Primero fue el hijo del Secretario de Agricultura del estado por pasarse un semáforo en rojo, después fueron jóvenes de entre 15 y 17 años que estaban en una fiesta en un domicilio particular, y así muchos ciudadanos han sido detenidos de manera arbitraria y fuera de proporción a la falta cometida.
El Bando de Policía y Buen Gobierno del Municipio de Culiacán dice en su artículo 4: “Las disposiciones de este Bando tienen por objeto: I. Establecer las normas mínimas, cuya observancia y aplicación tienda a lograr una mejor cultura ciudadana y orientar las políticas de gobierno municipal a este efecto.”, pero por ningún lado se entiende esta práctica abusiva de las autoridades que al parecer quieren amedrentar a la población y aumentar la desconfianza en las autoridades.
El mismo Bando establece que el ayuntamiento tiene la obligación de darle difusión, así como brindar capacitación a los agentes para su aplicación, ¿se está haciendo? Porque la ciudadanía no se entera, para encontrar el propio bando hay que hacer circo maroma y teatro, ya que el diseño de la página de internet no permite ubicarlo rápido y con facilidad.
Los errores cometidos por los agentes no son simplemente eso, son una falta a la convivencia social, al cumplimiento de la ley y al respeto de los derechos humanos de las personas; la Comisión Estatal de los Derechos Humanos estima en más de 200 quejas anuales de abuso de autoridad en el municipio de Culiacán. Pero la cosa no acaba ahí, porque si lo que se busca es aplicar el Bando a toda persona sin excepción para lograr el cumplimiento de la ley y abatir los índices de impunidad, entonces hay que sancionar al presidente municipal de acuerdo al artículo 10 del propio Bando: “Cuando se cometa una infracción al bando por empleado o mandatario de alguna persona física o moral, utilizando los medios que éstas le proporcionen o actuando bajo su orden, las sanciones se impondrán a ambos, en la medida de su respectiva responsabilidad, según lo establecido en este Bando.”
Los ciudadanos tenemos la obligación de respetar las leyes, aún desconociéndolas, ¿cuánto más lo deberá hacer la autoridad que no solo las conoce sino que es quien las promulga? O ¿es que son de los que buscan que se haga la voluntad de Dios en los bueyes de su compadre?
Hasta el día de hoy no se ha sancionado a nadie, pero ni siquiera se ha dado a conocer a la población los resultados de la investigación por los casos de abuso, y si bien el agente debe ser sancionado, el presidente municipal, Sergio Torres, también debe recibir el castigo correspondiente, ya que los agentes y la dependencia involucrada actúan bajo las órdenes del primero y con los recursos que este les asigna… ¿o es que la Secretaría de Seguridad y Tránsito Municipal no obedece a Sergio Torres?
Estamos muy a tiempo de corregir estas actitudes, como ciudadanos debemos buscar conocer las leyes que nos rigen y cumplirlas, pero también obligar a nuestras autoridades a regirse bajo los mismos preceptos que han aprobado para sus conciudadanos, o es que como se acostumbra en México, ¿la ley es solo para el pueblo común y la autoridad goza de total impunidad?