Óscar Fidencio Ibáñez
La soledad original del hombre fue observada por Dios en su corazón y dijo: "No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada". (Génesis 2, 18). Entonces Dios creó a la mujer con la misma dignidad del hombre, puesto que es “hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Génesis 2, 23). De ahí que “dejará el hombre a su padre y a su madre, y se allegará a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2, 24).
El corazón del hombre ciertamente encuentra su plenitud en la mujer, y esa unión ha logrado crear la célula básica de la sociedad, si la consideramos como metáfora de un organismo vivo.
Diversas culturas han tenido distintas expresiones de la unión del hombre y la mujer, incluyendo la poligamia, y también la denigración de la mujer, hasta considerarla objeto de placer o de procreación, sin un valor y dignidad por sí mismas, con abusos que persisten hasta la fecha.
La institución matrimonial monogama ha demostrado ser no sólo una protección para la mujer y la familia, sino una verdadera base para cualquier construcción social sana. Se han documentado académicamente los beneficios, tanto económicos, psicológicos y sociales, para los miembros de familias con padre y madre que se mantienen unidos, respecto a los beneficios que se dan en familias que sufren de separación de cualquier tipo, ya sea voluntaria o involuntaria, o incluso aquellas que por diversas razones sólo cuentan con uno de los progenitores desde su inicio.
El asunto de mantener la unión matrimonial y la armonía al interior de la familia –cuente o no con hijos– no es fácil; por eso se habla de la necesidad de mantener esa unión con el vínculo del Amor que viene de Dios, para contrarrestar la “dureza de corazón” (Marcos 10, 5) que nos puede llevar al rompimiento o al maltrato del cónyuge o los hijos, provocando graves consecuencias para los miembros de la familia y la sociedad. Por supuesto, el divorcio no es un asunto nuevo.
En nuestra época existen algunas tendencias que se manifiestan como características particulares del posmodernismo: un exacerbado individualismo que disminuye las interrelaciones que fortalecen a la comunidad; y la renuncia explícita a convenciones o valores sociales históricos para optar por nuevas modalidades de convivencia, que entre sus características privilegian la fugacidad sobre la permanencia, la conveniencia personal sobre el compromiso o solidaridad con el otro.
El corazón del hombre sigue experimentando la soledad, ahora ya no una soledad original referida a su aparición en la historia, sino a la soledad que se construye en la disociación de vínculos; una soledad que se construye en el rechazo a la complementariedad y unidad del hombre y de la mujer que da origen a la sociedad.
La búsqueda por acabar con la soledad es permanente, como se hace evidente en las parejas que después de romper un vínculo matrimonial buscan nuevamente el matrimonio. Sin embargo, una tendencia actual es la de muchos jóvenes que deciden no casarse, sino simplemente vivir juntos, en algunos casos evolucionando hacia el matrimonio, pero en muchos otros, con la convicción de la temporalidad y el compromiso restringido que puede o no formar una familia.
La soledad posmoderna provocada también se busca resolver mediante interacciones virtuales a través de redes sociales, la crianza de mascotas, o las relaciones entre personas del mismo sexo, por mencionar solo algunas.
Hoy, la soledad parece ser una enfermedad social que afecta a niños, ancianos, jóvenes y adultos, y una de sus manifestaciones sin duda es la crisis familiar. ¿Y cómo no serlo, si la complementariedad fecunda entre hombre y mujer está en la base del tejido social y de las interacciones humanas más profundas?
Es en este contexto en que el Papa Francisco convocó al Sínodo de los Obispos, que busca alternativas pastorales para fortalecer la familia y el servicio a sus miembros, para encontrar caminos que renueven los compromisos, y que atiendan a los heridos en el camino de la búsqueda por acabar con la soledad. Estemos atentos a sus deliberaciones y conclusiones.
La crisis presenta a la sociedad nuevos retos que se deben atender. La Iglesia, como institución importante que dialoga con creyentes y no creyentes, busca renovar el compromiso y actitud de sus miembros, que le permita llevar, mediante el testimonio, la Buena Nueva de amor y misericordia de Dios a todo el mundo, para sanar los corazones de la soledad original y también de la soledad posmoderna.
Pedro de Legarreta Lores
Es un lugar común hablar de la crisis de los partidos políticos, y sin embargo, no por eso deja de ser menos cierta. Pero hay que entender bien este fenómeno, que se deriva de dos circunstancias diversas: por una parte la falta de representatividad al perderse un referente ideológico tanto en la sociedad como en los mismos partidos y por otra una actuación indigna de los personajes electos que desemboca en desprestigio del instituto político.
