Bernardo Ardavín Migoni
México pareciera estar entrando en una segunda fase de su transición política
Las condiciones del país son radicalmente diferentes a las que prevalecían en 1988, año en que se presentó una gran crisis, a la cual el PRI reaccionó dando comienzo, desde el seno del partido, a la transición de México hacia un nuevo sistema político. Pero, salvando esas importantes diferencias, no dejan de observarse algunas semejanzas, como la pérdida de la unidad en la "familia revolucionaria", cuyas tensiones internas otrora, permitieron la primera alternancia en la historia moderna del país, en el año 2000, con Vicente Fox Quezada como abanderado del PAN y la réplica de esa derrota priista en 2006, con Felipe Calderón Hinojosa.
Las elecciones presidenciales de 2018 se darán en el marco de un segundo ajuste del sistema político
También, como consecuencia de las divisiones internas en el gobierno, se presenta nuevamente, el deterioro de la situación económica por el descuido de la disciplina fiscal, crece la propagación del descontento de grandes porciones del pueblo menos favorecido que siempre lleva la peor parte, aumenta el deterioro del Estado de Derecho propiciando una creciente ingobernabilidad con la inestabilidad consecuente, así como la violencia y la arbitrariedad impune con la que diversos grupos, tanto en el ámbito político como en el de la delincuencia organizada, menosprecian al gobierno y someten a la población.
¿Qué debemos hacer?
No podemos permitir la frustración de la transición mexicana, por una regresión autoritaria que fomente la corrupción impune, la demagogia, el descontento y el desprestigio del gobierno, dando lugar a una creciente ingobernabilidad.
No podemos admitir la peor forma de la corrupción, es decir, la perversión de la política que se olvida del bien común para beneficiar a algunos grupos y personas a despecho de los intereses legítimos de la sociedad, y se convierte en la fuente de muchas otras calamidades.
Necesitamos apuntalar el proceso evolutivo de la transición política de México hacia una mayor equidad y solidaridad social, propiciando una menor desigualdad, mediante una distribución más equitativa del incremento de la riqueza, así como una mejor y más eficaz participación de los ciudadanos en la definición del rumbo del país, garantizando que haya justicia, libertad y paz para todos, en el marco de un Estado de derecho.
Esta acción constituye una obligación ética ineludible.
Antonio Maza Pereda
"Les escribo a ustedes, jóvenes, porque son fuertes y la palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al maligno" (1 Juan 2, 12).
En todo el mensaje del Papa Francisco a los jóvenes puede verse el espíritu de la primera epístola del apóstol San Juan. Un mensaje que contrasta fuertemente con el que muchas veces se escucha al referirse a la juventud. Un mensaje que a veces es de desconfianza, hablando de la "juventud descarriada" o cosas similares. No es ese el concepto que tiene el Papa de los jóvenes. Es un mensaje de confianza, de admiración y respeto. Un mensaje que expresa por todas partes una gran certeza de que en los jóvenes está la solución a muchos de nuestros problemas. Dicho de otro modo: los jóvenes no son el problema, son una parte importante de la solución.
El mundo, al mismo tiempo que incita al libertinaje y al desenfreno a toda la humanidad, no sólo a los jóvenes, tiene una profunda desconfianza en los hechos sobre las capacidades de la juventud. De ahí el desempleo, de ahí la dificultad para encomendar a los jóvenes las decisiones importantes.
El Papa, siguiendo una larga tradición que empieza el día de la Ascensión, termina su despedida con un envío, encomendando a los jóvenes una misión. Una misión tan importante, que sólo puede encomendarla a los fuertes y a los que han vencido al maligno. La Jornada Mundial de la Juventud, les comenta, "podría decirse que comienza hoy y que se continúa mañana, en casa, porque es ahí donde Jesús quiere encontrarnos a partir de ahora".
Jesús, añade, quiere ir a tu casa y te llama por tu nombre. Tu nombre, les dice, es precioso para Él. ¡Tú eres importante! No por lo que tienes, no por el vestido o el móvil, por el hecho de que estés a la moda o no. Le importas tú, y lo que vales no tiene precio, concluye.
Muy interesantemente, lo que pide en este envío es la oración. No la pide a viejitos y viejitas rezanderos, de quienes se podría pensar que sólo les quedan fuerzas para rezar, mientras que a los jóvenes les tocaría la acción. Pero, después de días intensos reflexionando sobre la misericordia, sus obras materiales y espirituales, el Papa corona la JMJ con un fuerte llamado a la oración. A la relación profunda con Jesús.
