Antonio Maza Pereda
Una noticia inusitada en torno al llamado "gasolinazo", fue el hecho de que la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) se negó a firmar el Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar que presentó el Ejecutivo federal. Sus argumentos fueron que dicho Acuerdo se presentó sin amplio estudio, en sólo tres días, sin tener suficiente consenso, así como sin metas, objetivos y medidores claros, entre otras razones. Al día siguiente, la COPARMEX hizo públicas algunas propuestas para mejorar el Acuerdo firmado por otros sectores.
Se puede estar en acuerdo o en desacuerdo con las propuestas de COPARMEX. Y qué bueno que puedan discutirse sus ideas. Este tipo de debate es, no sólo sano, sino indispensable en este ambiente que, por decir lo menos, es de "mal humor social". La unanimidad forzada o fingida en un tema tan espinoso como los aumentos de precios de la gasolina, es lo último que necesitamos. Los acuerdos no deben ser considerados inatacables, por amplio que sea el apoyo que se pueda lograr por ellos. El hecho que se hayan cocinado en tres días, aunque hayan sido por catorce horas diarias como dijo uno de los participantes, no los hace infalibles. Seguimos con el método de negociar "en lo obscurito", de espaldas a la ciudadanía. No logramos convencernos de que eso ya no funciona.
Pero lo inusitado no es que COPARMEX se haya opuesto cuando el resto del sector privado estuvo de acuerdo. No es primera vez. No en balde algunos consideran a esta Confederación como el "niño malo" del sector privado. Y esa actitud le ha granjeado apoyo de muchos empresarios y fama de independencia. Así como muchos odios.
No, lo novedoso es que algún organismo se oponga al Gobierno con propuestas. Otros sectores, sobre todos los políticos, no pasaron de los insultos o la negación. El "no al gasolinazo" que sólo propone cancelar la decisión de quitar los subsidios a la gasolina, sin proponer nada a cambio. La clase política sólo ve el "gasolinazo" como la bandera para ganar apoyo que pueden usar ante la ausencia de logros significativos en sus propias administraciones. Otros organismos empresariales callaron o hicieron veladas alusiones a la "incertidumbre" y a "la dura situación que enfrentaremos", pero no presentaron sus propias propuestas.
Claramente, nuestro sistema político tiene que abrirse a la discusión de las propuestas, vengan de donde vengan. Ninguna propuesta es intocable. Debemos aprender a aceptar la oposición leal a las acciones o ideas del Gobierno y de otros organismos, cuando sean acompañadas con propuestas abiertas también al examen y discusión.
Desgraciadamente en nuestra cultura, no sólo en los temas políticos, sino en muchos otros temas, el que alguien nos diga que nuestras ideas no son correctas, que son insuficientes o que podrían ser mejoradas, lo tomamos como un insulto personal. Necesitamos despersonalizar el debate. Acostumbrarnos a atacar las ideas sin atacar a quien las propone. Y aceptar que quien señala las fallas en nuestras ideas no está necesariamente tratando de desacreditarnos. Tal vez sea demasiado pedir en este momento, pero deberíamos tratar de llegar al punto donde consideremos que quien difiere propositivamente de nuestras ideas, nos está haciendo un favor. ¿Difícil? Seguro. No ocurrirá rápidamente. No en este sexenio. No en el próximo. Puede ser que muchos ya no vivamos lo suficiente para verlo.
Por mientras, hay que felicitar a COPARMEX y tratar de copiar su ejemplo en nuestros propios campos. Acostumbrarnos a diferir proponiendo, sin personalizar la crítica y aceptando que nuestras ideas también sean atacadas, sin darnos por atacados en lo personal. En el ambiente social de este inicio de milenio, donde es cada vez más difícil silenciar las ideas o imponer la unanimidad, más vale que nos acostumbremos a oponernos propositivamente y lealmente, así como a que se nos opongan del mismo modo.
José Antonio Ortega Sánchez
En el año 64 después de Cristo, la ciudad de Roma, capital del imperio romano, fue parcialmente destruida por un pavoroso incendio que duró cinco días. Los enemigos de Nerón, el emperador romano, hicieron correr la versión de que él había ordenado incendiar Roma, para disfrutar el espectáculo de la ciudad en llamas.