En el siglo XX era poco frecuente que una persona cambiara de un partido político a otro, a menos que esto fuera debido a una escisión de partidos, muy clásico en los partidos especialmente de izquierda, que se han distinguido por tener múltiples manifestaciones y grados de radicalismo político y social. Pero aún era muy difícil hacer cambiar el voto de un ciudadano una vez que este se identificaba en su pensamiento con las propuestas de los partidos políticos. El PRI se identificaba por el Nacionalismo Revolucionario y la defensa de la soberanía nacional, el PAN por la defensa de la democracia y la lucha contra la corrupción y los partidos de izquierda por su defensa de los oprimidos y la exaltación de la lucha de clases; hoy en día, aunque estos términos siguen existiendo en sus declaraciones de principios, al ciudadano le cuesta trabajo identificarlos o distinguir la propuesta de uno y otro, que proponen, básicamente, eficiencia en el uso de los recursos públicos, construcción de infraestructura, creación de empleos, impulso a la seguridad pública y cuidado del medio ambiente… en todos los partidos durante las campañas encontraremos estas propuestas y no se hablará del sustento ideológico que sirve de fundamento para realizar esta acción, porque la teoría política hoy, dice que el elector es un homo videns y quiere propuestas de orden práctico, y al difundir esto en los medios de comunicación, difícilmente se tiene el espacio para sostener argumentos profundos.
La otra parte de la crisis, que tiene que ver con el desempeño de las personas electas, está directamente relacionada con el sentido que tiene hoy el poder, y para qué se quiere. Es un paradigma de nuestra sociedad que el éxito personal se refleja en los ingresos económicos y el nivel de vida de la persona y su familia; independientemente de la veracidad de esta afirmación, los modelos presentados, particularmente por la televisión, pero también en los libros, revistas, etcétera, nos empujan en esa dirección. El servidor público, aún en los niveles más altos, no tiene salarios equiparables a los que corresponderían a los altos directivos de las corporaciones, que en muchas ocasiones son con quienes tienen que convivir, tratar, negociar e incluso buscar apoyos para futuras campañas políticas. Por ello, además de incrementar de manera totalmente desproporcionada los ingresos de diputados y senadores y altos funcionarios del ejecutivo, la corrupción ha sido un mecanismo al que el “servidor público” recurre con frecuencia para alcanzar el “éxito” económico, dejando a la sociedad con un mal sabor de boca, en el mejor de los casos, y robándole los recursos para los servicios y programas a que tiene derecho en el peor.
Ante esta situación hoy surgen como una opción las candidaturas independientes, pero es claro que ambas circunstancias podrán estar presentes en cualquiera de ellos, no son , a fin de cuentas, más que fruto de nuestra sociedad, misma que dio luz a los partidos.
Palabras del Papa Francisco en el ángelus de este domingo 4 de octubre
«Queridos hermanos y hermanas, ha concluido hace poco en la basílica de San Pedro la celebración eucarística con la cual hemos dado inicio a la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Los padres sinodales provenientes de todas las partes del mundo y reunidos entorno al sucesor de Pedro, reflexionarán por tres semanas sobre la vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en la sociedad, para lograr un atento discernimiento espiritual y pastoral.
Tendremos la mirada fija en Jesús para individuar, basándonos en sus enseñanzas de verdad y de misericordia, los caminos más oportunos para un empeño adecuado de la Iglesia con las familias y para las familias. De manera que el plan ordinario del Creador para el hombre y la mujer pueda realizarse y obrar en toda su belleza y fortaleza en el mundo de hoy.
La liturgia de este domingo propone justamente el texto fundamental del Libro del Génesis, sobre la complementariedad y reciprocidad entre el hombre y la mujer. Por ello --dice la biblia-- el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su esposa y los dos se vuelven una sola carne, o sea una sola vida, una sola existencia. En tal unidad los cónyuges transmiten la vida a los nuevos seres humanos: se vuelven progenitores. Participan de la potencia creadora del mismo Dios.
¡Pero atención!, Dios es amor y se participa a su obra cuando se ama con Él y como Él. Con tal finalidad --dice san Pablo-- el amor ha sido puesto en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos ha sido dado. Y ésto es también el amor que es dado a los esposos en el sacramento del matrimonio.