Y, tomando el pasaje de Zaqueo como ejemplo, ilustra los obstáculos para esa relación. La baja estatura, sentirnos poca cosa ante Jesús, sin recordar que la verdadera estatura nos la da el hecho de ser hijos de Dios. Complacernos en la tristeza, nos dice, no es digno de nuestra estatura espiritual.
El segundo obstáculo es la vergüenza paralizante. La conciencia de nuestras fallas, nuestro pecado, nuestros múltiples errores. Zaqueo venció esa vergüenza mediante una intensa atracción por Jesús. No tengan miedo, les dijo el Papa Francisco, a llevar nuestras debilidades, dificultades y pecados a la confesión. No tengan miedo de decirle SÍ con todo el corazón a Jesús.
El tercer obstáculo es la multitud que murmura, los que nos juzgan, murmuran y nos llaman ilusos, desconectados con la realidad, y que también nos juzgan como hipócritas por predicar la buena nueva a pesar de todas nuestras fallas. Como si sólo los perfectos tuvieran derecho de hablar con Dios y de Dios.
Para mí, el mensaje que resume el envío, la misión que el Santo Padre encomienda a los jóvenes es la frase: "No se desanimen: con sus sonrisas y sus brazos abiertos, predican la esperanza y son un bendición para la única familia humana".
Vaya un mensaje. Gozoso, exigente, luminoso. Sin componendas ni temores. Un mensaje de esperanza y confianza en nuestros jóvenes católicos. El envío para que ellos transmitan la esperanza y fortalezcan la nuestra. Nada menos. Una gran tarea, un reto muy difícil. Pero el Papa sabe que nuestros jóvenes están a la altura de esos retos.
Texto completo de las palabras del Papa Francisco en la oración del ángelus este domingo 14 de agosto
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! El Evangelio de este domingo (Lc 12,49-53) forma parte de las enseñanzas de Jesús dirigidas a los discípulos a lo largo de su camino hacia Jerusalén, donde espera la muerte de cruz. Para indicar el fin de su misión, Él usa tres imágenes: el fuego, el bautismo y la división. Hoy quiero hablar de la primera imagen, la del fuego, el fuego.
Jesús la expresa con estas palabras: "He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!" (v.49). El fuego del que Jesús habla es el fuego del Espíritu Santo, presencia viva y operante en nosotros desde el día de nuestro Bautismo. Esto, el fuego, es una fuerza creadora que purifica y renueva, quema toda miseria humana, todo egoísmo, todo pecado, nos transforma desde dentro, nos regenera y nos hace capaces de amar. Jesús desea que el Espíritu Santo se encienda como fuego en nuestro corazón, porque solo saliendo del corazón, estad atentos a esto, y solo saliendo del corazón que el incendio del amor divino podrá desarrollarse y hacer crecer el Reino de Dios. No sale de la cabeza, sale del corazón, y por eso Jesús quiere que este fuego salga de nuestro corazón. Si nos abrimos completamente a la acción del Espíritu Santo, Él nos donará la audacia y el fervor para anunciar a todos a Jesús y su mensaje consolador de misericordia y de salvación, navegando en mar abierto, sin miedos. El fuego comienza en el corazón.
En el cumplimiento de su misión en el mundo, la Iglesia, es decir, todos nosotros, Iglesia, necesita la ayuda del Espíritu Santo para no dejarse frenar por el miedo y el cálculo, para no acostumbrarse a caminar dentro de las fronteras seguras. Estas dos actitudes llevan a la Iglesia a ser una Iglesia funcional que no corre riesgo nunca. Sin embargo la valentía apostólica que el Espíritu Santo enciende en nosotros como un fuego nos ayuda a superar los muros y las barreras, nos hace creativos y nos urge a ponernos en movimiento para caminar también por caminos inexplorados o incómodos, ofreciendo esperanza a los que encontramos. Estamos llamados a convertirnos cada vez más en comunidad de personas guiadas y transformadas por el Espíritu Santo, llenas de comprensión, personas de corazón dilatado y de rostro alegre. Más que nunca hay necesidad, más que nunca hoy hay necesidad de sacerdotes, de consagrados y de fieles laicos, con la mirada atenta del apóstol, para conmoverse y detenerse delante de los desfavorecidos y a las pobrezas materiales y espirituales, caracterizando así el camino de la evangelización y de la misión con el ritmo sanador de la proximidad. Es precisamente el fuego del Espíritu Santo que nos lleva a hacernos prójimos de los otros, de las personas que sufren, de los necesitados, de tantas miserias humanas, de problemas, de refugiados, de los que sufren. Ese fuego que viene del corazón. Fuego.
