alba misma de la humanidad y que, por ello, según numerosos estudiosos, es fuente del derecho natural, de los usos y costumbres que normaron a la comunidad inveteradamente y que, en una evolución admirable ha llegado a ser, en la tradición judeocristiana, de Occidente, una entidad reconocida por su incomparable valía como forjadora de la sociedad.
Pues bien, esa institución ligada al matrimonio por siglos, tiene un requisito natural para su conformación de una tremenda fuerza lógica, para cumplir con su trascendente, compleja e invaluable misión: preferentemente debe estar conformada por una pareja humana, de hombre y mujer.
La opinión de los obispos de la CEM
Para auxiliarnos a mantener los pies en la tierra, la Conferencia Episcopal Mexicana emitió un comunicado que, como ha ocurrido tantas veces, alega el contenido de la Doctrina Social de la Iglesia para defender los auténticos derechos humanos, entre ellos el de formar una familia por medio del matrimonio. Desde hace siglos, en nuestra riquísima cultura con raíces indoamericanas y europeas, éste se ha conformado por un hombre y una mujer, para poder cumplir con sus preciosas funciones sociales.
¿Qué debemos hacer?
Tenemos que preservar y enriquecer a la institución familiar porque sin ella México no tiene salida.
No podemos permitir que se nos imponga una suerte de dictadura constitucional, que nos someta al capricho de las definiciones ideológicas de una minoría torpe que desde su distinguida posición de legisladores o de Ministros, como parte del máximo Tribunal de la Nación, invente pseudo derechos humanos, que trastocan nuestra cultura lesionando los auténticos derechos de la familia, el matrimonio, los padres de familia y los niños.
Víctor Hernández Guerrero
Lo que sucede actualmente en el interior del Partido Revolucionario Institucional, de cara a las elecciones gubernamentales de 2016, no es otra cosa que un proceso de transición de SISTEMA integrado por una serie de elementos que ya no corresponden a la época que se vive y que se resiste a despojarse de lo que antes funcionó y mantuvo al SISTEMA vigente durante todo el Siglo XX, pero que hoy, con la nueva realidad social, es anacrónico. De ahí las burbujas o convulsiones que estamos presenciando.
De acuerdo con Russell Ackoff, uno de los pensadores más brillantes en la teoría de sistemas, SISTEMA “es un concepto acerca de la naturaleza de la realidad y de cómo investigarla”. Y complementa: “Un sistema es un conjunto de dos o más elementos que satisface las tres condiciones siguientes: 1.- El comportamiento de cada elemento tiene un efecto en el comportamiento del todo. 2.- El comportamiento de los elementos y sus efectos sobre el todo son interdependientes. 3.- De cualquier manera que se formen subgrupos de los elementos, cada uno tiene un efecto sobre el comportamiento del todo y ninguno tiene un efecto independiente sobre él”.
En el proceso interno de diciembre de 2003, el triunfo de Ismael Hernández Deras, sobre el empresario Carlos Herrera Araluce, confirmó que el PRI estaba preparado para la nueva época: enfrentar, con transparencia, procesos internos para sacar al mejor político que abanderara la candidatura al gobierno de Durango. En medio de creciente tensión, Hernández Deras presionó tanto al SISTEMA, en ese entonces administrado por Ángel Sergio Guerrero Mier y Roberto Madrazo, que logró hacer realidad la elección del candidato a gobernador, a través de la participación representativa de los delegados. Con este proceso interno, en el que salió triunfador el joven político, quedaba enterrado el viejo SISTEMA que había sido exitoso durante todo el siglo pasado pero que ya no correspondía al pensamiento de las nuevas generaciones priistas que comenzaban a ocupar los espacios en el interior del Partido.
En el gobierno Ismaelita, el incipiente nuevo SISTEMA, que él mismo había forzado a nacer, quedó en “andaderas”, pues en lugar de consolidar uno de los elementos torales del nuevo SISTEMA priista que se había estrenado en 2003, lo abandonó y combinó elementos viejos y uno que otro nuevo, que estaban de moda, como las encuestas. Pero las variables del “tapado” y de las negociaciones en “corto” fueron relanzadas.
Ese SISTEMA HÍBRIDO, que no, necesariamente conservó lo mejor del viejo sistema y adaptó lo mejor de las democracias modernas de la nueva época, es el que está crujiendo en estos momentos. El PRI, lo hemos dicho en repetidas ocasiones, no es un partido, es toda una industria de hacer votos, es un SISTEMA complejo, aún distante de lo que sucede en la época de la sociedad del conocimiento y de la era de la información.
Se trata de un enorme SISTEMA integrado por decenas de subsistemas o componentes (grupos de poder) que lo que hagan o dejen de hacer, afectan al todo. Dos de esos subsistemas podemos identificarlos como Leticia Herrera Ale y Esteban Villegas Villarreal.
