Oscar Fidencio Ibañez
Recientemente me enteré del suicidio de una joven; poco después su novio también decidió quitarse la vida. Otra pareja sufrió porque ella era alcohólica y eso afectó la relación hasta que finalmente ella se fue de la ciudad, en el proceso el novio bajó su rendimiento escolar y profesional, afectando a otros compañeros.
Entre las víctimas y victimarios de la violencia que afecta a México, una cantidad muy importante son jóvenes, incluyendo la tragedia de los niños y adolescentes migrantes, no sólo los mexicanos sino los centroamericanos que llegan al país y son vejados, abusados, desaparecidos e incluso asesinados en su caminar en búsqueda de una mejor vida.
Aun así el Papa Francisco inició su mensaje a los jóvenes en Morelia, Michoacán de la siguiente manera: "Uno de los mayores tesoros de esta tierra mexicana tiene rostro joven, son sus jóvenes. Sí, son ustedes la riqueza de esta tierra. ¡Cuidado! no dije la esperanza de esta tierra, dije: «Su riqueza».
"La montaña puede tener minerales ricos que van a servir para el progreso de la humanidad, es su riqueza, pero esa riqueza hay que transformarla en esperanza con el trabajo, como hacen los mineros cuando van sacando esos minerales. Ustedes son la riqueza, hay que transformarla en esperanza."
Esta semana también pude participar en una ceremonia de graduación donde los maestros y padres reconocieron tres características a esta generación de estudiantes, su compromiso social, su creatividad y disposición para asumir retos. Se mostraron varios ejemplos de trabajos estudiantiles que se caracterizaban por ayudar a personas discapacitadas, enfermas y marginadas, a través de proyectos de acompañamiento, de desarrollo tecnológico y empresarial.
Otra estudiante también me sorprendió con un prototipo de calentador solar elaborado con materiales reciclables de bajo costo, y fácil de construir por cualquier persona para reducir gastos por consumo de gas a las familias y al mismo tiempo ayudar al medio ambiente reduciendo emisiones contaminantes.
Todos sabemos que es verdad que los jóvenes son una riqueza para nuestro país, pero estamos poco conscientes de que hay que convertir esa riqueza en esperanza, en amor que lleve a servir a los demás y a fortalecer la dignidad de cada persona, un empeño que involucra a padres, familias, maestros y por supuesto a los propios jóvenes que necesitan decidir desenterrar la riqueza que tienen y convertirla en el oro y la plata de la esperanza, y en el agua viva que quite la sed a los demás en un ambiente de almas desiertas.
El Papa también nos recordó "«En la familia se aprende cercanía». Se aprende solidaridad, se aprende a compartir, a discernir, a llevar adelante los problemas unos de otros, a pelearse y a arreglarse, a discutir y a abrazarse, y a besarse. La familia es la primera escuela de la Nación, y en la familia está esa riqueza que tienen ustedes. La familia es como quien custodia esa riqueza, en la familia van a encontrar esperanza, porque está Jesús."
Cuando nuestra Nación requiere fortalecer al matrimonio entre hombre y mujer abierto a la procreación, como base de las familias que puedan convertir la riqueza de México en esperanza, el presidente propone una iniciativa que pretende "redefinir" al matrimonio y equipararlo con otro tipo de uniones, desvirtuando su función primordial en el tejido de la sociedad.
El presente y el futuro de los jóvenes, niños y familias de México es demasiado importante como para permitir que una iniciativa política lo ponga en riesgo, los mexicanos tenemos la responsabilidad ciudadana de hacer que los legisladores y el presidente den marcha atrás y por el contrario fortalezcan y protejan el matrimonio y la familia.
Jorge López
Ante el anuncio hecho por el Presidente de la República de realizar modificaciones al Artículo 4º Constitucional y al Código Civil Federal, para establecer el "matrimonio igualitario", diferentes organizaciones de la sociedad civil han manifestado su postura a favor de la protección de la familia cuya base es el matrimonio entre un hombre y una mujer.