En este momento pienso con admiración sobre todo en los numerosos sacerdotes, religiosos y laicos que, en todo el mundo, se dedican al anuncio del Evangelio con gran amor y fidelidad, no pocas veces a costa de la vida. Su testimonio ejemplar nos recuerda que la Iglesia no necesita burócratas y funcionarios diligentes, sino misioneros apasionados, devorados por el ardor de llevar a todos la palabra consoladora de Jesús y de su gracia regeneradora. Esto es el fuego del Espíritu Santo, si la Iglesia no recibe este fuego o no le deja entrar en sí, se convierte en una Iglesia fría o solo tibia, incapaz de dar vida porque está hecha de cristianos fríos y tibios. Nos hará bien hoy, tomar cinco minutos, y cada uno de nosotros preguntarnos, ¿cómo va mi corazón? ¿está frío, tibio, o es capaz de tomar este fuego? Tomemos cinco minutos para esto. Nos hará bien a todos.
Pidamos a la Virgen María rezar con nosotros y por nosotros al Padre celeste, para que derrame sobre todos los creyentes el Espíritu Santo, fuego divino que caliente los corazones y nos ayude a ser solidarios con las alegrías y los sufrimientos de nuestros hermanos. Nos sostenga en nuestro camino el ejemplo de san Massimiliano Kolbe, mártir de la caridad, de quien hoy celebramos la fiesta: él nos enseñe a vivir el fuego del amor para Dios y para el prójimo.
Pedro de Legarreta Lores
A Trump se le va la boca contra Clinton
El magnate volvió a hacer de las suyas, ahora se excedió al llamar a los defensores de la 2ª enmienda a atacar a Hillary Clinton, y los medios norteamericanos lo interpretaron como un llamado a usar las armas contra la candidata demócrata, lo que por supuesto fue aprovechado por ésta, al grado que incluso algunos dirigentes del Partido Republicano dieron su respaldo a la ex Secretaria de Estado.
Aunque lo políticamente correcto indica que esto le costará votos a Trump, recordemos que en otras ocasiones hemos visto como sus exabruptos tienen el efecto contrario, haciéndolo subir en las encuestas; y es que este respaldo de los líderes republicanos a la candidata de sus acérrimos adversarios, pone de relieve lo que Trump representa, la lucha contra un sistema del que muchos ciudadanos estadounidenses parecen estar hartos.
Por otra parte, esta lucha "a muerte" entre Trump y Clinton parece estar despertando en el electorado americano la conciencia de que hay otros candidatos menores a los que también pueden votar, lo que sería un duro golpe al tradicional bipartidismo de la, todavía, mayor potencia económica del mundo.
El terrorismo no disminuye su acechanza
La semana inició con los ataques de presuntos yihadistas en contra de dos policías de Bélgica.
El tema está presente todos los días en los gobiernos de los países de Europa e influye en decisiones importantes sobre el control de las fronteras y su relación con otros países.
Las amenazas terroristas se han convertido en el "pan de todos los días" en diversas ciudades de Europa, por lo que —además de la cancelación de diversos eventos—, en Francia han comenzado a tomar otro tipo de medidas para reforzar la seguridad en blancos posibles de ataque. Es el caso de las escuelas, donde se pondrán en marcha diversas acciones, como un simulacro de atentado durante el año y mayor vigilancia ante posibles signos de radicalización en profesores y alumnos.
Mientras ello ocurre, el miércoles circularon videos propagandísticos del Estado Islámico (EI) con la aparición de fotografías de sitios emblemáticos que podrían convertirse en objetivos terroristas, como La Sagrada Familia en España, la Torre de Pisa en Italia y el palacio de la Ópera de Sidney, Australia, entre otros.
Brasil es sede de unos Juegos Olímpicos despreciados por los ciudadanos
En una inauguración de los Juegos Olímpicos salpicada por el rechazo al Presidente interino Michel Temer, unos días antes de la destitución definitiva de Rousseff por el senado, se ha hecho presente la más burda represión.
Los manifestantes en los juegos contra el presidente son detenidos, expulsados de los estadios, en aplicación de una ley, cosa curiosa, promulgada por Dilma en el pasado mes de mayo que prohíbe las manifestaciones políticas de cualquier tipo y por cualquier medio, con lo que la ley se le revierte a la ahora ex mandataria.
Habrá que estar pendientes, ya que el malestar social en Brasil es enorme con un presidente que es rechazado por el 86% de los ciudadanos (Dilma no estaba lejos de esos números, por cierto).