Los subsistemas crean proceso para cumplir objetivos.
La senadora Herrera Ale, ha logrado desarrollar un atractivo y eficaz subsistema dentro del Partido Revolucionario Institucional, cuyas variables integran el proceso puesto en marcha para alcanzar el objetivo que es la nominación a la candidatura al gobierno de Durango. El proceso está integrado por las siguientes variables:
– La creación de fuentes de trabajo, a través de varias empresas.
– La asistencia y gestoría social a través de la Fundación Chilchota
– La compra de materia prima para sus empresas en algunas regiones importantes del estado de Durango (leche y ganado).
– La implementación de plan estratégico de comunicación.
Por su parte, Esteban Villegas, primero, desde la Secretaría de Salud y ahora como alcalde de la ciudad capital ha logrado integrar otro interesante subsistema:
– El trabajo eficiente desde la presidencia municipal
– La vertebración de programas hacia varios municipios a través de la Federación Nacional de Municipios de México, desde donde está penetrando en los territorios
– La operación que ya comienzan a llevar a cabo otros alcaldes en el interior del estado.
Claro, no son los únicos subsistemas que existen dentro de este instituto político. Si analizamos con detenimiento, hay cuando menos 15 grupos más, incluyendo los sectores y movimientos que hoy, con la movilidad que han exhibido la senadora y el alcalde, han visto alterado el SISTEMA priista que reclama nuevas y modernas reglas del juego para evitar su colapso, como el ocasionado en 2010.
Cierto, el operador de esta enorme industria, el jefe político de la entidad, ante la serie de alteraciones que ha estado sufriendo el SISTEMA, por parte de otros subsistemas dependientes del mando central, decidió el pasado domingo tomar pleno control de la situación.
Ahora, todos los componentes del SISTEMA priista, están a la espera sobre el rumbo que tomará en el cortísimo plazo, esta enorme nave y si su aterrizaje, en alguno de los meses por venir, será suave y terso o traumático y peligroso, que obligue a algunos a ir pensando como saltar para ponerse a salvo.
Antonio Maza Pereda (yoinfluyo.com)
Ya se ha dicho todo o casi todo sobre el caso Joaquín Guzmán Loera. Desde el punto de vista judicial o policiaco yo, ciudadano de a pie, poco puedo agregar. Ya hay demasiados “expertos instantáneos” tratando de encontrar nuevas pistas y aconsejando modos de recuperar al evadido. Ahora que ya se escapó, la casa de la fuga y el túnel están estrechamente vigilados. No vaya a ser que el señor vaya a regresar por su iPad.
Pero lo que sí puede decir este ciudadano, sin pretender ser experto, es su honda preocupación al ver a nuestro gobierno haciendo el mayor de los ridículos que yo recuerde. Su imagen en el país y en el extranjero es verdaderamente de dar lástima. Y nadie, decía Mark Twain, se recupera del ridículo. Ni personas ni instituciones. Todavía más, me preocupa ver que este gobierno y la mayoría de sus antecesores no tienen claras sus prioridades. Y eso es muy grave.
Hay un problema con las prioridades: es fácil establecerlas en el discurso. Pero uno no puede estar seguro de que efectivamente se están aplicando, hasta que hay que escoger entre dos prioridades diferentes. Los ejemplos abundan. Y, desgraciadamente, para la mayoría de nuestros gobiernos la imagen, sobre todo la imagen ante los medios, resulta tener una prioridad más alta que el bienestar de la ciudadanía o las promesas que se han hecho a la nación.
Desde hace mucho tiempo, en el discurso, se ha dicho que el combate a la corrupción es una prioridad. Ya en tiempos del presidente Miguel de la Madrid se habló de la Reforma Moral de la Sociedad. Que yo recuerde, todos los presidentes después de él han ofrecido combatir este flagelo. Pero, en la realidad, esto no ha sido una prioridad. Ha servido para políticos y candidatos para obtener apoyos de la ciudadanía; una vez en el puesto por el que compitieron, estas promesas se han olvidado.
Ahora, se nos está diciendo que en la raíz de la fuga de Joaquín Guzmán hay corrupción. Lo cual no es un gran descubrimiento: la ciudadanía ya nos lo imaginábamos. Y, por supuesto, el Congreso ya está citando a diversos funcionarios para pedirles cuentas. Sin embargo, hace unos cuantos meses, este mismo Congreso pospuso la votación sobre la nueva Ley Anticorrupción. Para el Congreso, en la práctica, no fue una prioridad esta votación. Tuvo mayor prioridad el irse a las campañas políticas federales y locales. Es más, esta ley no está siendo discutida; se retomará cuando inicie el nuevo periodo de sesiones.