Es el amor que alimenta su relación a través de alegrías y dolores, momentos serenos y difíciles. Es el amor que suscita el deseo de general hijos, de atenderlos, acogerlos, hacerlos crecer, educarlos. Es el mismo amor que en el Evangelio de hoy, Jesús manifiesta a los niños: “Dejen que los niños vengan a mi, no se lo impidan: a quien es como ellos de hecho pertenece el reino del Cielo".
Pidamos hoy al Señor que todos los papás y los educadores del mundo, como también la sociedad entera, sean instrumentos de aquella acogida, de aquel amor con el cual Jesús abraza a los más pequeños. Él mira en sus corazones la ternura y la solicitud de un padre y al mismo tiempo de una madre.
Pienso a tantos niños hambrientos, abandonados, explotados, obligados a la guerra, rechazados. Es doloroso ver las imágenes de niños infelices, con la mirada perdida, que huyen de la pobreza y los conflictos, que llaman a nuestras puertas y a nuestros corazones implorando ayuda.
El Señor nos ayude a no ser una sociedad-fortaleza, sino una sociedad-familia, capaces de acogerlos con reglas adecuadas, pero acogerlos, acogerlos siempre, con amor.
Les invito a apoyar con la oración los trabajos del Sínodo, para que el Espíritu Santo vuelva a los Padres sinodales plenamente dóciles a sus inspiraciones.
Invocamos la materna intercesión de la Virgen María, uniéndonos espiritualmente a quienes en este momento, en el Santuario de Pompei, recitan la 'Súplica a la Virgen del Rosario'».
Pedro de Legarreta Lores
Siria: Estados Unidos y Rusia en vías de colisión.- Estados Unidos y Rusia mantienen sus diferencias a pesar de que ambos países aseguran querer frenar al Estado Islámico en Siria, sin embargo, para la administración de Obama, el Presidente ruso busca defender al dictar Bachar Al Assad y está bombardeando igualmente a terroristas del Estado islámico que a la oposición civilizada y democrática de Siria.
En su defensa, el Presidente ruso Vladimir Putin dice que Estados Unidos y Obama actúan fuera de la realidad y no ven o no quieren ver que los combatientes son en realidad mercenarios que rápidamente cambian de bando en favor del Estado islámico.
Lo cierto es que en el segundo día de bombardeos rusos, occidente empezó a condenar a Rusia por haber provocado la muerte de civiles en su bombardeo de este jueves, lo que el país eslavo niega rotundamente.
Conviene recordar la insistencia del Papa Francisco de buscar una solución pacífica a los conflictos y cuidar que el conflicto del Oriente Medio no se extienda, ya que el Pontífice considera que esta guerra puede esparcirse y generalizarse.
Vladimir Putin insiste en estar defendiendo los intereses del pueblo ruso y acusa a occidente de hipocresía por condenar a Rusia por hacer lo que ellos han realizado en el pasado… pone como ejemplo a Irak y Libia y las intervenciones que Estados Unidos ha tenido en esas naciones.
Permanezcamos atentos a los acontecimientos del Medio Oriente y elevemos nuestras plegarias por la paz, ya que la situación en esta región del mundo y la tensión cada día más patente entre Rusia y Occidente podría desencadenar eventos de terribles consecuencias.
La Asamblea General de la ONU y los líderes latinoamericanos.- Esta semana tuvo lugar la 70ª asamblea general de las Naciones Unidas, inauguradas el viernes pasado por el Papa Francisco, en esta, los líderes latinoamericanos parece que fueron a justificarse y ventilar sus asuntos internos, en lugar de trabajar en propuestas sobre el orden mundial y la convivencia entre las naciones que necesitamos.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro pronunció su discurso haciendo referencia a las elecciones legislativas en su país.
Por su parte, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, tomó la palabra y habló sobre el acuerdo de justicia entre su gobierno con las FARC.
El presidente mexicano fue a criticar el populismo, lo que pareciera una referencia a su adversario político, Andrés Manuel López Obrador.
Dilma Rousseff señaló que la economía de su país saldrá adelante y Cristina Fernández pidió que le devuelvan a un espía que se radicó en Miami.
En fin, quizá lo más interesante fue la presencia de Raúl Castro, el presidente cubano, quien se reunión con su homólogo norteamericano y discutieron asuntos relativos al restablecimiento y normalización de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, entre ellas el final del bloqueo económico, que podría permitir el ingreso de capitales a la isla, especialmente de los cubano-americanos que están muy interesados en impulsar una transición democrática en la más importante isla del caribe, esperemos que pronto veamos la solución de este conflicto que tiene más de 50 años.