ConFamilia manifestó mediante un comunicado que la posición del Presidente lo coloca, junto con su partido político, el Revolucionario Institucional (PRI), "en una situación anti-familia que violenta la Declaración Universal de los Derechos Humanos" y que a la vez contrasta con las convicciones de miles de ciudadanos que han solicitado se proteja al matrimonio y la familia natural desde la Constitución, solicitud recibida por el Senado de la República el pasado 23 de febrero de 2016, con miras a iniciar el proceso de reforma constitucional a instancia de la ciudadanía.
En virtud de esto, continúa el comunicado, se debe llevar "el debate sobre el matrimonio y la familia a un nivel más alto, abierto y plural que permita a la sociedad mexicana enriquecerse al escuchar los planteamientos de ambas partes". De esta forma, Juan Dabdoub, presidente de ConFamilia, da la bienvenida al Presidente al debate "sobre cómo proteger y promover el matrimonio y la familia natural en México".
Por su parte, Red Familia, la convergencia de organizaciones pro-familia, reprueba "tajantemente" esta propuesta "que busca cambiar la naturaleza y finalidad del matrimonio".
Red Familia citó estudios de personajes como Mark Regnerus, de la Universidad de Texas, o de Fernando Pliego, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, que concluyen que la familia integrada por padre y madre biológicos y sus hijos, es la estructura que mayor bienestar ofrece a los menores.
Reprobó Red Familia que se utilice una institución como el matrimonio como un distractor de diferentes problemas nacionales o para complacer a ciertos actores internacionales. Recordó que a los padres de familia les asiste el derecho humano de educar a sus hijos según sus convicciones, por lo demandó que el Estado de abstenga de presentar modelos erróneos. "Romper con la finalidad del matrimonio y dañar más nuestro tan lastimado tejido social, no es el camino para reivindicar demandas y agravios", advirtió.
Además de ConFamilia y Red Familia, distintas organizaciones sociales en México, como la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) y el Movimiento juvenil Dilo Bien, y el propio Episcopado Mexicano, han expresado su rotundo rechazo a la iniciativa presidencial sobre matrimonio igualitario.
José Antonio Ortega Sánchez
El año en que en Michoacán fueron secuestradas una pequeña de cuatro años de edad y su mamá embarazada, cuando dos de los plagiarios trataron de recoger el rescate, la policía los detuvo y ello permitió localizar la casa de seguridad donde las víctimas estaban, liberarlas y detener a dos secuestradores más.
Ahora estos criminales están libres por decisión de los jueces Jesús Alejandro Sosa Maya, María Consuelo López Ramírez y Ana Lilia García Cardona, del Tribunal de Juicio Oral del Estado de Michoacán.
¿Cómo justificaron estos prevaricadores la liberación de los secuestradores?, pues los criminales ni siquiera alegaron haber sido torturados, sino que, según los jueces, la policía no debió haber acudido a la casa de seguridad sin antes remitir a los secuestradores detenidos al recoger el rescate ante el ministerio público y que éste los consignara ante el juez, por lo cual ¡se les violaron sus garantías a los plagiarios!
Pero si la policía hubiera procedido así, lo más probable es que las víctimas habrían sido asesinadas y que los otros dos plagiarios habrían escapado, ante la demora en el regreso de sus compinches.
¿Cómo pudo ocurrir esto?, ¿se trata de que no sirve el nuevo sistema de justicia penal acerca de cuyas supuestas bondades nos bombardea la propaganda todos los días y a toda hora?, o ¿simplemente se trata de jueces que interpretan la ley de modo torcido?
Se trata de las dos cosas. El nuevo sistema está influido por la noción ultra-garantista que favorece a los criminales. Pero aun así, jueces con sentido de justicia tienen un margen de maniobra para no favorecer la impunidad y para no castigar ni a las víctimas ni a la policía cuando hace bien su trabajo. Tal no es el caso de esos tres despreciables sujetos.