No es que yo diga que si se hubiera aprobado esa ley, se hubiera evitado la mencionada fuga. Lo que sí dejó muy claro la actitud del Congreso es que, aunque en el discurso la Ley de Anticorrupción tenía una alta prioridad, en la práctica no la tuvo. Tuvo más prioridad discutir las leyes para evitar que los circos tuvieran animales, por ejemplo.
Se nos dijo que las Reformas Estructurales tenían una gran prioridad. Pero, en la práctica, las leyes reglamentarias para hacer que estas reformas tengan efecto, han tenido una prioridad muy baja. Y no sólo ocurren estas cosas en el Poder Legislativo. ¿Recuerda usted el decálogo para aumentar la seguridad para la población? ¿Cuántos de esos aspectos se han cumplido? El más sencillo de todos, establecer un número de emergencia nacional 911: ¿se ha llevado a cabo?
Es claro que en nuestro país, y probablemente en muchos más, las prioridades de los gobernantes no reflejan las prioridades de la ciudadanía. Y en una democracia es lo menos que deberíamos esperar de quienes dicen representarnos y quienes gobiernan –se dice- de acuerdo al mandato de la Sociedad. Mientras no haya acuerdo entre las prioridades de la ciudadanía y los gobernantes, la credibilidad del Gobierno será mínima. Como ha venido ocurriendo. Y, por supuesto, su credibilidad, señores políticos, en este momento está en uno de sus puntos más bajos.
Palabras del Papa Francisco en el Ángelus del domingo 19 de julio
«Queridos hermanos y hermanas. Buenos días.
¡Veo que son muy valientes con este calor de playa. Felicitaciones!
El Evangelio de hoy nos dice que los apóstoles después de la experiencia de la misión, están contentos pero cansados. Y Jesús lleno de comprensión quiere darles un poco de alivio. Entonces les lleva a aparte, un lugar apartado para que puedan reposarse un poco. “Muchos entretanto los vieron partir y entendieron... y los anticiparon”.
Y a este punto el evangelista nos ofrece una imagen de Jesús de particular intensidad, 'fotografiando' por así decir sus ojos y recogiendo los sentimientos de su corazón. Dice así el evangelista: “Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato”.
Retomemos los tres verbos de este sugestivo fotograma: ver, tener compasión, enseñar. Los podemos llamar los 'verbos del Pastor'.
El primero y el segundo están siempre asociados a la actitud de Jesús: de hecho su mirada no es la de un sociólogo o la de un fotoreporter, porque Él mira siempre “con los ojos de corazón”.
Estos dos verbos: 'ver' y 'tener compasión', configuran a Jesús como el Buen Pastor. También su compasión no es solo un sentimiento humano, pero es la conmoción del Mesías en la que se hizo carne la ternura de Dios. Y de esta compasión nace el deseo de Jesús de nutrir a la multitud con el pan de su palabra.
O sea, enseñar la palabra de Dios a la gente. Jesús ve; Jesús tiene compasión; Jesús enseña. ¡Que bello es esto!
Y he pedido al Señor que el espíritu de Jesús, el Buen Pastor, me guiase durante el viaje apostólico que realicé los días pasados en América Latina, que me permitió visitar Ecuador, Bolivia y Paraguay.
Agradezco a Dios con todo el corazón por este don. Agradezco a los pueblos de estos tres países, su cariñosa y calurosa acogida y por su entusiasmo.
Y renuevo mi agradecimiento a las autoridades de estos países por su acogida y colaboración. Con gran cariño agradezco a mis hermanos obispos, sacerdotes, a las personas consagradas y a todas las poblaciones por el calor humano con el que han participado.
Con estos hermanos y hermanas he alabado al Señor por las maravillas que ha obrado en el Pueblo de Dios en camino en aquellas tierras. Por la fe que ha animado y anima su vida y su cultura. Y lo hemos alabado también por las bellezas naturales con las cuales ha enriquecido a estos países.
El continente latinoamericano tiene grandes potencialidades humanas y espirituales, custodia los valores cristianos profundamente radicados, pero vive también graves problemas sociales y económicos.
Para contribuir a su solución, la Iglesia está empeñada en movilizar las fuerzas espirituales y morales de sus comunidades, colaborando con todas las componentes de la sociedad.
Ante los grandes desafíos que el anuncio del Evangelio tiene que enfrentar, he invitado a alcanzar de Cristo Señor, la gracia que salva y que da fuerzas al empeño del testimonio cristiano, a desarrollar la difusión de la palabra de Dios, para que la importante religiosidad de aquellas poblaciones pueda siempre ser testimonio fiel del Evangelio.
A la materna intercesión de la Virgen María, que toda América latina venera como patrona con el título de Nuestra Señora de Guadalupe, confío los frutos de este inolvidable viaje apostólico».