"Promoviendo la Participación Ciudadana"

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InicioEN LA OPINION DE:

La democracia es imposible sin el respeto a los Derechos Humanos

derechos humanos01Bernardo Ardavín Migoni

La denegación de justicia, la impunidad de los delitos cometidos por funcionarios públicos, la falta de respeto y cumplimiento del debido proceso, el uso de la tortura para someter a los presuntos delincuentes, constituyen graves violaciones a los Derechos Humanos de los mexicanos que debe evitar y corregir el Gobierno de forma eficaz, para ser un régimen democrático.

El respeto a los Derechos Humanos no puede ser selectivo

El Gobierno no puede pretender respetar los Derechos Humanos de manera selectiva a su conveniencia. Todos ellos constituyen un entramado que necesita considerarse como un todo: la educación de los hijos, la libertad religiosa, la libre expresión de las ideas, la conformación de una familia, el derecho primario a la vida en todas sus etapas desde la concepción hasta la muerte natural, la participación en las dimensiones cívico-políticas de la vida nacional, al trabajo, al libre desplazamiento, a la seguridad pública…

¿Qué debemos hacer?

No podemos aceptar, ni política, ni moralmente, que el Gobierno mexicano se atrinchere en la ilusión de que los señalamientos de los organismos internacionales, acerca de la violación de los Derechos Humanos en México, que por su propia naturaleza son responsabilidad del poder público, sean exagerados o se deban a intereses políticos de sus opositores que pretenden desprestigiarlo injustamente.

La verdad es que se dan en el país innumerables casos de violación a los Derechos Humanos y que esta situación es totalmente incompatible, si no se corrige con la transición que México necesita hacia una democracia más auténtica.

La primera condición para que un problema tan severo, como el de la violación de los Derechos Humanos en México se corrija, es que sea cabalmente reconocido, tanto por la ciudadanía como por el gobierno. Es un problema complejo, cuya solución es difícil pero no imposible, y resulta indispensable para alcanzar el nuevo sistema político que deseamos: democrático, justo y solidario.

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¿Una nueva generación del ’15?

gomez-morinOscar Fidencio Ibañez

En una animada charla con unos jóvenes me enteré de un evento de conmemoración de la generación de 1915 en su centenario. El ensayo escrito por Manuel Gómez Morín, uno de los siete sabios de esa época en México, perfila los elementos de esa generación y brinda material para reflexionar sobre la época actual que vivimos.

La situación hoy es similar a la que se describe al inicio del siglo XX: las revueltas que se sucedían como parte de la Revolución Mexicana plantean un entorno similar –aunque por distintas razones– en su cuota de sangre, violencia, e impunidad, a la realidad contemporánea; la confusión, ausencia de identidad y destino común de entonces, podría leerse ahora como una pálida sombra de la globalización de la indiferencia, y del individualismo de fugaces y cambiantes referencias posmodernas.

Conceptualizar una generación es de una complejidad que rebasa esta breve reflexión, pero la ocasión del centenario y “El deber mínimo (…) de encontrar, por graves que sean las diferencias que nos separen, un campo común de acción y de pensamiento, y el de llegar a él con honestidad” para beneficio del país, es motivo suficiente para un esbozo.

La próxima visita del Papa Francisco a México constituye también una motivación para iniciar procesos que trasciendan los eventos, que sin duda serán significativos y emotivos durante su estancia en nuestro país. No es la primera vez que nos visita un Pontífice, y dadas las raíces culturales y la fe de millones de mexicanos, existe la posibilidad de que sea un catalizador de cambios, aunque también puede que sigamos igual.

En la Evangelii Gaudium el Papa llama a que cada quien haga un discernimiento de su vida, para purificar y reformar lo que sea necesario; nos recuerda que los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio, y que nadie puede sentirse exceptuado de la preocupación por los pobres y la justicia social; además de señalar que la fe es inseparable del don de si, y por lo tanto implica la misericordia por el otro. Imperativos suficientes para generar una nueva actitud fundamental frente a la realidad de esta generación.

El Obispo de Roma es un peregrino del mundo que invita a una revolución cultural para cambiar el paradigma tecnocrático que tiende a dominar a la economía y a la política volviéndolas contra el hombre, con sus síntomas de “la degradación del ambiente, la angustia, la pérdida del sentido de la vida y de la convivencia”. Según podemos leer en Laudato Si’, su encíclica social que muchos consideran un documento “verde”, y que ha iniciado discusiones en los ámbitos de la ciencia, la economía y la política, esta invitación apela al compromiso de una nueva generación.