La mayoría de los historiadores no apoyan esta versión del incendio de Roma y probablemente es falsa, pues lo más probable es que se haya tratado de una conflagración accidental. Lo que no es falso es que el actual incendio de México fue provocado por el gobierno. No fue un accidente elevar el precio de la gasolina, como tampoco lo es que a este primer gasolinazo seguirán otros gasolinazos.
Para un gran atraco, grandes mentiras
Se trata de un gran atraco de cuando menos 200 mil millones de pesos en contra de los mexicanos, el cual se basa en dos grandes mentiras: 1) el aumento del precio internacional de la gasolina y 2) la necesidad de mayores ingresos públicos ante el ¡aumento del precio del petróleo!
Dice el Presidente Enrique Peña que el aumento del precio de la gasolina era inevitable porque la mayor parte de este combustible no se fabrica en México, sino que se importa y el precio internacional de la gasolina subió en un 60% el año pasado.
Pero esta afirmación es completamente falsa. El precio del galón de gasolina en Estados Unidos, país al que México le compra casi dos terceras partes de lo que consume, no ha subido sino que ha bajado. En 2013 el galón de gasolina se vendía a 3.58 dólares, en 2014 bajó a 3.44 dólares, en 2015 volvió a bajar y el precio fue de 2.51 dólares y en 2016 todavía bajó más, al venderse en 2.25 dólares. El año pasado con relación a 2015 el precio de la gasolina no subió 60%, sino que bajó 10% y entre 2013 y 2016 la baja fue todavía más pronunciada: del 37%.
La segunda justificación para el gasolinazo, la de la baja de los ingresos del gobierno debido al aumento del precio internacional de petróleo es absurda, porque si el crudo es más caro ello significa mayores ingresos de la empresa estatal PEMEX y por ende mayores ingresos públicos. En diciembre de 2015 el precio del barril de petróleo de la mezcla mexicana era de 28 dólares y un año después ya era de 46 dólares, es decir, un 64% más dinero por el petróleo mexicano vendido y por tanto un 64% más de ingresos para el gobierno.
Sin embargo, cuando se consulta los datos sobre el valor de las exportaciones de petróleo en 2016, éste sería de 16 mil millones de dólares, cifra inferior a la de 18 mil millones de dólares en 2015 ¿Cómo es posible que si el volumen de la producción de petróleo de PEMEX en 2016 fue la misma que en 2015 –de alrededor de 2.3 millones de barriles de crudo por día– el valor de las exportaciones haya sido menor el año pasado que en 2015, cuando ahora el precio del petróleo es 64% más elevado?
Con base en estas increíbles cifras, el gobierno dice: hay menos ingresos, yo me he apretado el cinturón y ahora le toca a ustedes los ciudadanos apretarse el suyo y aguantar callados el gasolinazo.
Pero ¿de veras el gobierno se ha apretado el cinturón? Según el Presidente Peña, el gobierno federal hizo recortes a su gasto para ahorrar 189 mil millones de pesos, pero eso no es verdad, según documentos oficiales. El presupuesto de egresos en 2016 fue de 4 billones 784 millones de pesos y el de 2017 es de 4 billones 889 mil millones de pesos. El presupuesto en 2017 no es de 189 mil millones de pesos menos que en 2016, sino de 105 mil millones de pesos más.
De modo que, si la justificación del gasolinazo no es sino una sarta de mentiras, debemos preguntarnos ¿para qué el gobierno le prendió fuego al país?
El grupo de ciber-terroristas y saqueadores mejor informado de la historia
Otras interrogantes son: ¿el gobierno previó el gran descontento social que el gasolinazo provocaría y por qué hubo una acción tan articulada de instigadores de la violencia que se dedicaron a promover los saqueos y la psicosis mediante informaciones falsas?
Muchos han acusado al propio gobierno federal de estar detrás de los instigadores de la violencia para con ello inhibir la protesta social pacífica que, de otra forma, habría tenido proporciones masivas sin precedente.
No sería la primera vez que la provocación fuera utilizada para la desmovilización social. En 2013 la concentración de la CNTE en la Ciudad de México, sirvió para inhibir la movilización pacífica tanto contra la reforma energética como contra el alza de impuestos.
