Antonio Maza Pereda
Continuando el análisis de los posibles escenarios de la Administración Trump, encontramos tres conceptos que manejó en su campaña y que podrían tener impacto global y geopolítico. Claro, como todos los escenarios, son posibilidades que no pretenden pronosticar ni se les asigna alguna probabilidad.
Por un lado, está el tema de la energía. Estados Unidos es un país con grandes reservas de petróleo, carbón, gas natural y en particular de petróleo extraído de formaciones rocosas, por el proceso de "fracking". Por razones estratégicas, Estados Unidos prefirió crear reservas de petróleo y tenía prohibido exportar petróleo y gas. Hace poco tiempo, esa prohibición se levantó y sus compañías ahora pueden exportar energéticos, lo cual trajo como resultado la caída de los precios del petróleo, orquestada por la OPEP para hacer poco viables esas exportaciones.
Si la administración Trump regresa a esa política restringiendo las exportaciones, los precios del petróleo volverán a subir. Pero si mantiene la exportación estadounidense de energéticos, sus precios se mantendrán o podrían incluso bajar, lo cual afectaría a los países petroleros, en particular a Venezuela y los países árabes y de paso a México. De hecho, la compañía petrolera saudita, ARAMCO, ya está en el proceso de vender sus acciones en el mercado mundial, para poder sostener su situación frente a los precios bajos del petróleo.
Agregue usted la promesa de Trump de volver a impulsar el uso de carbón producido en Estados Unidos y podríamos tener una situación de energía barata, que beneficiaría sobre todo a los países industrializados y restaría poder a los países petroleros, incluyendo a Rusia.
Un tema relacionado pero diferente es la posición de esta administración frente al calentamiento global. Ésta es una teoría que tiene mucho apoyo, pero que no deja de tener opositores. Hay un grupo importante de científicos que señalan que en los últimos 15 a 20 años el calentamiento global no ha crecido del mismo modo que el aumento de gas carbónico en la atmósfera. O sea, dicen ellos, que no hay una correlación que demuestre que: a más carbono en la atmósfera, más calentamiento global.
Otros científicos están prediciendo, basándose en el ciclo de las manchas solares, que se aproxima una nueva "era glacial", un enfriamiento que podría durar algunas décadas y que empezará en 20 a 30 años. Entre los adeptos a Trump hay muchos que creen que no seguirá el calentamiento global y que piden que se abandonen los acuerdos que ha firmado Estados Unidos al respecto.
El tema es complejo. Todas esas teorías que están por comprobarse y hacen difícil tomar una decisión. También es cierto que si la humanidad espera 20 años o más para ver cuál teoría funciona, puede ser tarde para remediar la situación, lo cual nos inclinaría a tomar medidas como si el calentamiento global fuera un hecho seguro. ¿Será esta la posición de la administración Trump? No es fácil decirlo. Lo que es cierto es que no tomar una decisión es ya, en sí, una decisión.
Otro tema es el tema de la proliferación de armas nucleares. Trump dijo en sus debates que los aliados de Estados Unidos se benefician de la defensa nuclear que esa nación les provee. Su solución es cobrarles por esa defensa. Pero, ¿qué pasa si países como Alemania, Japón, Corea y otros deciden que les conviene más tener sus propias armas nucleares? El frágil equilibrio nuclear hoy vigente quedaría roto y vendría una nueva proliferación de armas nucleares, con nuevos "miembros del club" y el riesgo incrementado de que todos empiecen a gastar en renovar y ampliar sus arsenales, gastando fondos que son necesarios para el desarrollo de la economía mundial.
En un momento en que la Organización de la Naciones Unidas no está en el máximo de su prestigio, no se ve un contrapeso ante estos riesgos ni las medidas que se podrían tomar para evitar los escenarios riesgosos, lo cual nos deja en manos de los políticos de las grandes potencias. Y es de dudarse que ahí encontremos la sabiduría y la sensatez que se requiere para atender estos temas. Esto pone el tema en manos de nosotros, los ciudadanos de este mundo, que debemos pedir a los políticos que atiendan estos riesgos, que no son temas menores.
José Luis Luege Tamargo
Aunque parezca increíble, la Cámara de Diputados en la discusión y aprobación del presupuesto federal para 2017 (PEF 2017) volvió a incluir un fondo de casi 9 mil millones de pesos para que cada uno de los 500 diputados federales lo asigne, de forma absolutamente discrecional, a obras en municipios y comunidades correspondientes a sus distritos y a sus estados.
A esta partida se le bautizó como "Fondo para el Fortalecimiento de la Infraestructura Estatal y Municipal" (Fortalece), pero sigue con el mismo vicio de años anteriores donde los diputados pueden determinar a su antojo el destino de los recursos.