El posible itinerario de este líder espiritual por nuestra patria es de un valor simbólico especial, por la problemática que se vive en esos lugares: El santuario de la Virgen de Guadalupe, San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, Morelia, en Michoacán, y Ciudad Juárez, en Chihuahua, nos llevan por la diversidad geográfica y cultural del país; y al mismo tiempo, es un recorrido por las realidades de marginación, migración, violencia, e impunidad que constituyen los retos principales para la generación actual.

Tenemos pues motivos, propuesta y coyuntura para el trabajo en distintos ámbitos y lugares del país, para romper la parálisis actual que no permite atender las verdaderas miserias de esta tierra.

¿Habrá una nueva generación del ‘15 que pueda encontrar rumbo en medio del caos? Hace algunos años, algunos nos asumimos parte de la generación de San Juan Pablo II. ¿Habrá quienes se reconozcan hoy parte de una generación de Francisco? La Buena Nueva de Cristo es nueva en cada época y generación.

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Resultados de la prueba del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA)

planea2015Pedro de Legarreta Lores

El viernes 6 de noviembre se dieron a conocer los resultados de la prueba PLANEA 2015 mostrando que en lenguaje y comunicación en sexto de Primaria, el 49.5% se encuentran en el nivel más bajo y sólo 2.6% se encuentra en el nivel óptimo mientras que en matemáticas el 60.5% se encuentran en el nivel más bajo y sólo el 6.8% se situó en el nivel más alto. Por su parte en tercero de secundaria el  29.4% de los alumnos se situó en el nivel más bajo y sólo el 6.1% en el más alto en Lenguaje y Comunicación, mientras que en matemáticas el 65.4% se sitúa en el nivel más bajo y sólo el 3.1 en el nivel más alto.

Estos datos de por sí ya son espeluznantes, pero en su artículo titulado “Planea y la hipótesis de la cigüeña” Ricardo Raphael para El Universal nos da aún más: En las escuelas ubicadas en zonas de muy alta y alta marginación sólo el 0.9% de los niños de sexto de primaria lograron el nivel más alto. En cambio, en zonas no marginales, más del 5% de estudiantes obtuvieron notas de excelencia. Ahí donde la familia apenas cuenta con bienes básicos para la alimentación o el aseo, únicamente el 0.6% de sus hijos lograron nivel cuatro. En contraste, cuando la casa de origen es cómoda y tiene un número grande de habitaciones —cuando además hay computadora, teléfono e internet— entonces 9.1% de los estudiantes clasifican dentro del escalón más elevado. 14% de los niños de sexto de primaria que lograron las notas más altas asisten a una escuela privada. En cambio, sólo 0.3% de estudiantes que acuden a un centro escolar catalogado como indígena obtuvieron una calificación destacada. Entonces, ¿la educación es un mecanismo de movilidad social o por el contrario está funcionando para perpetuar los privilegios?

La Reforma Educativa es una necesidad que demanda México para vislumbrar un mejor futuro, pero a dos años de su implementación(?) nada ha ocurrido. Centrarse en la evaluación de los maestros no ha conseguido mejores aprendizajes a los alumnos, brindar a unas pocas escuelas recursos para el “tiempo completo” tampoco ha significado un mejor desempeño de los alumnos, obligar al cumplimiento de los 200 días de clases no ha significado una mayor retención de los contenidos.

Urge la construcción inmediata del nuevo modelo educativo, del cual se realizaron  Foros de Consulta hace casi ya 2 años, con la participación de diversos actores de la sociedad y todavía no tenemos resultado alguno; la transformación de las Normales Superiores, con planes y programas modernos y acordes a la realidad actual de México; la capacitación constante para maestros con enseñanza no sólo en lo académico sino también en lo pedagógico; la participación de los padres de familia en las decisiones de los planteles escolares y que los Consejo Escolares no queden en el papel, por el contrario que en conjunto con maestro y directivos se incremente la acción de mejora y la necesaria transparencia en el gasto educativo a nivel nacional y en cada plantel escolar, entre muchos otros son factores que se tienen que atender para que veamos un cambio radical en estos resultados que al menos hoy, son de vergüenza.

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La Voz del Papa: Cantidad y plenitud

Papa-Francisco-cuaresmaPalabras del Papa Francisco antes de la oración del ángelus de este domingo 8 de noviembre

Queridos hermanos y hermanas, buenos días con este bonito sol. El pasaje del Evangelio de este domingo se compone de dos partes: una en la que se describe cómo no deben ser los seguidores de Cristo; la otra en la que se propone un ideal ejemplar de cristiano.             