Lo que llama la atención sobre las acciones de los instigadores de la violencia son dos aspectos:
• La gran coordinación de los ataques tanto en redes sociales como en la organización de las turbas de saqueadores.
• La gran preparación previa, con semanas o hasta meses de anticipación, para crear miles de cuentas y los mensajes que deberían trasmitirse. Y esto es sólo posible si quien patrocinó y dirigió las operaciones contaba con información privilegiada sobre el inminente gasolinazo, que el común de los mortales lo advertimos apenas el... 28 de diciembre de 2016.
Una investigación verdadera debería permitir poner al descubierto toda esa red de instigación de la violencia, sus mandantes, financiadores y jefes últimos.
Pero si esta investigación no se realiza y no revela –más allá de toda duda razonable– la red completa, eso resultará completamente revelador...
Queridos hermanos y hermanas,
En el centro del Evangelio de hoy (Jn 1, 29-34) está la palabra de Juan Bautista: "Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (v. 29). Una palabra acompañada por la mirada y el gesto de la mano que le señalan a Él, Jesús. Imaginamos la escena. Estamos en la orilla del río Jordán. Juan está bautizando; hay mucha gente, hombres y mujeres de distintas edades, venidos allí, al río, para recibir el bautismo de las manos de ese hombre que a muchos les recordaba a Elías, el gran profeta que nueve siglos antes había purificado a los israelitas de la idolatría y les había reconducido a la verdadera fe en el Dios de la alianza, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob.
Juan predica que el reino de los cielos está cerca, que el Mesías va a manifestarse y es necesario prepararse, convertirse y comportarse con justicia; y se pone a bautizar en el Jordán para dar al pueblo un medio concreto de penitencia (cfr Mt 3,1-6). Esta gente venía para arrepentirse de sus pecados, para hacer penitencia, para comenzar de nuevo la vida. Él sabe, Juan sabe, que el Mesías, el Consagrado del Señor ya está cerca, y el signo para reconocerlo será que sobre Él se posará el Espíritu Santo; de hecho Él llevará el verdadero bautismo, el bautismo en el Espíritu Santo (cfr Jn 1,33).
Y el momento llega: Jesús se presenta en la orilla del río, en medio de la gente, de los pecadores –como todos nosotros–. Es su primer acto público, la primera cosa que hace cuando deja la casa de Nazaret, a los treinta años: baja a Judea, va al Jordán y se hace bautizar por Juan. Sabemos qué sucede –lo hemos celebrado el domingo pasado–: sobre Jesús baja el Espíritu Santo en forma de paloma y la voz del Padre lo proclama Hijo predilecto (cfr Mt 3,16-17). Es el signo que Juan esperaba. ¡Es Él! Jesús es el Mesías. Juan está desconcertado, porque se ha manifestado de una forma impensable: en medio de los pecadores, bautizado como ellos, es más, por ellos. Pero el Espíritu ilumina a Juan y le hace entender que así se cumple la justicia de Dios, se cumple su diseño de salvación: Jesús es el Mesías, el Rey de Israel, pero no con el poder de este mundo, sino como Cordero de Dios, que toma consigo y quita el pecado del mundo.
Así Juan lo indica a la gente y a sus discípulos. Porque Juan tenía un numeroso círculo de discípulos, que lo habían elegido como guía espiritual, y precisamente algunos de ellos se convertirán en los primeros discípulos de Jesús. Conocemos bien sus nombres: Simón, llamado después Pedro, su hermano Andrés, Santiago y su hermano Juan. Todos pescadores; todos galileos, como Jesús.
Queridos hermanos y hermanas, ¿por qué nos hemos parado mucho en esta escena? ¡Porque es decisiva! No es una anécdota, es un hecho histórico decisivo. Es decisiva por nuestra fe; es decisiva también por la misión de la Iglesia. La Iglesia, en todos los tiempos, está llamada a hacer lo que hizo Juan el Bautista, indicar a Jesús a la gente diciendo: "Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Él es un el único Salvador, Él es el Señor, humilde, en medio de los pecadores. Pero es Él. Él, no es otro poderoso que viene. No no. Él.