Todos hemos repudiado las acciones fraudulentas de diputados de distintos partidos políticos, que en varios casos fueron denunciados por exigir un porcentaje de los recursos asignados en determinadas obras, el tristemente reconocido "moche".
En los últimos años, alcaldes de diferentes municipios han afirmado que fueron obligados a pagar un tanto para adjudicar los recursos a obras, o bien, a que los trabajos fuesen realizados por empresas designadas por los propios legisladores.
¿Cómo es posible que después de estos hechos lamentables que han causado un verdadero escándalo, generando una pésima imagen de los legisladores y del país, la Cámara de Diputados vuelva a insistir en esta práctica?
Nadie mejor que los legisladores saben que esta acción es inconstitucional porque el Presupuesto de Egresos es una "ley programática" y no puede dar espacio a un uso discrecional o arbitrario de los recursos públicos. Es ilegal porque viola la propia Ley del Presupuesto, en donde cada partida tiene un destino específico y debe ser ejecutado por las unidades de gobierno correspondientes.
Hace un año, en este mismo espacio, denunciábamos que aunque se ha señalado a legisladores de distintos partidos políticos, hay una responsabilidad directa de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al promover en el presupuesto la asignación de montos "discrecionales" otorgados a los principales grupos parlamentarios. En el argot de los funcionarios de la SHCP, le llamaban a estas partidas "comandas" y las clasificaban de acuerdo al color de los emblemas partidistas, de tal forma que había comanda azul, roja, amarilla y verde. Ahora pomposamente se les denomina "Fortalece", pero se trata exactamente de la misma situación ya denunciada que propicia corrupción.
Cuando los grupos parlamentarios aceptan esta propuesta por parte de la SHCP, en cierta forma se condicionan a la aprobación del presupuesto; es decir, se trata realmente de una especie de "presión" para que la Cámara de Diputados apruebe más directa y rápidamente el proyecto de presupuesto presentado por el Ejecutivo Federal.
Los diputados tienen todo el derecho en impulsar determinados proyectos de interés en sus distritos y localidades, pero deben discutir en las Comisiones respectivas para que sus demandas, que son las de la ciudadanía, queden resueltas en la medida de lo posible en el PEF.
Sin embargo, no puede aceptarse el uso discrecional de recursos por parte de los diputados. Una vez aprobado el presupuesto, la obligación del Congreso es vigilar y dar seguimiento al puntual cumplimiento en el ejercicio del mismo.
En este momento de crisis que vive el país debido, principalmente, a la corrupción e impunidad imperantes, y después de constatar los gravísimos casos vinculados a varios gobiernos estatales salientes y en medio de una reforma para crear el sistema anticorrupción en nuestro país, resulta incongruente la aprobación otra vez de partidas que han promovido precisamente actos de corrupción.
Es fundamental que los diputados pongan el ejemplo de una conducta apegada estrictamente a la Constitución y a las leyes, no permitiendo que programas opacos como Fortalece sean incluidos en el PEF. La obligación de los diputados es la aprobación del presupuesto y una vez aprobado, vigilar su correcta ejecución y exigir rendición de cuentas en todas las acciones de gobierno; pero el ejercicio del gasto es facultad del ejecutivo, no de los legisladores.
Por todas estas razones, la Cámara de Diputados y el Gobierno Federal deben cancelar dicha partida ilegal que propicia actos de corrupción. Los grupos parlamentarios están obligados a que haya total transparencia en la aprobación del presupuesto y a no permitir discrecionalidad en el ejercicio del gasto.
Texto completo de las palabras del Papa francisco en el ángelus de este domingo 27 de noviembre de 2016
"Queridos hermanos y hermanas, buenos días. Hoy en la Iglesia inicia un nuevo año litúrgico, o sea un nuevo camino de fe del pueblo de Dios. Y como siempre iniciamos con el Adviento.
La página del evangelio (cfr Mt 24,37-44) nos introduce a uno de los temas más sugestivos del tiempo de Adviento: la visita del Señor a la humanidad. La primera visita se realizó con la Encarnación, el nacimiento de Jesús en la gruta de Belén; la segunda es en el presente: el Señor nos visita continuamente cada día, camina a nuestro lado y es una presencia de consolación; y para concluir estará la última visita, que profesamos cada vez que recitamos el Credo: "De nuevo vendrá en la gloria para juzgar a los vivos y a los muertos". El Señor hoy nos habla de esta última visita suya, la que sucederá al final de los tiempos y nos dice dónde llegará nuestro camino.
La palabra de Dios subraya el contraste entre el desarrollarse normal de las cosas y la rutina cotidiana y la venida repentina del Señor. Dice Jesús: "Como en los días que precedieron el diluvio, comían, bebían, tomaban esposa y tomaban marido, hasta el día en el que Noe entró en el arca, y no se dieron cuenta de nada hasta que vino el diluvio y embistió a todos". (vv. 38-39).