En la primera parte, Jesús critica a los escribas, maestros de la ley, tres defectos que se manifiestan en su estilo de vida: soberbia, codicia e hipocresía. A ellos les gusta “que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes” (Mc 12,38-39). Pero bajo apariencias tan solemnes se esconden falsedades e injusticias. Mientras se pavonean en público, usan su autoridad para “devorar los bienes de las viudas” (cfr v. 40), que eran consideradas, junto a los huérfanos y los extranjeros, las personas más indefensas y menos protegidas.

Finalmente, los escribas “hacen largos rezos para hacerse ver” (v. 40). También hoy existe el riesgo de asumir estas actitudes. Por ejemplo, cuando se separa la oración de la justicia, porque no se puede rendir culto a Dios y causar daño a los pobres. O cuando se dice que se ama a Dios, y sin embargo se antepone a Él la propia vanidad, el propio beneficio.

Y en esta línea se coloca la segunda parte del Evangelio de hoy. La escena ambientada en el templo de Jerusalén, precisamente en el lugar donde la gente echaba las monedas como ofrenda. Hay muchos ricos que echan muchas monedas, y hay una mujer pobre, viuda, que pone apenas dos monedas. Jesús observa atentamente a esa mujer y llama la atención de sus discípulos sobre el fuerte contraste de la escena. Los ricos han dado, con gran ostentación, lo que para ellos era superfluo, mientras que la viuda, con discreción y humildad, ha dado “todo lo que tenía para vivir” (v. 44). Por esto --dice Jesús-- ella ha dado más que nadie. A causa de su extrema pobreza, hubiera podido ofrecer una sola moneda para el templo y quedarse con la otra. Pero ella no quiere hacer las cosas a medias con Dios: se priva de todo. En su pobreza ha comprendido que, teniendo a Dios, tiene todo; se sienta amada totalmente por Él y a su vez, lo ama totalmente. Bonito ejemplo esta viejecita, bonito ejemplo.

Jesús, hoy, nos dice también a nosotros que el metro de juicio no es la cantidad, sino la plenitud. Hay una diferencia entre cantidad y plenitud. Tú puedes tener mucho dinero y estar vacío. No hay plenitud en tu corazón. Pensad esta semana en la diferencia que hay entre cantidad y plenitud.

No es una cuestión de cartera, sino de corazón. Hay diferencia entre cartera y corazón. Algunos tienen, hay enfermedades cardíacas, que hacen bajar el corazón a la cartera y eso no va bien. Amar a Dios “con todo el corazón” significa fiarse de Él, de su providencia, y servirlo en los hermanos más pobres sin esperar nada a cambio. Me permito contaros una anécdota que sucedió en mi diócesis anterior. Estaban en la mesa una madre con los tres hijos, el padre estaba en el trabajo. Estaban comiendo chuletas a la milanesa. En ese momento llaman a la puerta, uno de los hijos va, pequeños, 5, 6, 7 años el más grande, y viene y dice ‘mamá hay un mendigo que pide comida’. Y la madre, buena cristiana, les pregunta ‘¿qué hacemos?’ ‘Le damos de comer, mamá’. ‘Vale’. Toma el tenedor y el cuchillo y quita la mitad de la chuleta a cada uno. ‘Ah, no, mamá, así no, toma del frigorífico’. ‘No, hacemos tres bocadillos así’. Y los hijos han aprendido que la verdadera caridad se da, se hace, no de lo que nos sobra sino de lo que es necesario. Y estoy seguro que esa tarde han tenido un poco de hambre, pero se hace así.

Frente a las necesidades del prójimo, estamos llamados a privarnos de algo como estos niños, de la mitad de las chuletas, de algo indispensable no solo superfluo; estamos llamados a dar el tiempo necesario, no solo lo que nos sobra; estamos llamados a dar enseguida y sin reservas nuestro talento, no después de haberlo utilizado para nuestros fines personales o de grupo.

Pidamos al Señor que nos admita en la escuela de esta pobre viuda, que Jesús, entre el desconcierto de los discípulos, la hace subir a la cátedra y la presenta como maestra del Evangelio vivo. Por la intercesión de María, la mujer pobre que ha dado toda su vida a Dios por nosotros, pidamos el don de un corazón pobre, pero rico de una generosidad feliz y gratuita.

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