Y estas son las palabras que nosotros sacerdotes repetimos cada día, durante la misa, cuando presentamos al pueblo el pan y el vino convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Este gesto litúrgico representa toda la misión de la Iglesia, la cual no se anuncia a sí misma. Ay, ay cuando la Iglesia se anuncia a sí misma. Pierde la brújula, no sabe dónde va. La Iglesia anuncia a Cristo; no se lleva a sí misma, lleva a Cristo. Porque es Él y solo Él quien salva a su pueblo del pecado, lo libera y lo guía a la tierra de la vida y de la libertad.
La Virgen María, Madre del Cordero de Dios, nos ayude a creer en Él y a seguirlo.
José Gerardo Mosqueda Martínez
Con la mayor inflación, 2016 es el peor año de los últimos 17, después de promesas de crecimiento económico de 6 y 7 % y realidades de crecimiento del 1% en el último año. La confianza del consumidor cayó 7.8% en el último mes de diciembre.
La más baja credibilidad de un gobernante en nuestro país desde que se mide este indicador. Unos cuantos indicadores que no alcanzan a reflejar el malestar de los mexicanos una vez que se anuncia los incrementos a los precios de las gasolinas en el país y en consecuencia incrementos, justificados o no, en los ingredientes de la canasta básica de los mexicanos.
Porque nos habría de extrañar las reacciones de malestar y desesperación sin estar de acuerdo con los actos de vandalismo, que sin duda son provocados e instrumentados aprovechando el malestar de los ciudadanos.
No hay duda que el presidente no comprende lo que dice comprender, no entiende lo que dice entender y la pregunta que le hace a los mexicanos está muy lejos de ser un recurso retórico en su mensaje ( uno de tantos que ha dado en los últimos días ) sin autoridad reconocida por los mexicanos se enreda en justificaciones del incremento a las gasolinas, para decir, que no tienen opciones de dar marcha atrás.
Derivado de la afectación que nos provoca a todos, es que hemos analizado los componentes del precio de las gasolinas y cualquier mexicano medianamente informado logra explicar con mayor fluidez que el presidente lo que realmente está pasando.
Estamos viendo las consecuencias del desorden de gasto público, del crecimiento desmedido de la corrupción en todas las estructuras de gobierno, de los excesos en el gasto por parte de los tres poderes, de gobernantes irresponsables y de un saqueo escandaloso de parte de los empleados gubernamentales que ante las exigencias de equilibrio en el gasto público encuentran como única alternativa endosarle las consecuencias a los ciudadanos y luego salir a hacer convocatorias patrióticas.
El país ha perdido la estabilidad económica, la disciplina presupuestal no ha llegado en los años que van de la presente administración, las calificaciones económico-financieras del país bajan, las advertencias de controlar el gasto público no las ha querido escuchar el gobierno.
Ahora vienen los discursos amenazantes: no vamos a recortar los programas sociales, ni la educación, ni la salud... como si no supiéramos que son gastos que han perdido su sentido al convertirlos en gastos de operación política para comprar voluntades en los procesos electorales.
También en el gobierno estatal tenemos respuestas mediocres, insulsas, por decir lo menos: proponen planes de austeridad, endosando el gasto corriente a los propios empleados gubernamentales, después de proponerse créditos por 4700 millones de pesos, se proponen planes de austeridad de 70 millones, evitar pagar algunas rentas y dejar de comprar coches nuevos.... bueno es patético saber que alcaldes como el de León lo único que se le ocurre es ponerle menos gasolina a los unidades, para ahorrar.
A quien le importa resolver el "hubiera" si lo que se necesita es atender el problema hoy. Los planes de gobierno de inicio del sexenio deben de dejarse en el archivo, es necesario rediseñar el presupuesto, la estructura del gasto y las reglas de operación, la sociedad, las empresas, los negocios y los mexicanos asalariados ya están tomando sus precauciones y naturalmente medidas de austeridad que le permitan seguir soportando un gobierno de irresponsables y corruptos que le endosan la crisis que provocan a la economía nacional y le hace más difícil a las nuevas generaciones ver con optimismo su futuro inmediato. No es un tema de ajustes.
En realidad por mucho menos daño del que está afectando a los mexicanos, en otros países se estarían adelantando las elecciones, por mucho menos el jefe de gobierno debería estar presentando su renuncia, reconociendo su incompetencia para dirigir los destinos del país, del estado o del municipio.