Pero el de Michoacán no se trata de un caso aislado. Muchos fallos judiciales están favoreciendo a los criminales, dejándolos libres e impunes y a sus víctimas llenas de dolor y frustración, doblemente victimizadas.
El problema de fondo es una ideología socialista que simpatiza con los delincuentes y aborrece a sus víctimas, y que esa ideología haya ido cobrando hegemonía en sectores del Estado, en particular en el Poder Judicial. Y esa ideología tiene como sus promotores a organizaciones radicales como la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, la más activa en la defensa de secuestradores y la que más ha favorecido su impunidad.
Saber quiénes son sus enemigos, además de los delincuentes, es el primer paso que las víctimas del delito deben dar para defenderse de quienes han desatado una cruzada contra ellas.
Texto completo del ángelus del papa Francisco – 22 de mayo de 2016
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy, fiesta de la Santísima Trinidad, el Evangelio de san Juan nos presenta un fragmento del largo discurso de despedida, pronunciado por Jesús poco antes de su Pasión. En este discurso, Él explica a los discípulos las verdades más profundas que tienen que ver con él; y así se delinea la relación entre Jesús, el Padre y el Espíritu Santo. Jesús sabe que está cerca de la realización del diseño del Padre, que se cumplirá con su muerte y resurrección; por eso quiere asegurar a los suyos que nos les abandonará, porque su misión será prolongada por el Espíritu Santo. Será el Espíritu Santo quien prolongue la misión de Jesús. Es decir, guiar la Iglesia hacia adelante.
Jesús revela en qué consiste esta misión. En primer lugar, el Espíritu nos guía a entender las muchas cosas que Jesús mismo todavía tiene que decir (cfr Gv 16,12). No se trata de doctrinas nuevas o especiales, sino de una plena comprensión de todo lo que el Hijo ha escuchado del Padre y que ha hecho conocer a los discípulos (cfr v. 15). El Espíritu nos guía en las nuevas situaciones existenciales con una mirada dirigida a Jesús y, al mismo tiempo, abierto a los eventos y al futuro. Él nos ayuda a caminar en la historia firmemente arraigados en el Evangelio y también con fidelidad dinámica a nuestras tradiciones y costumbres.
Pero el misterio de la Trinidad nos habla también de nosotros, de nuestra relación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. De hecho, mediante el Bautismo, el Espíritu Santo nos ha metido en la oración y en la vida misma de Dios, que es comunión de amor. Dios es una "familia" de tres Personas que se aman tanto que forman una sola cosa. Esta "familia divina" no está cerrada en sí misma, sino que está abierta, se comunica en la creación y en la historia y ha entrado en el mundo de los hombre para llamar a todos a formar parte. El horizonte trinitario de comunión nos rodea a todos y nos estimula a vivir en el amor y en el compartir fraterna, seguros de que allí donde hay amor, está Dios.
Nuestro ser creados a imagen y semejanza de Dios-comunión nos llama a comprendernos a nosotros mismo como ser-en-relación y a vivir las relaciones interpersonales en la solidaridad y en el amor mutuo. Tales relaciones se juegan, sobre todo, en el ámbito de nuestras comunidades eclesiales, para que se cada vez más evidente la imagen de la Iglesia icono de la Trinidad. Pero se juegan en cada relación social, de la familia a las amistades y al ambiente de trabajo, todo: son ocasiones concretas que se nos ofrecen para construir relaciones cada vez más ricas humanamente, capaces de respeto recíproco y de amor desinteresado.
La fiesta de la Santísima Trinidad nos invita a comprometernos en los acontecimientos cotidianos para ser levadura de comunión, de consolación y de misericordia. En esta misión somos sostenidos por la fuerza que el Espíritu Santo nos dona: cuida la carne de la humanidad herida por la injusticia, la opresión, el odio y la avaricia. La Virgen María, en su humildad, ha acogido la voluntad del Padre y ha concebido al Hijo por obra del Espíritu Santo. Nos ayude Ella, espejo de la Trinidad, a reforzar nuestra fe en el Misterio trinitario y a encarnarla con elecciones y actitudes de amor y de unidad.