Siempre nos impresiona pensar a las horas que preceden a una gran calamidad: todos están tranquilos, hacen las cosas de siempre sin darse cuenta que su vida está por ser alterada.
El evangelio no quiere inculcarnos miedo, sino abrir nuestro horizonte a la dimensión ulterior, más grande, que de una parte relativiza las cosas de cada día y al mismo tiempo las vuelve preciosas, decisivas. La relación con el Dios que viene a visitarnos da a cada gesto, a cada cosa una luz diversa, un espesor, un valor simbólico.
De esta perspectiva viene también una invitación a la sobriedad, a no ser dominados por las cosas de este mundo, de las realidades materiales, sino más bien a gobernarlas.
Si por el contrario nos dejamos condicionar y dominar por ellas, no podemos percibir que hay algo mucho más importante: nuestro encuentro final con el Señor que viene por nosotros. En aquel momento, como dice el Evangelio, "dos hombres estarán en el campo: uno será llevado y el otro dejado" (v. 40). Es una invitación a la vigilancia, porque no sabiendo cuando Él vendrá, es necesario estar siempre listos para partir.
En este tiempo de Adviento estamos llamados a ensanchar los horizontes de nuestro corazón, a dejarnos sorprender por la vida que se presenta cada día con sus novedades. Para hacer esto es necesario aprender a no depender de nuestras seguridades, de nuestros esquemas consolidados, porque el Señor viene en la hora en la que no nos imaginamos. Viene para introducirnos en una dimensión más hermosa y más grande.
Nuestra Señora, Virgen del Adviento, nos ayude a no considerarnos propietarios de nuestra vida, a no hacer resistencia cuando el Señor viene para cambiarla, pero a estar listos para dejarnos visitar por Él, huésped esperado y grato, aunque desarticule nuestros planes".
Pedro de Legarreta Lores
Firman nuevos acuerdos de paz en Colombia
Este jueves, el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC firmaron en el teatro Colón de Caracas, el nuevo acuerdo de paz. Un acuerdo que se busca ya no pase por el cedazo del referéndum popular, y que sea aprobado por los diputados en el Congreso. Sin duda la firma de la paz es un grito desesperado de los colombianos, deseada y anhelada por todos, pero lamentablemente, al menos según el Centro Democrático que dirige el ex presidente Álvaro Uribe, los nuevos acuerdos ignoran por completo la voluntad popular expresada en las urnas en octubre pasado y al Presidente Santos le gana la urgencia de colarse en los libros de historia como el artífice de la paz para su pueblo. El problema, según algunos críticos de los acuerdos, es que el nuevo documento liga la paz a la ideología de género con dieciséis puntos que nada tienen que ver con la guerrilla y el abandono de las armas, y si con la imposición de reglas impuestas desde la ONU para favorecer ideas ajenas al pueblo colombiano. Si esto se confirma, los acuerdos terminarán siendo una manzana de la discordia, y no un ósculo de paz para el país sudamericano.
Gobierno de Venezuela se retira de la mesa de diálogo
Con motivo del juicio que se sigue en Florida a dos sobrinos del presidente venezolano, la Asamblea Nacional abordó un debate con este tema el martes pasado, lo que fue aprovechado por Nicolás Maduro para abandonar la mesa de diálogo con la oposición, una mesa en la que ninguno de los compromisos del gobierno había sido cumplido. El gobernador de Miranda y destacado líder opositor, Henrique Capriles, señala esto como una burla al Papa Francisco y la disposición del Vaticano para coadyuvar en la paz para el pueblo venezolano, que día con día muere de hambre y, más literalmente, muere por la inseguridad que priva en todo el país. Seguramente en los próximos días veremos resurgir las manifestaciones callejeras, los enfrentamientos y las detenciones y violaciones de derechos humanos por parte del socialismo bolivariano.
El boquete económico del Brexit
El Brexit le saldrá a Reino Unido más caro de lo previsto. Así lo admitió el miércoles el canciller del Exchequer, Philip Hammond, al presentar el presupuesto de otoño, el primer gran anuncio económico del Gobierno desde el referéndum de junio. La desaceleración de la economía obligará a endeudarse en 142.000 millones de euros más de lo previsto en los próximos cinco años. Hammond renuncia a eliminar el déficit en esta legislatura y pone fin a seis años de austeridad, vía endeudamiento, para proteger la economía de las amenazas que se avecinan. Lejos de la bonanza y prosperidad que prometieron los populistas, la crisis económica se ahondará en la isla británica, y además dará rienda suelta a los ánimos secesionistas, como el de Escocia, que sin duda volverá a buscar separarse del Reino Unido de la Gran Bretaña.